Existen en el país excelentes historiadores de nuestra pelota profesional, EL MAS SANO ESPECTACULO DEPORTIVO DEL PAIS. Su talento, por ejemplo, Javier González, Carlos Alarico Gómez que conjuntamente con el excelente periodista Carlos Figueroa Ruiz lograron poner en letras y graficas la historia del Primer venezolano, el gran Alejandro Carrasquel, conocido como el PATON, que llegara a las Grandes Ligas, Senadores de Washington en 1939, justamente hace 60 años, meta de todo profesional de ese espectáculo y al cual hasta el presente, en ese tiempo han podido uniformarse 236 venezolanos mas a junio de este año. Lectura obligada, gracias al excelente esfuerzo social y deportivo de la FUNDACION CORAO, presidida por el nieto de aquel gran deportista y dominosero, Jesús Corao, ALEJANDRO PULGAR, de todo periodista deportivo, mucho más en la disciplina del béisbol, narrador, comentarista y fanáticos en gener
Es la historia brillante, mucho mas cuando se regresa a la época de 1939 cuándo hasta Venezuela era desconocida, como país para la gran mayoría del pueblo estadounidense. Humilde de nacimiento en Caracas, el PATON, no solo dio al país la gloria de pisar ese difícil campo de juego, pero también otros como en Cuba, México y fue mucho lo que logró en aplausos del público venezolano. Su historia no tiene paralelo terminando su carrera prácticamente en la Jefatura de terreno, Manager, del equipo PAMPERO BEISBOL CLUB en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, donde Alejandro Hernández, dueño de esas recordadas empresas sociales, gran deportista margariteño y Andrés de Chene D., Presidente del Club, así como Gerente General de las empresas pasaran a vender el Club, luego de varias temporadas sin ganar un titulo, por UN BOLIVAR.
Esta es la historia, poco conocida y jamás relatada por los historiadores, pero útil de conocerse a nivel de todos los integrantes de medios interesados en el béisbol profesional, en especial las nuevas corrientes o generaciones que poca lectura sobre el tema se les ha ofrecido. Esta es la historia que, repito, muchos historiadores de nuestra pelota profesional han pasado por alto, pero que constituye un paso positivo al auge de este gran espectáculo multimillonario en estos días que deleita a millones de venezolanos a lo ancho del país:
Era 1959 cuando Andrés de Chene D., Presidente del PAMPERO BEISBOL CLUB es enviado por el Presidente de las empresas industriales, Alejandro Hernández a Estados Unidos para hacer contacto con los Yankees de Nueva York, en procura de una buena importación para el certamen por comenzar. PAMPERO había tenido años desastrosos lejos del primer lugar y esto mortificaba a Hernández. Con la ayuda de seis Yankees, entre estos el lanzador STANKA y el receptor DARYMPLE se llegó a dos del primer lugar, pero Alejandro no quería seguir sufriendo (había perdido el juego de empatar con CARACAS) y me dijo “vende el equipo”.
Hablé con José Antonio Casanova, el manager que había sustituido al Gran PATON CARRASQUEL, no por diferencias con Eduardo Moncada, pero por que el PATON, hombre de difícil trato, se quería regresar y manifestó que estaba cansado. El Sr. Hernández y el suscrito le apreciábamos mucho y le habíamos dicho que se le pagaría toda la temporada y se le obsequiaría el viaje a su destino en México, el Administrador Eduardo Moncada, hombre muy tratable con medios y peloteros, le dijo que le cancelaría su ultima quincena pero el resto tenía que subir a las ofgicinas del Presidente del Club, enfurecido, quizás, pensando que no le pagaría lastimó en la mandíbula a Moncada. De inmediato pidió excusas y el mismo se ofreció llevarlo a un Centro Medico.
En mi oficina, el PATON, hombre sentimental, como el resto de la dinastía CARRASQUEL, lloró y salió con lo prometido, no sin antes visitar a Moncada y cruzar manos. Allí terminó la temporada para el PATON. Lo que la Liga con José (CHIQUITÏN) Ettedgui posteriormente y la Asociación con Dionisio Acosta, receptor del equipo, declarasen o acordaran de suspensión, ya era decisión de los gremios y no del PAMPERO BBC.
Para hacer legal la venta, se firmó la venta en bolívares uno y José Antonio Casanova se fue con su equipo a La Guayra, no sin antes preguntarme, ¿qué hacía? Le dije tienes un año para colocar bonos personales en el Litoral. Lo hizo y al final de esa temporada podía abonar hasta 40%. El amigo, recordado como gran Dirigente de nuestra pelota rentada y gerente General, Pedro Padrón Panza, luego de invitarme a participar en la compra, la cual le agradecí, pero por ser Directivo de PAMPERO no podía aceptar, le compró todos los bonos, lo dejó tres años de manager y se asoció con el Dr. José Díaz. Así nacieron los TIBURONES de PPP, sin propaganda jamás en los uniformes y convirtiéndose con el tiempo el los “gloriosos Tiburones”.
Esta es la historia real y exacta que muchos jóvenes periodistas, nuevas generaciones, además de millones de miles de fanáticos de LA GUAYRA no conocen, así como historiadores no la han tomado en cuenta, a pesar de sus excelentes publicaciones que enriquecen la biblioteca nacional de nuestro gran espectáculo el BEISBOL PROFESIONAL…... DIOS BENDIGA A VENEZUELA!