Operación "plomo fundido" contra el pueblo de Miranda (I)

El año 2003 fue paradigmático, George W. Bush decide invadir Irak, bajo el argumento de que su gobierno  posee armas de destrucción masiva y colabora con el terrorismo, acababa de pasar el controversial  episodio de las torres del World Trade Center y la excusa era apropiada para iniciar con esta invasión el mayor genocidio que haya conocido la humanidad en toda su historia. El imperio norteamericano, acompañado de Gran Bretaña, España y otros países que secundaron tamaño crimen, montan la invasión sobre una mentira que al pasar tiempo, quedó en evidencia; como lo reconocería, 4 años después, el director de la CIA ,en ese entonces, George Tenet en su libro: “Al centro de la tormenta”, en el que afirma que se equivocó al asegurar en 2002, que el presidente iraquí, Saddam Husein, contaba con armas de destrucción masiva, pero haber acertado al negar que fuera tan claro que existieran vínculos entre Irak y Al Qaeda como pretendían algunos altos cargos de la Administración Bush. Y sobre esa mentira se fueron creando otra más, para justificar el genocidio del pueblo iraquí, más recientemente, en el 2008, el propio Pentágono en un informe de inteligencia basado en el análisis de 600.000 documentos oficiales iraquíes y de miles de horas de interrogatorios de antiguos colaboradores del ex gobernante iraquí, no encontró ninguna conexión directa en Irak, entre Saddam y Al Qaeda, lo que desmiente la acusación que pesaba sobre Husssein de ser un agente del terrorismo, al respecto el presidente del Comité de Inteligencia del Senado, el demócrata John Rockefeller dijo:  “Lamentablemente, nuestro Comité concluyó que el Gobierno dijo varias cosas que no tenían ningún apoyo de inteligencia”. En otras palabras, Bush y los suyos mintieron, aunque el informe y los políticos se cuiden de utilizar esa palabra que constituye una grave acusación en Estados Unidos.( YVKE Mundial, Jueves, 5 de Junio de 2008). La mentira fue el arma de destrucción masiva, que utilizó el imperio estadounidense para el logro de su cometido, adueñarse del petróleo iraquí, que era el verdadero objetivo del genocidio cometido.

  Más recientemente, en diciembre de 2008, dos días después de navidad, los sionistas, aliados fieles del imperio norteamericano, prosiguen su guerra de exterminio contra el pueblo palestino, la excusa: unos cohetes cayeron sobre territorio israelí. No obstante, como ha quedado demostrado a posteriori, dicha operación militar estaba planificada con antelación: “Fuentes en el establishment de la defensa dijeron que el Ministro de Defensa Ehud Barak instruyó a las Fuerzas de Defensa de Israel [ejército israelí] que se prepararan para la operación hace más de seis meses, cuando Israel comenzaba a negociar un acuerdo de cese al fuego con Hamas.” (Barak Ravid, Operation "Cast Lead": Israeli Air Force strike followed months of planning, Haaretz, 27 de diciembre de 2008). Como se ve, los cohetes pudieron haberlo lanzado los propios sionistas, total, el objetivo de boicotear la paz, justifica para estos embriones del diablo, el genocidio palestino, como bien lo afirma Shamus Cooke, The Massacre in Palestine and the Threat of a Wider War, Global Research, diciembre 2008: “Israel utilizó esa distracción para romper el cese al fuego con Hamas bombardeando la Franja de Gaza. Israel afirmó que esa violación del cese al fuego tuvo lugar para impedir que Hamas excavara túneles hacia territorio israelí. Justo al día siguiente, Israel lanzó un aterrorizador sitio de Gaza, cortando los suministros de alimentos, carburante, medicinas y otras necesidades en el intento de “someter” a los palestinos mientras, al propio tiempo, emprendía incursiones armadas.  Como respuesta, Hamas y otros en Gaza volvieron a recurrir al disparo de toscos cohetes caseros, generalmente erráticos, hacia Israel. Durante los últimos siete años, esos cohetes han sido responsables por las muertes de 17 israelíes. Durante el mismo período, los ataques de guerra relámpago israelíes han matado a miles de palestinos, provocando protestas en todo el mundo, pero que cayeron en oídos sordos en la ONU.”  En esta oportunidad, sobre la base de la mentira, se asesina todo un pueblo, buscando un solo objetivo: corroer la base de apoyo popular del partido Hamas, principal fuerza política palestina, a quien se le acusa de terrorista, por ser fundamentalmente una fuerza política nacionalista y revolucionaria. Durante la operación “Plomo Fundido”, murieron más de 1400 palestinos, además se destruyeron varios almacenes de ayuda humanitaria, así como infraestructura de empresas de diversas índoles, comercios y miles de hogares, personas que quedaron en la calle de un día para otro, y no fue ni por una catástrofe natural o por la crisis financiera. Naciones Unidas informa que, 7 meses después de los ataques a Gaza, apenas se está comenzando a recoger más de 600 mil toneladas de escombros. El uso de la mentira como arma de destrucción masiva, es un artilugio que el imperio norteamericano ha ido perfeccionando con la modernización de los medios de comunicación, que complementan este mecanismo, mediante la creación de lo que llamamos, hoy en día, las matrices de opinión. El ámbito comunicacional se ha vuelto un campo de batalla en donde las fuerzas imperiales han convertido los televisores, las radios, la prensa y los espacios cibernéticos en laboratorios de operaciones psicológicas. Más claro que Noam Chomsky no lo pudiésemos decir: “la propaganda es para la democracia lo que es el fusil para un estado totalitario…”

  Un buen ejemplo de esto que afirmamos, lo constituyen los hechos ocurridos en Honduras después del golpe de Estado, que han hecho resurgir  el militarismo en Centro América.  Indudablemente, dicho golpe es propiciado por el imperio norteamericano, aunque en los organismos internacionales los EEUU, Colombia, y Costa Rica, lo han repudiado, votando en conjunto con el resto de países del planeta en su  contra; al pasar el tiempo, ha venido quedando en evidencia, la realidad verdadera, que dichos países tienen simpatías con los “goriletis” que mantienen bajo sus bayonetas, sometidos al pueblo hondureño. La política de diálogo, propuesta por el Departamento de Estado, y avalada por Costa Rica, el recibimiento a los enviados del gobierno de facto por Uribe, dan muestras fehacientes de la preparación de un ambiente de distensión hacia los golpistas y de abrirles cauces a nivel internacional. En contraposición, como mecanismo de contención, nuevamente, el imperio norteamericano acude a su arma de destrucción masiva predilecta: la mentira, e inicia una contraofensiva que se inicia con la “huelga de hambre”, en la sede de la OEA, por parte del manganzón alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, cuyo objetivo no fue otro que desviar la atención de dicho  organismo internacional hacia Venezuela, propiciando medidas políticas contra el país, acción que coloca en evidencia el apoyo de la oposición apátrida, nacida en Venezuela, con los golpistas hondureños. Contraofensiva, que continúa con unos videos en los que, presuntamente, el camarada Presidente Correa recibió financiamiento en su campaña electoral por parte de la Farc, a estos efectos, recuérdese el supuesto maletín de Raúl Reyes, además de arreciar la campaña imperial contra Venezuela, de que el país colabora con el narcotráfico, en momentos que se vive un momento estelar en la lucha contra este flagelo, nunca antes se ha decomisado más droga, esto a raíz de la salida del país del “cartel de la DEA”, y  retoman la campaña de los vínculos Gobierno Bolivariano-Farc, finalizando su amedrentamiento con la pretensión de montar 5 bases norteamericanas en territorio colombiano, lo que constituiría una amenaza seria para la región suramericana y sus procesos de cambios. Es el uso de la mentira, potenciada por los medios de comunicación, controlados por el imperio norteamericano, para el  logro de determinados objetivos políticos, es  Goebbels resucitado por las fuerzas de intervención norteamericana y amparadas por sus lacayos en nuestros países, que buscan propiciar opiniones adversas a nuestros gobernantes y proclives al american way life, al más rancio colonialismo. En eso anda el oposicionismo apátrida en nuestro continente.

      Y nada mejor, para llevar a cabo estas acciones de desestabilización de nuestros países, que contar con agentes a buen sueldo y entrenados en las “artes” de la mentira y la manipulación de las conciencias. Un buen ejemplo de ello, lo constituye el hoy gobernador del Estado Bolivariano de Miranda, Capriles Raronsky, personaje  tenebroso, estrechamente vinculado al Partido Republicano norteamericano, el de George W. Bush  y  a los organismos de inteligencia sionistas, el mossad. Su protagonismo en el golpe de Estado de 2002 o  “Carmonazo”, la represión que emprendió contra el pueblo bolivariano, expresada en la detención del entonces Ministro de Relaciones Interiores, Ramón Rodríguez Chacín, su incursión en la embajada de Cuba, asediada por fuerzas  afines a  los  terroristas de Miami, presentes en Venezuela. Su pasado juvenil, como integrante de la secta ultraderechista Tradición, Familia y Propiedad (TFP), fundada en 1960 en Brasil por Plinio Correa de Oliveira (1908-95), quien desde los años 30 era activo participante en movimientos de la extrema derecha católica, abogado, diputado y profesor universitario de Sao Paulo, que trazaba sus orígenes en la corte del último emperador brasileño, Dom Pedro II, y por el sacerdote jesuita Walter Marieux, quien fue director del secretariado internacional de las Congregaciones Marianas. De acuerdo con un reporte de inteligencia, elaborado en Estados Unidos y fechado el 8 de junio de 1982, "Un día típico de los adeptos de TFP comienza a las cinco de la mañana, con dos horas de gimnasia organizada, seguida por clases de adoctrinamiento formadas por largas horas de estudio de los escritos de Plinio Correa, lecturas de la Biblia en latín y en arameo y luego más gimnasia. Los viernes viajan a sus campos de entrenamiento donde reciben adiestramiento en el uso de armas y el combate cuerpo a cuerpo." Veinte años después, algunas páginas antisectarios de Internet describían así las actividades de TFP: "Su proselitismo suelen realizarlo entre la clase pudiente, especialmente la nobleza; los seguidores deben entregar todos sus bienes y redactar testamente a favor de la sociedad. Sus miembros viven en comunidades y son alejados de sus familias, a las que acaban por no tratar en cuanto no obtienen de ellas más dinero y medios. Realizan campañas de sensibilización moral, contra el aborto o contra programas televisivos, lo cual les reporta abundantes recursos económicos de algunos sectores católicos". (Ernesto J. Navarro: “Tradición, Familia y Propiedad quiso asesinar al Papa en Venezuela”).

  Es así  que tenemos en Capriles Raronsky un operador político de primera línea, al cual no se debe menospreciar a la hora de las definiciones políticas a llevar a cabo, he allí el gran error cometido por la Dirección Regional del Psuv en el Estado Miranda, quien le ha dejado moverse a sus anchas, sin anteponerle políticas revolucionarias  de oposición a su pretensión de crear  en ese Estado un asentamiento opositor fortalecido. 
 

henryesc@yahoo.es


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Henry Escalante


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