Mucho hablar para no decir nada, solo que, si dicen cosas, no para otros, es mirarse el ombligo y hablarse a si mismos, esa es la historia de quienes no invocan la historia, les pertenece en la mentira para la dominación, verdades no existen aunque ellos lo saben, ignoran todo lo que les afecta y con desparpajo no le hacen caso; somos seres olvidados por sus palabras.
En el Quijote, los perros ladran o no ladran; en el Mono Desnudo, ocultan sus verdaderas intenciones; en el Lobo Estepario, se comen entre ellos y más allá, al final sus intenciones quedan fijadas en el aire vacío del tiempo que no olvidamos, que lastima nos deberían dar, dominan la escena cuando los pueblos están dormidos, es su tarea nada menos.
Los oligarcas no votan, cuando pueden nos pisan en el uso de la bota represora; que más da si de ignominia están repletas las tareas, acaso no sabemos que el estupor es atolondrada manera de servirse de Dios, cómo lo utilizan a la usanza de los peores tiempos, hacen de ello, la redención de los pecados del pueblo alzado.
No todo es malo, es peor, no dan tregua a sus ansias de perpetuación y dominación, nos obligan a vendernos para el trabajo a costa de migajas, pretenden el conformismo de las masas, bajo el manto cauteloso y a veces subliminal del engaño, usan y desusan la fuerza de trabajo, lo que les importa es la plusvalía como medida del esfuerzo del aporte del capital bajo la explotación sistémica y continuada, hacen de la ideología capitalista una forma de vida para alcanzar el éxito, lo colocan como única forma de progreso, exaltando el individualismo en pelea desgarradora y alienante.
Los dioses del pasado se ríen de nosotros, estúpidos o no, somos o no somos; estamos sin estar y hacemos de la espera el espacio para la resignación; crean las guerras inventando las causas, las causas con efectos terribles como la muerte a granel, la muerte es un número, las muertes son millones, disparan el arsenal para callar sus estupideces y contradicciones, se adueñan de los medios de comunicación para invocar la dominación, inventan dependencias de lo que sea, para mantenernos en silencio, la moda, concursos, ofertas, bondades de la carne de soya, de pollo inflado, de papitas como grageas que dañan, de gaseosas para distraerte de sus derivados, de zapatos que te hacen correr más rápido, de vehículos como si fueras para la guerra, utilizan otra vez el engaño y los toques de hombros(palmaditas) para que bajes la guardia, detrás de todo ello, el garrote del apendejamiento y doblez de las rodillas.
Pero repetimos no todo es malo, es peor, la fuerza de trabajo es utilizada y se jactan de dar empleo, confiesan que especulan, los reales lo ponen los tristes de nacimiento y ellos engrosan las arcas para financiar los conflictos.
Es el mundo que nos han marcado, sus reglas, las del fundamentalismo capitalista, solo que, el beneficio es apropiado por pocos, las divergencias las resuelven las armas por ellos fabricadas, es el gran negocio, uno de ellos, marquemos distancia, el otro, el narcotráfico, vaya que cinismo en esta materia, los bancos del mundo “occidental” receptores por excelencia, paraísos sin edén, muertes a granel.
En fin, nos hablan de las bellezas del esfuerzo por los negocios y la libertad de invertir, solo que, para alcanzar todo ello, nos venden pan y agua, salario sin sal, pan de azúcar, jugos de exprimir el trabajo ajeno, lo cual no importa porque las enfermedades las curan ellos, dominan cada pastilla que te tomas, la falacia del mundo al revés, hola Galeano que acertado fuisteis.
rafaelfebles@yahoo.com