Toda esta gran diatriba en torno a la Orimulsión trata de ofuscar – no es sino una burda cortina de humo – los simples y bárbaros propósitos de sus poderosos auspiciadores. El sencillo y burdo objetivo nos es otro que el de limpiar la Faja de todo tipo de compromiso contractual o legal que pueda dificultar su explotación irrestricta y eterna por las cuatro Asociaciones que venimos llamando “mejoradoras” (Sincor, Petrozuata, Ameriven y Cerro Negro), en beneficio y sin interferencias de sus socios internacionales: Conoco, Totalfinaelf, Statoil, Philips, Texaco, Exxon-Mobil y Veba Oel, la “creme-de-la-creme” del imperio norteño de la OCDE. (Las restantes “majors” tienen su sabrosa tajada en el gas y todas, además, también en la tecnología. BP es un caso aparte que trataremos en otra entrega).
Si lo que nos preocupa es la privatización de PDVSA, en el caso de la Faja ya podemos dejar de preocuparnos. Su privatización ya fue consumada.
Lo que antecede, a guisa de largo epígrafe, extraído de mi reciente trabajo "El Mito ProPieTal en la Nueva PDVSA", me ayudará - espero - en el ejercicio de tratar de explicar que la discusión económica en que la Nueva PDVSA trata de enfrascarnos, es una diatriba distractiva de un grave hecho consumado: la privatización de la Faja. No obstante, reputados y respetados economistas amigos - caídos en la trampa distractiva -, se han dado a la tarea de refutar - y los números les dan la razón, si bien, no rotundamente - el obtuso aserto de La Campiña: "La Orimulsión es una mal negocio"...
Los economistas petroleros Francisco Mieres, Rafael Quiróz Serrano y el experto Philippe Mandar, tanto individualmente como en equipo, han desarrollado un excelente trabajo analítico - pese a la difícil tarea que la compilación de datos numéricos implica, a causa del hermetismo con que, fuera de lo publicitario, La Campiña se comporta -. Sus resultados - perfectibles si y cuando La Campiña permita el acceso a la información numérica exacta -, desdicen, mas no contundentemente, lo que desde allí tratan de vendernos como verdad económica irrefutable, pese a lo cual - es percepción de este humilde (¿y terco?) analista -, cometen un par de errores en beneficio de las "mezclas" y "petróleos sintéticos" y, en perjuicio de la Orimulsión, como sigue:
a) No cuantifican los costos financieros de las ingentes inversiones a realizar en el caso de las "Mejoradoras", productoras de las "mezclas" y "petróleos sintéticos";
b) En el rubro "Impuesto Sobre la Renta", no tienen en cuenta que las empresas globales socias de PDVSA en las "Mejoradoras", son beneficiarias de los "Tratados de no doble tributación" vigentes, y que, por tanto, nada tributarán en el País por tal concepto, a la vez que;
c) En el caso de PDVSA, por ser ésta accionariamente minoritaria en tales "Mejoradoras", su tributación se limitará a la de los dividendos que de ellas reciba, lo que, como accionista minoritaria, no podrá controlar.
La corrección de las omisiones señaladas - US$b 2,45 en el caso del ISR y mucho más en el de los costos financieros - modifica subtancialmente los resultados económicos a favor de la Orimulsión...
¡Y qué decir del Ingreso Fiscal ! (Tributación directa basada en la extracción)
Si a la Orimulsión se le aplica el 16 2/3% que debe pagar - y sobre el que Bitor venía insistiendo y el MEM ignorando (sobre un valor de liquidación fiscal acorde con el precio de compra que los compradores están dispuestos a pagar - que no el grosero y manipulado precio que el folleto del Señor Mommer nos presenta como la "realidad" -), y esto se compara con el hecho cierto de que las Mejoradoras no pagarán sino el 1% durante los próximos (9) nueve años (regalo de la materia prima - no - renovable - propiedad de la Nación), la comparación resulta más claramente favorable a lo que ayer fue nuestro producto-símbolo y orgullo tecnológico: la Orimulsión, hoy maníqueamente degradada, a la vez que, la dignidad profesional de sus autores (Intevep) y promotores - todo el Estado, durante los últimos años - caricaturescamente humillada.
Asumiendo que, nuestras conclusiones comparativas pudieran ser objetadas en base a la imprecisión original de nuestros datos - debido a su origen no oficial - subrepticio, dirán -, hay mucho más que economía pura en el análisis necesario; no se trata únicamente de rendimientos económicos. Desde el punto de vista del ciudadano venezolano, tenemos que analizar también, que pone y que va a recibir como retribución cada una de las partes de los proyectos en consideración y comparación. He ahí el "quid" de la cuestión...; el "quid" que tratan de "enrollarnos".
La comprensión de tal insensata comparación - en la que, en una de las alternativas, comenzamos regalándole la materia prima nuestra a una empresa que no es nuestra - se facilita en la explicación que P. Mandar - quien no es defensor, sino, antes bien, tan crítico ,del "negocio" Orimulsión, como del otro... (el da las "Mejoradoras).- Como buen campesino ilustrado que es - impresionantemente ilustrado en el caso petrolero -, nos propone considerar::
a) Caso Orimulsión: Aun vendiéndola barato ganaremos siempre más, porque todos los insumos son nuestros y todos los costos se pagan a factores nacionales (contratistas, trabajadores y fisco); la diferencia es el beneficio, también nacional - Bitor - PDVSA. El precio que los consumidores están dispuestos a pagar es mucho más alto que el que se ha venido aplicando. En cualquier caso, hay que ajustarlo.
b) Caso "Mejoradoras": El producto es nuestro, pero PDVSA lo entrega para formar asociaciones - "Mejoradoras" - con socios extranjeros -. Además, PDVSA invierte dinero para la necesaria capitalización de las asociaciones.. También, tendrá que ser garante solidaria de los financiamientos internacionales, en la proporción que le corresponda en cada una de ellas. En todas ellas su participación accionaria es minoritaria, de modo que, el único ingreso que recibirá de cada una de ellas, será lo que le corresponda por dividendos. ¡Nada más! (Recibirá también sus producciones, que tendrá que comprarles a precios de "Net-back", para luego vender o transformar.)
(Hay que tener en cuenta que la política de reparto de dividendos, nuevas inversiones, etc., estará en manos de los socios mayoritarios...) Y..., el Estado, durante nueve años, recibirá un simbólico 1% de regalía sobre el petróleo extraido. A partir del décimo año, se ajustaria... la regalía.
(Aunque nos duela, ésta, con todas sus tremendas implicaciones, es la realidad ya consumada).
Obviamente, cualquier trabajo crítico serio que trate de comparar las opciones disponibles, tiene que basarse en datos económicos ciertos, lo que, dado el hermetismo informativo - que no publicitario - de la Nueva PDVSA, no es tarea posible para nadie ajeno a ella...
En consecuencia, la respuesta previsible de la Nueva PDVSA, es algo así como: "Esas críticas no sirven; están basadas en datos errados", en lo que tendrá razón..., pero, otra vez, esconderá, que la eventual imprecisión de alguno nuestros datos, de existir, se debería a su negación a suministrarnos los correctos, los que ella posee en exclusividad y que, en nuestra supuesta Democracia Participativa, debieran sernos accesibles. Más de lo mismo sucede con el MEM. Es por eso que promovimos y animamos una Constituyente Petrolera, que la Nueva PDVSA, con su opulencia de recursos y petulancia de actitud, temporalmente, logró abortar. Vale decir: "¡Por ahora"!
Pese a los señalado, me siento obligado a insistir - como prevención - que la discusión económica a que la Nueva PDVSA nos ha empujado, que considero una "cortina de humo", no es sino una burda diatriba distractoria para escondernos el lamentable hecho ya consumado:
La Faja - bituminosa, petrolífera o ambas cosas - ya fue privatizada.
Lo que encaja perfectamente con la estrategia de hechos consumados con que la Nueva PDVSA - desdeñosa, prepotente y embusteramente - viene tratando a la comunidad nacional, incluyendo a los más representativos analistas y expertos patriotas.
Y... ¿A la cúpula ejecutiva del Estado?
Tal parece. De otro modo, ¿cómo entender este "Proceso"?