Sobre el Bicentenario de la Independencia

¿Qué se conmemora?

La conmemoración del bicentenario de la guerra de independencia hispanoamericana está convirtiéndose en un escenario de confrontación ideológica, debido a las múltiples interpretaciones que se han hecho públicas sobre dicho proceso. Por esta razón cobra particular importancia el establecer claramente los elementos que la revolución bolivariana reivindica de esta trascendental fecha histórica.

1. El Bicentenario de nuestra independencia debe entenderse como todo un proceso histórico que abarcó varias décadas, sin limitarlo a fechas específicas como el 19 de abril de 1810 o el 5 de julio de 1811. En el tiempo histórico, ese proceso puede ubicarse entre 1781, año del levantamiento comunero en los andes venezolanos, y 1823, año de la batalla naval en el Lago de Maracaibo, que derrotó finalmente la presencia española en nuestras tierras. A nivel continental, la fecha correcta sería hasta el 9 de diciembre de 1824, día de la Batalla de Ayacucho.

2. La relevancia histórica de la independencia consiste fundamentalmente en haber derrotado al imperio colonial español en América. Los españoles representaban uno de los más grandes imperios coloniales de la historia. Su papel destructivo en América tiene pocos parangones en el mundo.

3. El saqueo realizado por España en nuestros territorios se ejemplifica en las palabras del cacique guatemalteco Guaicaipuro Cuautémoc ante los jefes de estado de la Comunidad Europea (1997): “Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que sólo entre el año de 1503 y el de 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América”. A los precios actuales, ese oro y plata pagaría la deuda externa latinoamericana y quedaría sobrando.

4. El colonialismo español saqueó nuestras riquezas naturales durantes tres siglos, usufructuó el trabajo gratuito de indígenas y esclavos africanos durante todo ese tiempo, arrasó con las grandes civilizaciones que en América daban continuidad a milenios de desarrollo cultural (como el Imperio Inca y el Imperio Azteca), y combatió criminalmente a todos los intentos de resistencia de los indígenas y criollos americanos.

5. Sobre la violencia colonialista española, recordemos la práctica del empalamiento como mecanismo para ajusticiar a los caciques indígenas que resistían defendiendo sus territorios. Recordemos el descuartizamiento a que fue sometido Túpac Amaru y toda su familia en 1781, aplicado también contra José Leonardo Chirino en 1796. El ajusticiamiento de José Félix Ribas en 1815, cuya cabeza fue frita en aceite y colocada en la entrada oriental de Caracas. La detención de Francisco de Miranda en 1812 y su encarcelamiento hasta la muerte en 1816.

6. Del proceso de independencia venezolano se deben reivindicar fundamentalmente estos elementos:

· El haber derrotado a un imperio que arrasó con nuestras poblaciones indígenas y saqueó impunemente nuestras riquezas durante tres siglos. Nuestra independencia fue un proceso nacionalista y antiimperialista.

· El haber conquistado la independencia mediante una alianza de clases y grupos sociales que no sólo abarcó a la oligarquía criolla blanca que constituía la clase dominante en el período colonial, sino que tuvo que incorporar masivamente a la mayoritaria población mestiza (los llamados pardos) y a los esclavos, los cuales conformaron decisivamente la fuerza de choque principal del bravo ejército venezolano. Nuestra independencia fue una revolución social.

· El haber formulado e intentado construir un proceso de unidad hispanoamericana, mediante la República de Colombia (hoy conocida como Gran Colombia) y el Congreso de Panamá, que hoy en el siglo XXI mantiene plena vigencia y se concreta históricamente en organizaciones regionales como el ALBA, el Banco del Sur, la Unasur, el Consejo de Defensa Suramericano, y la recientemente creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Nuestra independencia intentó constituir una formidable gran nación latinoamericana.

7. La conmemoración del bicentenario debe resaltar el papel central jugado por el ejército venezolano en la guerra de independencia suramericana. Los valerosos llaneros venezolanos recorrieron buena parte del continente y derrotaron una y otra vez a los ejércitos profesionales españoles que bajo el mando de Pablo Morillo y otros prestigiosos jefes militares peninsulares fueron destacados en América para intentar detener y derrotar la incontenible insurgencia patriota. Los famosos llaneros de Páez, llevaron a Pablo Morillo, general español que comandó los ejércitos de la corona en Suramérica entre 1814 y 1820, a afirmar en una carta dirigida a su soberano: “dadme cien mil llaneros y me paseo por Europa en nombre del Rey de España”[1]. Tal fue la relevancia histórica de las fuerzas populares incorporadas al ejército independentista bolivariano.

8. La conmemoración de fechas como el 19 de abril de 1810 y el 5 de julio de 1811 no debe olvidar que esta primera fase de nuestra independencia se restringió al proyecto enarbolado por los mantuanos, el cual no incluía como protagonistas de la independencia a los pardos y a los esclavos. Sólo a partir de 1816 es cuando Bolívar modifica la estrategia mantuana inicial, y declara la libertad de los esclavos y la igualdad de los ciudadanos como mecanismos políticos para alcanzar la ya mencionada alianza de clases que permitió el triunfo emancipador y le otorgó características de revolución social a nuestra independencia. Este fenómeno se vivió en Venezuela, mas no en el resto de países suramericanos, en los cuales las oligarquías blancas de la colonia lograron conservar su poder luego de la independencia.

9. El personaje central de la conmemoración bicentenaria es Simón Bolívar, como el gran padre de la patria latinoamericana. Sin dejar de mencionar a Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre y demás protagonistas destacados de ese proceso. La figura de Bolívar sirve para contraponerla al tipo de celebración que realizan los sectores burgueses, como CNN, History Channel, gobierno de España, etc.

Maracaibo, 28 de marzo de 2010.

[1] Francisco Rodríguez. (2004). Caudillos, políticos y banqueros. p.15. Citando a Augusto Mijares. (1988). El Libertador. Caracas. Monte Ávila Editores. p.529. Consultado en Internet (13/01/10): http://www.redeconomia.org.ve/documentos/frodriguez/instecoprepetro.pdf.



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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