Re-Flexiones de PROLAPIO

La Izquierda / mas allá de su lastre semiótico

La cosa comienza en Francia con aquella famosa asamblea luego del Bastillazo pre- revolucionario.

Allí, sentados a la derecha, estaban los "girondinos", franco-escualidaje partidario de Luis XVI; a la izquierda se acomodaron los "jacobinos", que querían una República RRRevolucionaria del Poder Popular (roja-rojita, no jó).

Parece que, a diferencia de estos últimos, los girondinos tenían un asesor de imagen super arrecho que se dio cuenta que eso de estar a la derecha venía del carajo para un buen mercadeo ideológico-político del mantuanaje franchute. 

Por su parte, los Jacobinos (algunos de los cuales, tan pendejos, ignorantes, acomodaticios o timoratos como buena parte de la izquierda actual) no advirtieron que eso de estar a la "gauche" representaba un serio problema simbólico que con astucia y habilidad podría explotarse en su contra con muy provechosos resultados.

En efecto, parece que aquel Joe Napólitan francés se preguntó:

- ¿Alguien escuchó o leyó que Jesús ocupara su escaño celestial a la izquierda del Creador?

- ¿Alguien leyó o escuchó que una conducta torcida es preferible a una virtuosamente derecha?

- ¿Alguien vió avanzar las manecillas del reloj hacia atrás, es decir hacia la izquierda?

- ¿No leemos y escribimos de izquierda a derecha?

- (O como dijo un asomao: ¿Acaso un buen abogado de izquierda no se forma en derecho? ahí les dejo eso)

 Por tanto ¿No será ya hora de re-significar el idioma sociológico- político, a fin de poder dar cuenta adecuadamente de "realidades revolucionarias de facto” como la del 27F, para las cuales ninguna teoría conocida, (salvo, a lo mejor la del caos) es plenamente aplicable? 

Como si aquello no fuera suficiente, desde la mas remota antigüedad, en la India, China, Egipto, e incluso en las culturas andinas y mesoamericanas, la geometría esotérica proclamaba la derecha como el sentido hacia donde encontrarse con la iluminación y la verdad. Así, cuando el péndulo del zahorí, chamán o alquimista, giraba hacia la derecha (dextrógiro), su consulta era respondida positivamente, mientras que hacia la izquierda (levógiro) negativamente.

Así que, desde hace milenios, lo primero se entiende como positivo =hacia adelante=progresivo=diestro; lo segundo;  negativo=hacia atrás=regresivo=siniestro.

Definitivamente, la izquierda política nació semióticamente con el pie idem.

Mala pata, porque si algo es difícil de neutralizar son eternidades de condicionamiento mental proderechista.

Sino que alguien me diga cómo hacer para que los niños zurdos dejen de ser estigmatizados  por sus  impiadosos amiguitos derechoescribientes. Pobrecitos inocentes que de repente se enteran que  son “diestros con la siniestra” ¡Ave María Purísima!, con la mano vinculada a lo maligno y diabólico. ( ¿será por eso que mucho  izquierdoso  onanista e hipócrita aprendió , como Strauss Kahn, a manejarse tan bien con la "droite" billetúa?)

Mientras la derecha política tiene a su favor años de insidiosa domesticación vía impresa, radial, cinematográfica y televisiva, la izquierda (que uno pensaba que ya habría descubierto por donde le entra el agua al coco comunicacional), salvo puntuales y honrosas excepciones se va por el camino de la respuesta reactiva, de la repetición saturante de slogans fatigados y soporíferos.

Cuando no remeda patéticamente las melladas armas de la escuela CNN, despilfarra como en el caso de Vive, Tves, Avila, Villa del Cine, oportunidades de oro para inventar otras maneras de decir.  

Algo que agradece el mosquero multimediático contrarevolucionario,  porque a cuenta de que el águila no se rebaja a cazarlo, sigue poniendo sus huevos impunemente (y en su  propio nido)

Pero volvamos al tema del título. ¿No será que mas acá de cualquier análisis liguístico-esotérico, nuestro problema con “lo izquierdo” es que ya no sirve para connotar unívocamente, solidaridad, hermandad, justicia, equidad, honradez, paz?

La "indignación española" tiene su raíz en el descubrimiento de que, a nombre de aquellos valores se les vendió un inmenso mojón envuelto en papel escarchado. 

Por lo que está pasando en Africa, Europa, Inglaterra y en los propios Estados Unidos, se pelaron feo aquellos “analistas” que pontificaron que lo de Plaza del Sol no era más que una hispanocalentera veraniega sin mayores consecuencias políticas, y hasta quién quita,  propiciadora de un nuevo y lucrativo turismo de aventura.

¿No fue bastante clarificador que frente a aquella inaugural y trágica arrechera popular "made in Venezuela", tanto la izquierda como la derecha tradicional no encontraran como descifrarla, y que fuera desde la corporación militar, históricamente reaccionaria, donde surgiera un Hugo Chávez?

Si faltaba un golpe de gracia a la simbología política de “lo  izquierdo” y de ” lo derecho” ese fue (y es) el proceso revolucionario bolivariano.

Más vale que espabilemos; la derecha inteligente criolla, que a estas alturas tiene muy claro que, salvo un milagro y la 4ª flota, el proceso revolucionario venezolano es irreversible, hace rato ha comenzado a utilizar astutamente la “neohabla” Orweliana, camuflándose como "Empresariado en Función Social" y miriñaques por el estilo; gracias a lo cual se nos ha venido subiendo a la cama…… por el lado izquierdo.

(por el mismo lado por donde le entró la “triple A” al peronismo y luego Menem sostuvo sus confesadas “relaciones carnales” con el imperio)

“O inventamos.....o nos espera un siniestro desengaño”.

Caracas 1º de Octubre de 2011



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Alberto Monteagudo

Cineasta. Artista Plástico. Profesor de Comunicación Gráfica


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