“Todo se hunde en la niebla del olvido
pero cuando la niebla se despeja
el olvido está lleno de memoria”
Mario Benedetti
Por estos días, gracias a la red de medios públicos, telesur y los medios alternativos, vemos y escuchamos (refrescamos), la verdad de los hechos acaecidos durante el 11, 12 y 13 de abril del 2002, cuando se pretendió sofocar de nuevo los sueños emancipatorios bolivarianos, a fuerza de lo que mejor sabe hacer la oligarquía y el imperio yanqui: mentir, robar y asesinar.
José Vicente Rangel, en el Aló Presidente del domingo 11, propuso que el doloroso y gloriosos Abril, se rutince, haciendo alusión a que los hechos ocurridos no deben ser una conmemoración más, una iconografía vacía, extraña a las nuevas generaciones, fuera de nuestra vida cotidiana, simple pasado, sino que debe formar parte de la memoria colectiva del pueblo, imposible de borrar con la máquina de guerra yanqui o con las mentiras de los medios de incomunicación privados; debe instalarse en el alma y en el corazón de todas y todos la foto dantesca de lo que hicieron, que la verdad verdadera forme parte de la información genética venezolana, que nos inoculemos en la sangre patria la vida entregada por los mártires de esa jornada, porque sus muertes prueban, una vez más, lo que significaría que la oligarquía nacional y su jefe imperial del norte, detenten de nuevo el poder que ya hemos conquistado.
Esta propuesta de José Vicente, el de siempre, el que nos da ejemplo de que si es posible ser consecuentemente revolucionario toda la vida, convoca a tener mayor conciencia sobre las amenazas que nos asechan por lo que somos, lo que tenemos y lo que potenciamos. “El olvido está lleno de memoria”. Aprendamos de nuestras raíces. ¿A qué atribuir la resistencia de nuestros pueblos indígenas durante más de 500 años de colonización? A la memoria colectiva, al tatuaje que llevan en el alma de lo que son como pueblos y de la importancia de su pervivencia.
La idea de José Vicente nos sugiere que los contextos son esenciales. La próxima contienda electoral no es una simple contienda, es una batalla trascendental de la revolución. El espíritu Bicentenario, la conciencia de ser hijos de Bolívar, la siembra de nuestros mártires hoy resucitados, Abril, especialmente Abril verdad, Abril canción, Abril día a día, Abril conciencia, deben impregnarse en el combate. Candidatas y candidatos, lideresas y líderes en las diferentes trincheras de trabajo comprometido, colectivos de base, el pueblo, tomemos conciencia de que en lo cotidiano nos jugamos el todo y en lo global nos jugamos lo local.
Nuestro pueblo tiene la madures política necesaria para entender la importancia de los venideros comicios electorales, pero la vanguardia revolucionaria a través del PSUV y de todas las organizaciones que militan en la revolución, en general, tenemos la responsabilidad de llevar un mensaje claro y conciso; en el contexto que vivimos, votar para la Asamblea Nacional es creer en la democracia, votar por candidatas y candidatos del PSUV, es apostar al fortalecimiento del proceso, ganar la nueva Asamblea Nacional, significa ratificar a nuestro máximo líder, Hugo Rafael Chávez Frías, y al camino socialista que declaramos, pero, inclusive, significa ganar una batalla en la lucha por los pueblos pobres del mundo.
El pueblo llano puede percibirlo con la sabiduría acumulada en tanta historia de dominación, pero hay que facilitar que se establezca el esencial relacionamiento entre la local y especifica elección del nuevo cuerpo de diputadas y diputados de la Asamblea Nacional y el futuro de la Patria.
La oligarquía Hondureña y el estatus quo internacional nos mostraron cual es el libreto que el imperio tiene para volver a ponerle la mano al petróleo y demás recursos estratégicos del país en un momento donde ya no es una ficción que los países hegemónicos han acabado con sus propias reservas. La burguesía apátrida se ha comprometido con Obama a sacar la mayoría en la Asamblea para aplicar lo ensayado en Honduras: el golpe de Estado frío, aspectico, legal, cayapeado, en contra de nuestro Comandante, Presidente y de la revolución bolivariana. Estamos obligadas y obligados a reflexionar sobre las consecuencias de que lograran colmar sus anhelos. Evidentemente serían mucho más catastróficas que en Honduras, no sólo por lo que comportaría para el proceso nacional, sino por lo que la revolución y nuestro líder representan como referente en el avance de la construcción de la Patria Grande.
A 200 años de la gesta independentista, tenemos una oportunidad histórica de cerrar el ciclo libertario. Dramáticamente, si nos dejamos arrebatar este hito, no sólo nuestra patria y Latinoamérica, el sur del mundo, los pueblos pobres del mundo, verán mermadas sus posibilidades de sobrevivencia, pues, por los aires que soplan, en poquísimo tiempo, los gringos, las oligarquías, los imperios, la rapiña capitalista en su afán de lucro, amenazan con engullir todo el patrimonio de las generaciones futuras.
Ayudemos a que nuestro pueblo coloque en blanco y negro lo que pudiera perderse, a que en cada nueva batalla sienta el dolor y la gloria de Abril, es decir, rutinice en su hacer a Puente Llaguno.
13 de Abril 2010