Madre Tierra

El reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra es el camino que se abre a la humanidad para romper con una civilización fundada en un derecho de carácter antropocéntrico, que se ha erigido con base en el predominio de la razón (que convierte a la naturaleza en objeto), de la propiedad privada, del Estado sobre la sociedad.

La naturaleza es una fuente esencial de amor altruista: dar sin esperar nada. La luz, el aire, el agua, los ilimitados frutos, siempre están disponibles. La escasez suele ser provocada por la acción humana.

Es un ejemplo de cooperación, de interdependencia y complementariedad. Es falso que la naturaleza sea un modelo de guerra por la sobrevivencia.

La naturaleza tiene derecho a la vida; a no ser envenenada con agrotóxicos; a ser reconocida como fuente de la vida y la vida misma y no como recurso natural, como mercancía. Lo que le permitiría al ser humano liberarse de su condición de recurso humano, de mercancía. Esto significa que no habrá liberación de la humanidad sin liberación de la naturaleza.

Los deberes de la naturaleza se cumplen diariamente en forma rigurosa. Están inscritos en la memoria del universo, de cada célula. La naturaleza no necesita de una norma que la obligue a obedecer.

Es por tanto un modelo de moral autónoma la que un día, cuando el ser humano sea libre, será la que caracterice a la humanidad. Es distinta a la moral heterónoma, que requiere de la norma y el control externo.

La Declaración de Derechos de la Madre Tierra tiene su raíz en cosmovisiones de los pueblos originarios. Recientemente, en Venezuela es liderada por los yukpas y los bari y encarnada por el cacique Sabino Romero y Lusbi Portillo. En Copenhague se expresó a través de las voces de los presidentes Chávez y Evo. Desde Bolivia ha llegado en la voz de los pueblos indígenas y el Gobierno boliviano, que encabezado por el presidente Evo, ha convocado la cumbre de los pueblos en Cochabamba. Esta cumbre tratará de frenar los desafueros que a raíz de Copenhague, los líderes del Norte vienen cometiendo y consecuentemente, tratar de que el calentamiento global no supere 1,5° C. De lo contrario, estaremos enfrentando una catástrofe planetaria.

Finalmente Leonardo Boff y Miguel D'Escoto han redactado la declaración que ha sido propuesta para el debate.

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Julio Escalona


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