¿Y qué será la vida de Indepabis?‏

Casi que semanalmente el anterior director de INDEPABIS, Eduardo Samán, nos tenía acostumbrados a una operación de auditoría de precios en diferentes locales comerciales. El hombre hacía su trabajo en la calle, no estaba enclaustrado en un espléndido escritorio burgués o en una oficina de los burócratas diputados de la AN (con algunas excepciones muuuuy contadas). En verdad el susodicho hacía lo que un revolucionario debe, socialismo en marcha, contraloría directa contra los bandidos comerciantes que nos tienen con la soga al cuello cada vez que vamos de compras por alimentos o especies no comestibles. El resorte de la especulación y por ende de la inflación, era atacado por ese organismo contralor y sancionatorio.

Se acabó la tormenta para los usureros. Les llegó la calma. Sus barrigas voluminosas seguirán creciendo. La codicia sigue en ascenso. Sus cuentas bancarias continúan aumentando en número y contenido. El monstruo de la oferta y la demanda seguirá incólume. Mientras más necesidad tengamos de algún rubro los mercaderes del templo venezolano aumentarán su precio, para eso tienen sus buenos contactos con “gente de arriba”, con la derecha endógena que rodea a nuestro presidente. Chávez no es un superhombre y por eso es manipulado y engañado por algunos anillos de poder.

Samán desapareció, o mejor dicho, lo desaparecieron, pero no desaparecerán la conciencia revolucionaria de los que hacemos la revolución, de los que votamos para elegir diputados, alcaldes y gobernadores dizque rojitos.Nadie es indispensable pero sí los hay necesarios en determinados ciclos de la vida política. Elías Jaua fue atrapado por la burguesía criolla y, como Salomé, pidió la cabeza de Juan, de Samán. La vida continúa y esa derecha endógena seguirá socavando este proceso que tanta sangre y dolor ha costado cuando apenas es un germen socialista lo que ha brotado en las entrañas de la patria. Ésta última se encuentra preñada pero no olvidemos que existen los riesgos de aborto y los burócratas alojados en Miraflores, Asamblea Nacional, alcaldías y gobernaciones son unos pésimos “obstetras” que pueden inducir una abrupta interrupción. Seguimos perdiendo votos y la oposición asesina y lacaya baila en un pie.

efraingran@gmail.com


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Efraín José Granadillo


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