Vivan los culos al aire como protesta de manitas i traseros blancos, decentes i ricos

Esa protesta que es vieja i nada original, posiblemente la enseñó en la Universidad Católica, el cura-rector vitalicio Luisito Ugalde, con asesoramiento de Globovisión, que no informa sino que enferma. Los hijitos de papá i mamá, rosaditos burgueses del Este, Country Club o del Hatillo, posiblemente quisieron protestar contra sus padres -antes que con el propio gobierno, pues ellos no saben nada de política- progenitores oligarcas que no los cuidan bien aunque les den mucho dinero en billetes verdes, porque los nuestros son mui feos; es que sus madrecitas, finas, decentes, maquilladas i peinadas, en salones de belleza, por estos menesteres cotidianos, de olvidan de la prole; se olvidan de hermosear las nalgas de su niñitos o adolescentes de piel blanca i entalcados antes de ir a la Universidad. Dice una noticia que tenían espinillas, pecas, pelos desordenados, forúnculos, manchas de sucios antiguos mal aseados i otras cositas que defraudaron a las chicas de la sociedad oligarca. Atribuir la falla al papel higiénico, es una torpeza, pues sólo usan Scott del perrito mimado u otros perfumados i saborizados; esos niños no saben usar el bidé i deleitarse un rato con el chorrito en regadera que les acaricia el canal cloacal como usan las ranas, falta ésta, porque son inocentes. Eso es culpa de Chávez que los distrae tanto con las atrocidades del régimen i con el ALÓ PRESIDENTE de los domingos que no los deja ir a la piscina con tranquilidad i paz, como ordenan las reglas sociales de altura, decencia i pulcritud. Menos mal que muchos no habían desayunado ni comido coliflor o bróculi, porque el aire se hubiera enrarecido. Por lo pronto ¡Con qué culos se sientan las cucarachas para ser líderes del futuro!

II

 Insisto en que la palabra culo, entre los españoles en Madrid lo observé allá, no es grosería (excepto si lo dice Mario Silva), pero sí es grosería o vulgaridad, nombrar las nalgas. Cuando llegué a esa bella ciudad capital de España, me recibió el Cónsul por deferencia del Dr. Párraga Villamarín, en ese tiempo (1966) Cónsul de Venezuela en Nueva York, quien le escribió respecto a mí familia, vecinos en Irama, Maracaibo. Era un señor mui formal, decente i preparado (deseo no nombrarlo sin autorización), casado con la sobrina de un Cardenal de la Iglesia venezolana. Me recibió en Barajas, aeropuerto de Madrid, con especial gentileza. Días después, fueron a buscarnos al hotel donde llegué provisionalmente i nos llevaron en un Mercedes Benz a su apartamento para obsequiarnos con una cena. Cuando la señora, que iba manejando el auto, entró en el estacionamiento del sótano, el conserje o cuidador la ayudaba a acomodar el auto retrocediendo para aparcar en su sitio. Le explicaba entonces:

 Señora, meta ese culo para acá…así, así, écheme ese culito un poco a la derecha. Exacto, cuidado con tropezar el culo contra la pared…que bien manejó ese culito…bien.

 Mi señora i yo nos mirábamos asombrados; aquí se va a armar un problema, cuando el Cónsul reclame la frescura del individuo. Empero, no pasó nada. Ni se dieron por enterados de las palabras que escuchamos, aunque notando nuestra extrañeza, nos dijeron que la parte posterior del carro, es el culo, i es normal llamarlo así; ninguna falta de respeto, aunque en cambio no digamos para referirnos  “al trasero o el pompis” como la sociedad refinada, actualmente llama a nuestras “asentaderas”, las nalgas. Eso si es una gran vulgaridad. Por eso a los estudiantes manitas i traseros blancos, los llamamos los culos alegres no encontrando la designación que prefieran; pero jamás se les ocurra, mencionar sus nalgas, o en el Este, Country Club o el Hatillo, las nalguitas. Con las nalgas o el culito de nuestros hijos, no se metan. ¡Carreño tendría que estar modificando el léxico!

III

 A pesar de Mario Silva, Walter Martínez, Los Roberto, Vanesa, Carlos Escarrá, Sant Roz,  Mario Isea, Tania, Alberto Nolia i cuantos defensores del proceso revolucionario o del presidente Chávez, destaquen las estupideces o animaladas de la oposición, i en especial de los abogados que tienen posiblemente discípulos brillantes, seguidores valientes del otro Escarrá, de Allan Brewer-Carías, Julio Borges, Alberto Arteaga, Gerardo Blayde i la doctora Sosa, la que quiere verle el hueso a Carmona i otros maestros, los nuevos abogados de la oposición, cuyos nombres no “pegan” todavía, están prestos a defender la democracia i la libertad de expresión; por eso creo que ya hai varios defendiendo a los estudiantes manitas i culos blancos, donde además de los ya empezados a olvidar como Goicochea, Sánchez, Stalin o Nixon Moreno, ahora les ha nuevos clientes en especial, el surgido como nuevo héroe adolescente, juvenil, sexi i soñador que parece se llama Julio Rivas, por el cual esos estudiantes sifrinos han tenido que hacer hasta una “huelga de fiambres” para exigir su libertad, detenido por delitos públicos. Los nuevos abogados, repito, me han hecho recordar el excelente humor de Aníbal Nazoa, cuando dice como empezó la profesión de abogados en el mundo, i hoy sería, cómo empiezan a ejercer. Dice Nazoa: “Cuando por primera vez el hombre -hasta ese momento simple mono inteligente- agarró un palo para matar el animal que debía comerse, ya estaba a su lado un abogado, listo para pasarle la factura por el alquiler del palo y extenderle la licencia para usarlo a cambio, naturalmente, de la mitad del animal”. Así sucede siempre ahora en la oposición, o si no, se van a hablar con Ledezma para ir a introducir un denuncia, una acusación o un amparo a la ONU, l OEA, o al Tribunal Internacional de la Haya. Igualito que los curas, especialmente los pájaros mayores (cardenales) cuando defienden las “personas embriones” pero se olvidan que en el África, frente a frente al Vaticano, muere cada minuto o cada segundo un niño por hambre o enfermedad, o en la Faja de Gaza los israelitas del gobierno, asesinan miles de niños ya incorporados a la cultura de la época, hasta en las escuelas o los hogares. Esos parece que no tienen alma, los abortos sí.

 Así, pues, parece que el tal Julito, mui sexi con sus nalguitas afuera, inspiró esa cívica jornada de protesta de culitos al aire, i aunque las chicas no estuvieron mui motivadas por tantas nalgas tristes -los cirujanos “plásticos” o estéticos tienen muchos clientes futuros- i parece, según anuncia Sant Roz, que la próxima será protesta con las teticas o tetotas al aire, esperando que sean de jóvenes i no de algunas como la Colomina, la Bicha, la Poleo, etc., que entonces los únicos favorecidos serán los cirujanos mencionados. I pensemos ¿Será que habrá más protestas con exhibición de partes sexuales? Eso sólo lo podrá investigar el colega Bianco en su programa de los domingos. Para cualquier tergiversación o burla, allí están los abogados garantes de la libertad de expresión i de exhibición. ¡Esa es parte la Venezuela que ellos quieren!

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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