Pues bien; los padecimientos generales o climáticos los padecen con más o menos intensidad i crueldad, casi todo o todos los países del mundo, en especial los marginados i empobrecidos. I los más responsables del desastre ecológico, los países industriales i ricos, son los que menos hacen por recuperar la salud del planeta, especialmente su atmósfera. Por eso inundaciones o sequías; calores intensos o fríos invernales severos; desapariciones de ríos i bosques, i consecuentemente problemas de energía de todas clases, se da en todas partes. I en todas partes, ciudades o pueblos, hai racionamientos, apagones, exigencia de sacrificios sociales, escasez de agua, enfermedades o delitos, etc., i no se diga en países pobres destruidos por terremotos, volcanes o tormentas, como hemos visto en Haití, arrasado por un sismo de 7.3 en la escala de Richter. Mas en ninguna parte eso es culpa de los presidentes, ni siquiera en los Estados Unidos, con la gran depresión que padece, la quiebra de bancos, el desempleo i otras grandes calamidades, mientras se sigue gastando en las guerras i se envían cada vez más soldados a morir por un interés que desconocen. Allí, nada de eso es culpa del saliente Bush o del entrante Obama; en cambio aquí, todo es culpa de Chávez. Si esta crisis financiera mundial, hubiese sucedido en tiempos de la IV República, el país hubiese sido vendido i de "fiao", al Imperio; seríamos una colonia sumisa o esclavizada, quizá con una mini oligarquía con algún dinerito i la lengua i los brazos extendidos por el suelo. Afortunadamente nos llegó antes, Chávez i la Revolución. Por ejemplo, hai países en América, donde los conflictos i atrocidades sociales son peores que en el nuestro; México i Medellín, son las ciudades más inseguras i con más crímenes, i sin embargo aquí se lo atribuyen a Caracas i, naturalmente, ¡por culpa de Chávez! Colombia el país con más genocidios i con más habitantes huyendo de la guerra interminable. Por eso la oposición ya es algo que raya en la locura colectiva i la irracionalidad. Vean la marchas de la revolución, llenas de color i alegría porque son inmensa mayoría; vean las marchas de la oposición con caras amargadas, feroces, repugnantes por el odio que la corroe, que la mayoría no sabe por qué protesta o se niegan a hablar cuando los entrevistan, pese a que luchan por la libertad de expresión. Son orates paradójicos o hidrofóbicos peleando por el agua.
En conclusión, ellos, conscientes de ser minoría demostrable; conscientes de que no pueden ganar elecciones i menos un referendo revocatorio; conscientes de ser cobardes, gritones i sin arrastre de partidarios del pueblo, o simplemente que no tienen pueblo; conscientes de que, si fracasaron el 13 de abril ante un pueblo desorganizado, fracasarán con más seguridad ante un gran partido de pueblo organizado como el PSUV i que, ni con la violencia o las traiciones internan obtendrán éxito alguno, siguen tratando de desestabilizar con guarimbas, tranca de calles o avenidas, disturbios en distintos sitios, campaña mediática espantosa i prensa calumniadora de la patria en todo el orbe hasta llegar al uso de francotiradores i ocasionar muerte de jóvenes, se sienten derrotados. Entonces ¿por qué siguen insistiendo si se saben perdidos? La razón es esta: piensan que el imperio está a su favor; piensan que podrían intentar el libreto de Honduras (fabricar golpe de estado de apariencia legal hasta con elecciones), cosa que sin embargo otros descartan porque este es un pueblo mui distinto a aquel. ¿Dónde entonces la esperanza? Pues, están convencidos de que el rodeo del país con bases militares del Imperio, la movilidad de la IV Flota, i un país, o mejor, un gobierno traidor a todo el continente sudamericano a nuestro lado, con un presidente delincuente i una oligarquía inquisitorial que le respalda, están rezando i casi seguros que, cuanto el pueblo venezolano revolucionario i patriota los ponga contra la pared, el Imperio invadirá la patria del gran Libertador del mundo i de la historia; la patria de Simón Bolívar que, para los pitiyanquis apátridas, no pasa de ser simplemente una moneda. Ese es aliento que los mueve a hacer desplantes i ridiculeces. I nuestro gobierno revolucionario i el pueblo que se siente hijos de Bolívar, lo que debemos prepararnos es para eso: una invasión de parte del Imperio más agresivo i asesino del mundo i como lo he dicho a mis hijos, si eso sucede, me sentiré feliz de morir en las calles defendiendo la patria i con la gratitud o felicidad de llevarme por delante, aunque sean uno o dos marines del imperio maldito. ¿Ese es el país que quieren i con el que sueñan? ¿Eso es lo que anhelan dejar a sus hijos i nietos? Por parte de los revolucionarios patriotas i chavistas, pensamos que no i defenderemos nuestra soberanía con todo el valor, la tenacidad i la dignidad que este pueblo lleva en sus genes de libertadores. Patria, socialismo o muerte…¡VENCEREMOS!
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