Nunca participé en la política, aun en mis tiempos de mozalbete, veía a los presidentes de Venezuela como representantes elegidos para cumplir un mandato de 5 años que se repartían 2 partidos políticos, el blanco y el verde, casi cronometradamente y sin penas ni glorias. Aunque no entendía, porqué hasta las principales compañías petroleras eran norteamericanas, llamadas Creole Petroleum Corporation y Shell y las mejores casas de los asentamientos petroleros, eran destinadas a los gringos y un cordón de ranchos destartalados eran fabricados para los trabajadores como mi padre, que servían casi ciegamente a los caporales bilingües de las transnacionales. A través de las grandes cercas, se les podía observar jugando golf en los clubes, mientras que los obreros eran confinados a destartalados tugurios, donde nunca escuché hablar sobre la evidente barrera étnica y una insólita admiración hacia el explotador.
Mi curiosidad llegó al máximo, donde en 1958, cansados de estos atropellos, nuestros padres, quemaban una de sus casas en los country clubs por cada rancho arrasado por los lacayos de la época que bajo las ordenes del imperio de siempre, chupaban nuestra riqueza y nuestro suelo dejando en cambio pobreza y desolación, ante la mirada complaciente de los presidentes adecos y copeyanos que se repartieron la torta desde la caída del General Marcos Pérez Jiménez.
A partir de la llegada del Presidente Hugo Chávez, quedó atrás, además de un milenio encadenado al imperio estadounidense, una era de atraso y frustración y se abrió un futuro hermoso, donde se derrumbaron los odiosos campamentos y las altas cercas levantadas, a costa de sangre y fuego por las oligarquías que nos negaron siempre, lo que hoy vemos y palpamos a cada paso del líder y su obra: Independencia económica, social, política, comercial. Liderazgo internacional, solvencia económica, altísimas reservas internacionales, crecimiento del PIB, a pesar de la crisis mundial, la educación y la salud en lugares preponderantes, un satélite en el espacio, total libertad de expresión, una fuerza armada bolivariana y socialista, un partido político fuerte y respetado, una red alimenticia gigante y autosuficiente, una plataforma tecnológica envidiable con transferencia externa de punta, tanto para el sector comercial como para el alimentario, el militar y tantas otras razones, para sentirme orgulloso de vivir las postrimerías de mi vida, perteneciendo como uno mas, a las redes del glorioso tejido que dia a dia, puntada a puntada dan forma a la Republica Bolivariana de Venezuela.
Patria, Socialismo o Muerte……Venceremos
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