Alquimia Política

El Sistema Nuevo de la Naturaleza de Leibniz aplicado a la nueva izquierda latinoamericana

El 27 de junio y 4 de julio de 1695, en el Journal des savants, de París, publica el joven filósofo y matemático alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), su opúsculo “El Sistema Nuevo de la Naturaleza y de la comunicación de las sustancias, así como también de la unión entre el alma y el cuerpo”, trabajo que condensa su línea de pensamiento, que viene desde Parménides, según la cual el pensar es pensar el ser y el ser es pensable, al punto de que lo pensable, por el solo hecho de serlo, ser.

De la lectura minuciosa de este texto se puede extrapolar elementos significativos que responderían un tanto a la gran incógnita que cierne en la actualidad sobre el futuro en América Latina de la ideología de izquierda, la cual enfrenta, de plano, los valores y principios del sistema capitalista Occidental. Para ello, a efecto de remarcar los aspectos más resaltantes que nos intuye a relacionar las reflexiones de Leibniz, que si bien surgen en un contexto totalmente distinto, tienden a dar respuesta a problemas universales, y la izquierda latinoamericana se ha vuelto, sin lugar a dudas, un problema universal, se presentan cinco puntos básicos que nos amplían las ideas al respecto.

1.-“…es imposible hallar los principios de una verdadera unidad en la materia sola, o en lo que no es sino pasivo, puesto que todo en lo pasivo y material se reduce hasta el infinito a un montón o colección de partes…” (de la traducción de Enrique Pareja, Buenos Aires, Edit. Aguilar, 2da. edición, 1969, pág. 25:1) En Latinoamérica se está dando un renacer de las ideas de identidad y nacionalidad, pero no como producto del esfuerzo de experiencias puntuales como Cuba o Venezuela, sino como proceso de madurez de los pueblos, los cuales advierten que han estado en un estado de “animación suspendida”, sin recibir los beneficios que sus riquezas naturales y su colaboración a los Imperios les llegaron a ofrecer en las épocas más duras de la Guerra Fría. Por esta razón, hay una formación material de la ideología de izquierda que existe y gravita con los latinoamericanos, pero que no asume unidad, precisamente por lo pasivo que se encuentra su estado actual, mucho de lo cual se debe a lo que Marcuse llamó “los intereses de los trabajadores”, es decir, la revolución no surgirá de obreros asalariados, sino de personas inspiradas en valores ideológicos colectivos, siendo esa raza la de los estudiantes y hombres apasionados, puesto que el Imperio conoce el “precio del hombre latinoamericano trabajador”;

2.- “…toda sustancia que tiene verdadera unidad, no pudiendo tener comienzo ni fin más que por un milagro, no podría comenzar en consecuencia sino por creación ni acabar más que por aniquilación…” (Ob.cit.1969, pág.26:1) Leibniz entendía la sustancia como algo de potencialidad ilimitada que había sido creada de esa manera para proyectarse infinitamente, en el caso del pensamiento ideológico de esta nueva izquierda latinoamericana es importante destacar que su origen y potencialidades las engendró el “orden y el caos” del sistema capitalista. Aquí está su origen y su evolución en la sociedad latinoamericana obedeciendo al mantenimiento sostenido de condiciones adversas a los ciudadanos y ciudadanas que han apostado a un sistema de dirección política que resguarda los intereses del capitalismo. Por esta razón, tiene validez su origen en las clases sociales latinoamericanas y su erradicación, dadas las actuales condiciones de pasividad está en peligro, puesto que eliminarla implicaría sólo la implementación de una orquestada estrategia de alienación y compra de conciencia, para lo cual los medios de comunicación de masas y el capital foráneo están a la orden de los grupos opositores para imponer una clara tendencia de derecha radical;

3.- “Es necesario…tener en cuenta que las máquinas de la naturaleza poseen un número verdaderamente infinito de órganos y que están bien provistas y tan a prueba de todo acontecimiento, que no es posible destruirlas. Una máquina natural sigue siendo máquina hasta en sus menores partes y, lo que es más, permanece siempre la misma máquina que ha sido, no sufriendo otra transformación que la que resulta de los diversos pliegues que recibe, unas veces extendida y otras recogidas y como concentrada, precisamente cuando la creemos perdida” (ob.cit., 1969, pág. 31-32:2) Este párrafo no tiene desperdicio: describe la amplitud y vigencia que esa nueva izquierda está proyectando en el continente latinoamericano. El discurso ha sido claro en el mensaje: hay un agotamiento del orden tradicional y se requiere un nuevo orden, más identificado con lo social que con lo económico. Por ello, cada unidad natural humana tiene en su conciencia una clara idea de lo que “necesita”, pero no consigue cómo expresarlo. Se habla mucho de la participación ciudadana, pero su visión y proyección ha quedado relegada a escenarios retóricos de la academia, se destaca los aportes de Nuria Cunill Grau al respecto, ignorando el aspecto real que es la construcción de esos espacios de participación y diálogo público. Por más que se aspire erradicar ese pensamiento de izquierda, hoy aún pasivo en Latinoamérica, no se podrá erradicar su esencia, puesto que esa esencia está inscrita en los fracasos del propio sistema capitalista que intenta subsistir y multiplicarse destruyéndola;

4.- “…la perfecta concordancia de tantas sustancias que no tienen comunicación entre sí, no puede proceder sino de la causa común…” (Op.cit. 1969, pág.38:2) Y es que precisamente lo que se está edificando en Latinoamérica: un consenso acerca del interés social de los Gobiernos. El interés común de los pueblos de América del Sur es propiciar condiciones de equidad e igualdad, en un sistema político que respete las libertades y promueva el desarrollo; hasta el presente lo que subsiste es el discurso, no así la práctica o evidencia de intención de alcanzar el marco social que requiere la sociedad latinoamericana. Hay en los discursos políticos mucha demagogia, mucha imperfección en la búsqueda de canales de comunicación que brinde unidad a la respuesta a un capitalismo “salvaje” que ha permitido que los ricos sean más ricos y los pobres sean cada vez más pobres; y

5.- “…puede decirse que en el choque de los cuerpos cada uno de ellos sufre más que por su propia fuerza, a causa del movimiento…” (Ob.cit., 1969, pág.39:2) El futuro de la nueva izquierda latinoamericana está en manos del propio capitalismo de estado; si no se corrigen ciertas decisiones, si no hay un diálogo más expedito entre la dirigencia de izquierda y la de derecha, es muy probable que se imponga la tesis del agotamiento y por ende la disolución lenta, pero sostenida, de las esperanzas sociales de los pueblos que llevará a estadios de anarquía no de socialismo alguno, porque esta nueva izquierda, sino negocia a favor de sus intereses sociales, terminará por ser consumida por los estratos más vulnerables a la desesperación y por ende a la violencia.

ramonazocar@yahoo.com


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Ramón E. Azócar A

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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