Celebran en algunos rincones del mundo los 20 años de la reunificación de las dos Alemania, su icono el “Muro de Berlín” es recordado como simbología del supuesto “Fin de la Historia”. Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Infinidades de persona aun después de dos décadas no han logrado la felicidad mágica que otorgaría el sistema capitalista a sus vidas, de hecho se consiguieron con una variante más destructiva que el “Muro de Piedras”, se toparon con un “Muro Mental”, fabricado por las elites políticas y económicas para el beneplácito de minorías ricachonas y explotadoras. No existe hoy en día en la Alemania contemporánea la manera de huir de ese muro, el desempleo y la pobreza los agobia y los persigue hasta su aniquilación como seres humanos. Igual sucedió con el “Fin de la Historia”, de los laboratorios de ideas neoliberales salió esta afirmación, creída por muchos y vista de reojos por otros menos incautos. Fukuyama fue el artífice de esa malograda idea. Ahora trata de reivindicarse, tratando de voltear la tortilla. El Muro de Berlín y el Fin de la Historia, representan una época de cambios, de un Cambio de Época, que en Suramérica estamos comenzando.
La oposición en Venezuela se quedo sumergida en esa época de cambios, no ha podido hacer el salto cualitativo hacia la nueva época que estamos construyendo. El Muro Mental de contención que tienen en el hipotálamo no los deja ver la realidad cambiante de un nuevo siglo. La falta de estudio, o quizás la influencia negativa neoliberal del norte ha hecho mella en sus pensamientos. Por eso vemos como continúan actuando de manera irresponsable sobre los problemas del país. No hay manera de recibir de parte de ellos, proyectos, consejas, análisis, visiones, aunque distintas, pueden ayudar a despejar algo de la problemática existente.
Se acercan elecciones nacionales, y vemos como irresponsablemente la oposición argumenta que utilizara los pocos escaños que logre ganar para escamotear e interferir el buen accionar de la AN. Una pregunta que a lo mejor raya en lo elemental: ¿Que oposición en el mundo prefiere luchar por los intereses extranjeros que los de su país? ¿Que ciudadanos de un país, prefieren que sus diputados, aboguen por la desestabilización, que por los intereses grupales que beneficien su calidad de vida?
Todo el problema de la oposición, está centrado en sus lazos que estrechamente manejan con los sectores conservadores de la nación. Ese “Muro Mental” que rodea sus ideas, es difícil derrumbarlo. El compromiso o pacto que tiene con la oligarquía no lo deja adecuarse a los cambios progresistas de los actuales momentos. La extinta democracia participativa, el concepto neoliberal de la economía, el secuestro de la educación para enajenar al colectivo, la utilización del trabajo para explotar a la población, la sustitución de la soberanía por valores ajenos a nuestra idiosincrasia, son factores que la oposición sigue manejando en su discurso. No hay alternativas de cambio para ella, mientras siga entrelazada con sectores apátridas, seguirá prisionera de ese “Muro”, y sin escapatoria alguna.
NO VOLVERAN
pedro2_jose@yahoo.com
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