En el documento dirigido  a Alfred Taylor Coordinador de Operaciones Especiales de la Dirección Nacional de Inteligencia EE.UU. y suscrito por Klein Silbes, responsable para el área caribeña del Comando Sur.Colombia (En el siguiente link se puede leer el informe confidencial http://www.aporrea.org/actualidad/n132412.html, con fecha 7 de Abril de 2009 ) este último hace referencia a discusiones y acuerdos alcanzado con fuerzas opositoras venezolanas. En la primera parte de dicho reporte, el analista gringo pasa revista de un conjunto de problemas que confrontan las fuerzas que pretenden derrocar a Chávez, siendo un retrato hablado de los diversos actores involucrados en esta trama, de entrada se observa que los yankys manejan de cerca la situación y están bien informado, incluso advierten la situación de desespero que hay del lado de los conspiradores. Esto último los lleva a plantear acelerar los planes. Este nuevo giro está recogido en la última parte del informe donde se señala:

“Por todo ello proponemos las siguientes líneas de trabajo en el ámbito de la movilización de calle para esta etapa:

• Organización de comandos políticos-militares con fachada pública de carácter social. Tomando como ejemplo la “corporación de seguridad” de Ledezma o las Redes Sociales de Leopoldo López.

• Presencia en las comunidades urbanas y rurales, a fin de activar demandas sociales.

• Activación del mayor numero de conflictos sociales, laborales, educativos, por servicios, sector transporte, alimentación, etc.

• Generar rumores de inestabilidad económica, financiera y bancaria; para crear crisis y desequilibrio en la sociedad.

• Estimular descontento en el sector militar a todo nivel, generando rumores de “ruidos de sables”.

• Generar crisis de seguridad, que promuevan pánico y desconfianza en las políticas de seguridad Estado.

• Incrementar la protesta estudiantil de carácter radical, combinada con acciones mediáticas en diferentes áreas.

El desarrollo progresivo de estas acciones debe permitirnos construir unos escenarios propicios para la fase final de Operación Jaque al Rey:

A· Máxima presión con la movilización social: marchas, tomas, trancas, paros, huelgas.

B· Crear una situación de caos y crisis total del país, que genere conflictos, hostilidades, enfrentamientos y violencia. Para ello es indispensable infiltrar personal paramilitar ( gente del Bloque Catatumbo )en sectores sociales, laborales y comunidades; participando en acciones directas, creando disturbios, generando caos y desorden en la sociedad.

C· El Calentamiento de calle y la violencia social es el clima de desestabilización general que necesitamos en el país, similar a la de abril de 2002, lo que permitiría pasar a la acción militar decisiva. Como no se trata de un golpe en frío o un alzamiento tradicional, es decisivo elaborar una cronograma de acciones para tal fin, cuestión que está en planificación y próximamente lo haremos llegar.”

Del análisis de estas líneas se desprende que no estamos frente a una conspiración tradicional, un golpe militar tal como lo hemos conocido en otras época, sino del desarrollo de una estrategia donde la intervención militar (que puede tener variadas concreciones armadas: sabotajes, guarimbas, operaciones especiales, magnicidio, intervención extranjera, es este caso colombianas y norteamericanas) aparece después de haber desatado una cruenta guerra psicológica y fomentado disturbios y luchas callejeras.

Este esquema sigue el patrón del “golpe suave” tal como ocurrió el 11 de Abril:

• Deslegitimación del proceso, descalificando la obra de gobierno de Chávez, exaltando fallas y errores.
• Agudización de las contradicciones, incentivando paros y huelgas, hasta llegar al colapso del aparato productivo.
• Marchas y movilizaciones hacia edificios emblemáticos, que permitan realizar un cerco y presionar el pronunciamiento militar.
• Organización de operaciones con fuerzas policiales y paramilitares, en coordinación con algunos individualidades militares ( activos y en retiro ).
• Paralizar o inhibir el conjunto de las fuerzas militares, lo que permitiría que a través de la lucha callejera y las operaciones especiales, se controlara de algunas zonas estratégicas al interior de algunas ciudades o regiones del país.

Las fuerzas comprometidas en estos planes desestabilizadores han colocado una hora cero para mediado de Mayo o Junio de este año, por lo que estamos frente a una crónica anunciada. Todo lo que ocurra en la escena política, en la manipulación mediática, en las manifestaciones de calle, en el aprovechamiento de la conflictividad social, puede ser leído a través de este guión.

Pero la historia no pasa en vano: así como hubo un 11 de Abril, los conspiradores deben saber que hay un 13 de Abril en espera y esta vez puede ser definitivo.