Convirtamos el "viernes negro" de la oposición, en el "viernes rojo" de la revolución

“La idea reformista, que había sido hegemónica, se agotó en todos los niveles de la vida social.
La primera alarma no las dio la derrota de la Reforma, aquella era señal de que la ideología que nos guiaba estaba agotada, ya no tenía respuestas a los requerimientos del avance hacia el Socialismo. Entonces, lo de los banqueros es un síntoma más del agotamiento de la reforma. El híbrido capital-Socialismo, la convivencia con los capitalistas es el generador del comportamiento delincuencial de los banqueros. Agotado el reformismo, de aquí en adelante el dilema es, como nunca antes, Socialismo o Barbarie…” (El agotamiento, Antonio Aponte, 13/12/09). La euforia del camarada Aponte, imaginamos, le duró muy poco, apenas unos días después, los restauradores se vendrían con las medidas cambiarias y de nuevo, sobre el tapete, colocarían su oferta de tránsito al socialismo: “Giordani precisó…El sector privado tiene una oportunidad de oro para crecer y tener una economía interna más fuerte", aseguró el funcionario…”(Prensa Web RNV, 12-01-2010). “Con los recursos que ingresen por el ajuste cambiario "se creará un fondo Bicentenario para impulsar la producción nacional, y otro fondo para financiar actividades productivas para sustituir importaciones", afirmó el diputado Ricardo Sanguino… ” (Web VTV, 12-01-2010). “La política de reimpulso del sector productivo venezolano que lidera el Gobierno Nacional beneficiará a más de 4.000 empresas, las cuales verán en el corto y mediano plazo un incremento sustantivo de su producción…Así lo estimó el presidente de la Federación de Industriales, pequeños, medianos y artesanos de Venezuela (Fedeindustria), Miguel Pérez Abad…destacó que el ajuste del tipo de cambio permitirá que el sector productivo venezolano pueda competir con el sector importador del país, que arropaba al mercado venezolano con bienes y servicios traídos desde el exterior con un dólar a Bs 2,15…” (Web VTV, 12-01-2010). “El ajuste de la tasa cambiara y su tipificación en dos niveles…crea un nuevo orden económico para incentivar la producción nacional y evitar la dependencia de las importaciones…explicó el Ministro del Poder Popular para Economía y Finanzas Alí Rodríguez Araque…" (Prensa YVKE Mundial, 12-01-2010). En resumen, las políticas cambiarias tienen objetivos bien definidos, algo que ver con la desmedida especulación desatada, pero sí mucho, con desarrollar la producción nacional, valga decir, crear burguesía, más capitalismo “nacional”.

Razón tenía Lenin cuando en resumidas palabras definía: “la política como la expresión concentrada de la economía” y nos recomendaba que “la política debe tener prioridad sobre la economía”. De nuevo, los sectores de la pequeño burguesía, que copan la estructura del Estado transicional, vuelven con fuerza a plantearnos su tesis etapista de la Revolución Bolivariana, no queda otra que seguir dándoles el debate y manifestarles lo equivocados que están, esta vez no les mencionaré a los revolucionarios rusos, sino que traeré a colación a un pensador marxista de nuestro continente, José Carlos Mariátegui, peruano, quien ya el siglo pasado, veía más lejos que los ministros de la economía, así lo plasmó en sus “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana”, publicado por primera vez en el Perú en Noviembre del año 1928, “Sobre las ruinas y los residuos de una economía socialista [echan] las bases de una economía feudal… A partir de acá el Perú se erige sin y contra el indio. La otra etapa corresponde a la Revolución de la Independencia, hecho que no significa tampoco la transformación de la estructura económica y social del Perú -esto es, la liquidación de la feudalidad- y el desarrollo de una economía capitalista. Si bien en el Perú costeño sobre el régimen feudal nace una burguesía capitalista, ésta se halla en estrecha vinculación a la vieja aristocracia. La política de desamortización de la propiedad agraria no [conduce] al desenvolvimiento de la pequeña propiedad”. Mariátegui encuentra en el Perú una “estructura económica feudal”, y por tanto, el problema del indio se presenta como el problema de la liquidación de la feudalidad. Sin embargo considera que la elección de la revolución demo-liberal para la resolución del dualismo servidumbre-latifundio, ha perdido para él su turno en la historia. Escribe: “...La hora de ensayar en el Perú el método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya...Las burguesías latinoamericanas como actores sociales han llegado tarde a la historia. No pueden existir en el marco del modo de producción capitalista si no es en relación de dependencia. Su único recurso es sumirse en el poder político—económico del imperialismo”. Rechaza la visión “etapista” y sostiene que la única vía para acabar con la dominación y el atraso que pesa sobre la comunidad indígena es el socialismo. “Aunque el Perú se encuentre en un estado de inacabamiento, producto de un capitalismo inmaduro, con lo cual no cuenta con un proletariado fuerte capaz de llevar adelante la revolución, el sujeto revolucionario que intervenga en la construcción de un Nuevo Perú sobre bases socialistas no residirá solamente en el incipiente proletariado peruano sino que también en el indígena…” En la misma línea de pensamiento: “Los reformistas plantean que no es posible hacer Revolución en los países pobres sin alianza con el capitalismo. En el caso de Venezuela el planteamiento adquiere características dramáticas, aquí los reformistas restauradores plantean el absurdo de formar el capitalismo, que aquí es precario, para después aliarnos a él. Es decir, proponen hacer primero un capitalismo que por obra de magia se transformará en Socialismo…”( Insaciable y Cruel, Antonio Aponte, Aporrea, 16/10/09).

En todo caso, la respuesta de la burguesía a sus propuestas no pudo ser más incendiaria, obligando al Gobierno Revolucionario a actuar con energía, “si quieren acabar con la especulación les daremos más especulación, subiremos más los precios”, parecían decir los burgueses quienes se desataron en ofensiva contra los recursos de nuestro pueblo, cierre de Éxito, de Makro, tiendas de electrodomésticos, tiendas grandes, medianas y pequeñas, los buhoneros, en fin todo aquel que se llame comerciante en este país, subió los precios, es como si de repente el gobierno les hubiera liberado los precios. Por fortuna, el Comandante Presidente, Hugo Chávez comienza a colocar los pies en tierra y darse cuenta del tremendo paquete en que nos metió a todos nosotros y nosotras, el pregonado “viernes negro” de la oposición comienza así a abrir la posibilidad de convertirse en un “viernes rojo revolucionario”. Desde el Aló Presidente del domingo 11, instruyó a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a salir a la calle a combatir la especulación comercial, y ordenó al Vicepresidente Ejecutivo, Ramón Carrizález, a convocar una reunión a primeras horas de este lunes con autoridades del Seniat, Indepabis, FANB, Ministerio de las Comunas y otros organismos, para establecer las primeras líneas de acción legal contra aquellos comerciantes que manipulen precios y aumenten el valor de venta de cualquier bien o mercancía. En otras palabras, la organización popular, en conjunto con su Gobierno Revolucionario, será la fuerza que pondrá en su lugar a la burguesía apátrida, enemiga del pueblo venezolano, esta es y será la única alianza que podrá garantizar la permanencia de la Revolución Bolivariana en el tiempo. En la organización popular debe estar la respuesta que debemos dar a los restauradores a lo interno de la Revolución y a lo externo, al imperio y su burguesía apátrida. Convirtamos la aspiración de los ministros de la economía de potenciar la burguesía “nacional” en factor de desarrollo nacional, de profundizar el capitalismo en nuestra Patria, en aspiración de potenciar el Poder Popular, que esta oportunidad la aprovechemos para propulsar los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras en las fábricas y demás empresas públicas y privadas, aprobar una nueva Ley Orgánica del Trabajo clasista y revolucionaria que instaure una reducción de la jornada laboral, rescate la retroactividad de las prestaciones sociales en base al último salario y contemple la estabilidad absoluta; la movilización de los trabajadores y trabajadoras para exigir, de inmediato, un aumento salarial que restituya su capacidad adquisitiva; la actualización de la Unidad Tributaria, a fin de ajustar los cupones de alimentación; en fin, si esta crisis la crearon los burgueses no podemos ser los trabajadores y trabajadoras quienes paguemos sus efectos. Hagamos nuestro, el llamado que nos hace el camarada Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia (MIJ), Tareck El Aissami, para que juntos, Pueblo y Gobierno, derrotemos la especulación capitalista, derrotemos la pretensión de la burguesía apátrida pro imperialista y sus agentes de la oposición externa e, incluso, interna a la Revolución, de crear las condiciones políticas subjetivas y objetivas para concretar, en septiembre próximo, una derrota electoral en las parlamentarias, como paso previo para repetir en nuestra Patria, el “Golpe Tipo Honduras”, nueva forma de abordarje al poder propuesto por Obama, cabecilla imperial.


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Henry Escalante


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