Los
procesos de cambios estructurales son difíciles de llevar, son
complejos,
se necesita de mucha paciencia, de mucha mano zurda, para llevar a feliz
termino una emancipación social, económica y política. Sobre todo,
si uno mira el retrovisor y se encuentra con culturas ya diseñadas,
pre concebidas, pre fabricadas de conceptos y acciones que no están
en sintonía con los nuevos tiempos. Nuestra Revolución no escapa a
estas circunstancias. Llevamos 11 años de dura lucha con una herencia
que nos rodea y a veces nos hace desviar la atención de nuestro
rumbo. A veces caemos en la misma sintonía de la extrema derecha.
Hacemos
su juego sin darnos cuenta de ello. Es allí donde debemos comprender
aquel termino que reza “Que haz hecho que la canalla te aplaude”.
Existen casos, muchos, que aparecen a diario entre nuestras filas. A
veces provienen de figuras emblemáticas del proceso, otras de camaradas
de bajo perfil pero con participación en los medios alternativos y
públicos de comunicación.
Existe un termino que hace mucho daño,
sin que esto sea la intención de muchos camaradas, me refiero
al uso de la “Generalización” de la denuncia. Escuchamos, leemos,
oímos a diario todo tipo de denuncia contra el Proceso Revolucionario
provenientes de los medios privados de comunicación de masas. Ninguna
denuncia proveniente de Globovisión, VV, Televen, Rctv, y afines tienen
argumentación alguna, igual pasa con los medios impresos y radiales.
Ejemplos existen bastantes, de periodistas que lanzan al voleo
falsedades,
o simplemente encienden el ventilador sobre medias verdades para
salpicar
a cuanto puedan. Esta situación lamentable sucede dentro de nuestras
filas. Es común, ver, leer y oír a compatriotas despotricando
situaciones
reales, pero sin puntualizar, sino que echan mano de la “Generalización”
y con esto trasladan la denuncia que involucra a una sola persona al
resto de la población militante. Parece ser que lo que se denomina
“Revolución dentro de la Revolución”, esta mal aplicado, y que
más bien observamos aquel de “Chavismo sin Chávez”.
Aquí no queremos enfatizar aquello
de “Lavar los trapos sucios dentro de casa”. No. Pienso que en el
empleo de la herramienta de la dialéctica esta el análisis que nos
llevara a la síntesis, que debe ser el objetivo de todo proceso
político.
Lo que sí nos preocupa es el demandismo excesivo, la denuncia al voleo,
y la generalización de ello. Vimos como ejemplo, como usa Henri Falcón
al PSUV, como mampara de su huida hacia delante, cuando todos sabemos
que la mayoría de los militantes de este partido tienen la moral, la
ética y el trabajo necesario para exigir respeto. Que exista una
minoría,
proveniente de esa herencia de cogollos, individualista, corrupto, que
utilizan y desvirtúan la disciplina por la obediencia, emplean el
amiguismo
para lograr objetivos, sectarismos, la politiquería, el oportunismo,
Existe. Lamentablemente todo este bagaje ignominioso heredado de las
viejas cúpulas de la izquierda, puede hacer un gran daño. Pero ya
dijimos es un porcentaje minúsculo, si vamos a cortar de raíz ese
cáncer hagámoslo, pero no podemos desmoralizar y salpicar al resto.
Es solo un concejo.
Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI