I aunque he nombrado a tres historiadores, creo que el único de verdad podemos considerar así, es a Guillermo Morón, por quien sigo sintiéndome su amigo, pero encuentro justo el criticarle i hacerle saber mi decepción, recordando que en una ocasión visité su gran biblioteca histórica; porque los otros dos, propiamente no lo son sino “escribidores”, cuando todo lo condicionan a sus intereses, a la política o a lo comercial (que los hizo saltar la talanquera ideológica), con lo cual ni siquiera se aproximan o intentan llegar a lo que llama la objetividad histórica. Romero se complace en mostrar a Manuela, la libertadora del Libertador como una prostituta i en uso de un lenguaje medio porno o irónico i ofenderla, i Caballero, quien parece saca los libros de un microondas como Brewer Carías, tiene poco de su apellido, es agresivo i siente orgullo en declararse antibolivariano i negarle méritos al héroe; mientras un español universal como Miguel de Unamuno, siente tal admiración por Bolívar, que expone en su corto ensayo Don Quijote Bolívar que “El Libertador no pensó en crear naciones más o menos independientes: pensó en crear patrias”. Por eso no me ocuparé de ellos, sino de Morón. I es porque Simón Bolívar es el prototipo más completo de lo que es un héroe, incluso de talla universal cumpliendo los requisitos que exige Carlyle en su conocida obra. Bolívar es tan sólido como personaje histórico, libertador, guerrero, estadista, escritor, filósofo, humanista i todos los etcéteras que se nos ocurra i le adjudiquemos que, historiadores como Salvador de Madariaga i Germán Arciniegas -si le concedemos el beneficio de nombrarlo así- no han podido hacer mella en la fama i la grandeza del primer héroe de la humanidad i reto a que me muestren uno superior i me lo prueben con su obra i logros, pese a que Morón lo pinta como un rico burgués o aristócrata, rico (dejando, dice, una gran herencia que parece se esfumó) i por qué no, un fracasado, como escuché decir también a ese miserable de cabeza i cerebro pequeños, aumentado su presencia con una mata de pelo canoso i cara donde se arrugan las arrugas, llamado Agustín Blanco Muñoz. Este escuálido, confundido con escualos por Gerardo Blyde que olvidó el bachillerato, pero que no llega ni a sardina, hacía una cantidad de juicios i estupideces, como para dejar en la cabecita soberbia de Miguel A. Rodríguez, unos kilos más de disparates, aumentando los que ya tiene. Esto porque viendo la oposición rastrera, que si a Chávez no le pueden imputar las contra virtudes i maldades nefastas que a Uribe se atribuyen, por ejemplo, ya que un escritor en APORREA hizo un artículo estupendo comparando cualidades, la soberbia, desesperación i brutalidad que exhiben, los ha llevado a “ofender o insultar” al presidente, atacando vergonzosamente la egregia figura del Libertador. ¡El colmo de la bajeza, estupidez i vergüenza!
Simón Bolívar es el héroe de la Historia Universal más vigente en el mundo en pleno siglo XXI i cada día gana más adeptos i aparecen biografías i más páginas sobre su personalidad, desde que se comenzó a escribir su nombre en el periódico El Español al referirse al 19 de abril de 1810, recogidos los sucesos en la Gazeta de Caracas. De Bolívar se han escrito cientos de biografías, entre ellas de escritores e historiadores notables; es el héroe con más estatuas en distintos países del mundo; figura en casi todas las Enciclopedias, Diccionarios, Lexicones i revistas de grandes países. Pinturas, bustos, monedas, medallas, monumentos entre ellos en París en el Puente Alejandro III; figura en colecciones filatélicas, i multitud de objetos de arte, etc., de modo que ni héroes de la antigüedad, de su tiempo i en los casi dos siglos de su muerte, ninguna figura de la historia le supera en importancia i vigencia. Por eso nuestra patria, lo considera no solamente Padre de la Patria, sino conductor actual de los pueblos de América Latina e inspiración para muchos de otros continentes. I aquí, como bien dijo el poeta Pablo Neruda, ¡Padre todo lleva tu nombre” aunque no es un culto fanático como han dicho sus detractores, sino que conociendo su desprendimiento, su gesta libertadora i su pasión o amor por el pueblo venezolano i todos los pueblos de América, su recuerdo glorioso es la primera siembra que hacemos en nuestra mente i en nuestros corazones desde el hogar o cuando comenzamos a ir a la escuela. Siempre he pensado que la mejor biografía que he leído es la de Indalecio Liévano Aguirre, diplomático colombiano; la mejor de un venezolano, la de Augusto Mijares i por un extranjero, sin ser encargo del gobierno ni de nadie, la de Gerard Massur. Sin embargo, muchas son estupendas también, porque la calidad está en la obra libertadora i en el hombre. Por eso me asquea, esta cobardía, bruta i anti histórica de la mediocre oposición, aunque eso tiene su explicación; ni leen, ni estudian. Están anclados en el tiempo, como cuando salieron de la Universidad o desde que llegó la televisión. Recuerdo a Eric Fromm cuando dice que, muchos de sientan ante esa pantalla, como frente a una gran mamadera (pecho para lactar) esperando que todo se lo entreguen hecho i no tener que hacer el menor esfuerzo. Por eso encanecen poniéndose más brutos o más estúpidos. Chávez por ejemplo les está demostrando que es un gran lector i estudioso i para colmo ahora les demuestra también, no sólo que los pasea o barre en oratoria, sino que escribe mejor que la mayoría. Así lleva adelante esta Revolución pacífica i el Socialismo Bolivariano, de lo cual ellos no saben nada i les asusta el nombre -socialismo- corroborando su mala preparación intelectual. Por eso, con él no puede ningún escuálido mediocre, así haya pasado por la Universidad; de no, fíjense los “líderes” que tiene la oposición: incapaces de enfrentar al presidente (solamente ofenderlo), encontrando en su masturbación cerebral, la suprema aberración o disparate, de mancillar la figura i la gloria del Héroe más grande de la Humanidad: Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.