1. ¿Quién gobernará América Latina en 2010?
El 1 de agosto
del 2006 escribí que, una fuerte contraofensiva oligárquica-imperial
contra los gobiernos desarrollistas latinoamericanos podía esperarse
a partir de 2008/9; el 8 de junio del 2008, que el conflicto del gobierno
Kirchner con la oligarquía agraria era suicida y que lo iba a perder;
el 8 de mayo del 2009, que Kirchner iba a perder la mayoría en el Congreso.
Todas estas
hipótesis (pronósticos) han sido verificadas posteriormente por la
realidad latinoamericana, lo que demuestra que la evolución política
---aun siendo un fenómeno dinámico-complejo--- puede ser prevista
con alta probabilidad en sus tendencias de desarrollo. La pregunta
clave para la praxis política en América Latina es, entonces: ¿Cuál
será la correlación de poder entre las fuerzas oligárquicas latinoamericanas
y los gobiernos desarrollistas, dentro de un año?
Mi pronóstico
es que el epicentro del conflicto por la hegemonía latinoamericana
será Venezuela, con frentes secundarios en Centroamérica (El Salvador,
Honduras, Nicaragua), y que la posibilidad de que el Bolivarianismo
venezolano se debilite seriamente, incluso con pérdidas en las elecciones
del 2010, es muy real.
2. Honduras y Argentina
El golpe militar
en Honduras no tiene mayores perspectivas de consolidarse. Aunque expresa
las ansías de las oligarquías guatemaltecas, salvadoreñas y nicaragüenses
y cuenta con el apoyo de la red internacional terrorista y clericalfascista,
no tendrá el poder necesario para afianzarse ante una decidida y agresiva
oposición de los gobiernos latinoamericanos y la resistencia del pueblo
hondureño. Su desenlace más probable es que corra el destino del golpe
separatista de Bolivia.
En Argentina,
el proyecto de Néstor y Cristina Kirchner fue enterrado con la estrepitosa
derrota electoral del domingo pasado. En su certificado de defunción
constan dos causas de muerte: falta de ideas estratégicas y falta de
realismo sobre el poder real que rige en la pampa húmeda. Néstor Kirchner
acumuló un gran capital político con la superación de la crisis del
2001; pero nunca logró construir una base social orgánica para darle
sustentabilidad, ni tampoco plasmarlo en un nuevo proyecto histórico.
Cuando decidieron
fiscalizar las megaganancias de la enjaulada bestia argentina (la oligarquía),
ésta se liberó y derrotó al “transversalismo”, sin siquiera usar
a sus habituales verdugos uniformados. Ahora, pide la devaluación del
peso (20%), el bloqueo de la entrada de Venezuela al Mercosur, el fin
de la “chavización” de la “política K” y la revisión de las
políticas gubernamentales de aquí al 2011 o en su defecto elecciones
anticipadas. Cristina Kirchner dice que no negociará con los dueños
del país. ¿Llegará al 2011?
3. Cuba – la crisis de conducción
Cuba se mueve
bajo el peso de dos problemas estructurales de conducción: el de la
sucesión generacional y el de la parálisis estratégica en la conducción.
Muchos de los líderes de la segunda generación revolucionaria, escogidos
por la misma dirección de la Revolución, han sido destituidos: Felipe
Pérez Roque, Carlos Lage, Roberto Robaina, Otto Rivero, Carlos Valenciaga,
entre otros. A la luz del hecho, de que estos líderes son producto
de la educación revolucionaria y de las organizaciones de vanguardia
del Partido Comunista de Cuba, la idea del “hombre nuevo” y de la
calidad de formación política de cuadros queda seriamente cuestionada.
Es evidente,
que el sistema conductor de la Revolución está dividido en torno a
dos estrategias de evolución y dos centros de decisión. Si en el VI
Congreso del Partido a fines de este año no se logra unificar las dos
posiciones y centros de decisión, el inmovilismo podría llevar al
país pronto a una situación de inestabilidad.
4. Venezuela – el mayor peligro del 2010
El mayor peligro de un avance
sustantivo de la oligarquía latinoamericana, sin embargo, se encuentra
en Venezuela. Como hemos explicado en otro ensayo (8.2.08), la causa
principal es la creciente disfuncionalidad del modelo de gobierno 2003-8,
que se encuentra estructuralmente agotado. Tiene tres déficits estructurales:
el económico, el político y el discursivo.
El problema principal en lo
económico es la inflación que hará crisis antes de las elecciones
del 2010. Alí Rodríguez, el ministro de Finanzas, dijo el 27 de junio
del presente en Nueva York, que Venezuela no descarta devaluar su moneda
pero que está consciente del impacto que esa medida tendría en los
ya altos índices de inflación del país. El ministro pronosticó que
la inflación cerrará el 2009 en alrededor de un 28 por ciento y permanecerá
“alta” en el 2010. Hace apenas tres meses, el ministro había sostenido
que la inflación en Venezuela podría concluir, al cierre del 2009,
por debajo del 20%.
Considerando
que en ninguno de los últimos años el gobierno ha alcanzado ni remotamente
las metas inflacionarias anunciadas y que 2010 es un año electoral
crucial, seguido por las elecciones presidenciales del 2012, la tasa
inflacionaria oscilará el próximo año probablemente en torno al 32%.
Una devaluación realista del Bolívar la llevaría al terreno de la
hiperinflación, es decir, a una situación incontrolable. Una inflación
tan alta tiene dos consecuencias negativas: destruye a la macroeconomía
y al gobierno responsable de ella, tanto más cuanto que se da en el
marco de una política económica desintegrada y con experimentos populistas
(“comunas”) que tienen tanto que ver con el “Socialismo del Siglo
XXI”, como los animal spirits de Keynes con los dogmas racionalistas
de los neoclásicos.
5. América Latina 2010
Los acontecimientos de los últimos años demuestran que la nueva clase política latinoamericana ---Lula, Kirchner, Evo, Rafael Correa, Hugo Chávez, entre otros--- ha logrado conquistar un poder considerable frente al imperialismo y a la reacción oligárquica. Esto es positivo y hay que apoyarla en tal desempeño. Sin embargo, no ha dado pasos hacia una nueva civilización postcapitalista y no es probable que las dé.
Nuevos sujetos de transformación habrán de cumplir esa misión histórica.