Con el 11S cambió el pueblo estadounidense



Es cierto que los acontecimientos ocurridos el 11 de septiembre del 2001 en la ciudad de Nueva York abrieron a muchos los ojos a ese horrendo fantasma del Terrorismo. Los estadounidenses, estando lejos de esas tierras que viven azotadas por el Terrorismo, sólo conocen los que los filtros de las grandes cadenas noticiosas les permiten ver. Haber sentido en carne propia el miedo fue algo que dejó marcado a muchos estadounidenses.

En ese mundo fabricado por el consumismo, los estadounidenses tenían todo perfectamente planificado. El trabajo, los bienes materiales, los valores del establishment, en fin, el llamado "american way of life", incluyendo las casitas en los suburbios, el césped meticulosamente podado y las cercas implecablemente pintadas de blanco, son los cristales con que los estadounidenses veían el mundo. Sentir el terrorismo de cerca, cambió muchas cosas.

Existen teorías que apuntan a otras explicaciones sobre los atentados perpetrados el 11S. Basta con consultar los libros del famoso periodista francés Thierry Meyssan, entre ellos "La Gran Impostura, ningún avión se estrelló en el Pentágono". Por otro lado, hasta ahora no se ha podido probar que los sospechosos de los atentados, Al Qaeda y Osama Bin Laden, realmente sean los autores intelectuales. Incluso se sabe que el día 11 de setiembre del 2.001, sólo el 18% de los trabajadores de las Torres Gemelas estaban a la hora del atentado, siendo mayormente personal de limpieza de origen Latino en su mayoría y empleados de oficina de cargos menores; a eso se agrega que , aproximadamente, unas 17.000 personas faltaron a sus puestos de trabajo, ese día y a esa hora, siendo éstos ejecutivos altos y medios de compañías aseguradoras y financieras. En fin, hay demasiados cabos sueltos, pero eso no fue lo importante al momento de declarar la guerra contra el Terrorismo. Para declarar la guerra era necesario que el pueblo estadounidense la apoyara y así fue. Sin embargo, en el pueblo estadounidense se generaron cambios que se ignoraron.

Los EEUU se relanzaron en una carrera armamentista que los llevó a elevar su presupuesto militar a más de 400 mil millones de $ (una cantidad 20 veces superior a la deuda externa venezolana) y a decretar una "ley patriota" que significó confiscar una serie de derechos civiles de los estadounidenses. Esa carrera armamentista los llevó a declararle la guerra a Afganistán e Irak, amenazar a países como Siria y Corea y a tratar de dividir el mundo entre los buenos (es decir quienes apoyan incondicionalmente a los EEUU) y los malos (o sea, los terroristas). Las consecuencias irónicamente las paga el pueblo estadounidense, que tiene que comprar gasolina y petróleo cada vez más caro, y que por otro lado ve a sus hijos regresar de la guerra en ataúdes anónimos que se le esconden a la prensa. Pero los cambios que el terrorismo originó en el pueblo estadounidense y las inexplicables incongruencias entre las versiones oficiales y la realidad generaron grandes manifestaciones contra la guerra y por la paz.

Con el fantasma del terrorismo, los EEUU pretendieron imponer sus criterios. Quisieron, por ejemplo, identificar a la Revolución venezolana con el terrorismo. Sin embargo, tres años después de ocurridos los sucesos, las verdades saltan a la vista. Los EEUU tienen una situación nada envidiable en Afganistán y en Irak. La tasa de suicidios dentro de las tropas estadounidenses en Irak alcanza índices alarmantes. Las excusas acerca del campo de concentración de Guantánamo ya son indefendibles. Los vínculos innegables del Gobierno estadounidense con los terroristas recientemente liberados por el anterior gobierno panameño y su ferviente defensa, desenmascaran el verdadero carácter terrorista del Gobierno de los EEUU.

Comprendemos a los ciudadanos estadounidenses. Ellos viven a merced de un espejismo construído a fuerza de consumismo y de poderosísimos medios de comunicación y de alienación. Los comprendemos porque aquí en Venezuela, un importante sector de la población sufre los mismos efectos, de vivir una fantasía que sólo existe en sus mentes. Para muchos de ellos, la vida transcurre entre las lujosas urbanizaciones del este de la ciudad y los modernos centros comerciales del mismo sector, siendo su enlace con el mundo Globovisión y CNN. Hoy podemos decir que se ha comenzado a resquebrajar el espejismo en el que vive el pueblo estadounidense, de la misma forma en que ese espejismo se quebró definitivamente en Venezuela con la Revolución Bolivariana.

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Omar Gómez

Conductor del programa "Latinoamérica Unida", por La Radio del Sur.

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