Retomo el libro del profesor Eleazar Díaz Rangel: La prensa venezolana en el siglo XX, y veo que el ministro del presidente Rafael Caldera, Teodoro Petkoff, dice lo siguiente:
"Había opinado en una reunión que se suponía privada, sobre el derecho que tiene una sociedad de protegerse del uso irresponsable de la libertad de expresión".
Me detengo y aclaro. Esta cita -que sigo más adelante- fue dicha por el ministro Petkoff en una invitación que le hiciera la Comisión de Medios de la Cámara de Diputados en 1997.
Y leo: "La libertad de expresión es una calle de múltiples vías, y la flecha tiene su doble sentido. Además, la libertad de expresión no es patrimonio de los medios de comunicación.
Cualquier venezolano tiene la facultad ineludible de expresar sus opiniones sobre los medios de comunicación sin que tuviera que verse aplastado o coartado por esos medios de comunicación".
El ministro, que en su medio calificó a Luis Miquilena del capo de todos los capos; que calificó en uno de sus editoriales de su medio al escritor cubano y universal, Alejo Carpentier, de baboso, sigue diciendo: "Mi opinión es que la sociedad debe protegerse del uso irresponsable de la libertad de expresión. Que hay que tener cuidado, y una gran preocupación por los dueños de los medios, ya que a ellos no los controla nadie, y sistemáticamente incurren en la flagrante violación a la libertad de expresión, y por tal motivo insto a la sociedad a que se proteja de las empresas periodísticas".
Preocupado el ministro Petkoff, también hace un llamado a los anunciantes para que no publiquen sus avisos en los medios de comunicación. En El Nacional aparece una noticia donde se dice que el ministro Petkoff tiene el carro que Luis Sojo trajo al país. Y entonces viene una nueva declaración del ministro, y califica de bobolongo al dueño del medio.
Después, más adelante, en su medio de comunicación, el ex ministro de Rafael Caldera, Teodoro Petkoff, califica de Don Corleone al ministro -para ese momento- de Relaciones Interiores, es decir, a Luis Miquilena.
También, hace pocos días, al canciller español, Moratinos, le salieron sus calificativos: Miserable y lambucio. Entonces, ¿le compraría usted un carro usado al ex ministro Petkoff ?
