Hace trece años, Venezuela fue y sigue siendo asediada por los ansiosos de adentro y lo desesperados de afuera, pero el pueblo continúa resistiendo como bien supo hacerlo y defender a su máximo líder Hugo Rafael Chávez Frías, aquellos fatídicos momentos, cuando exaltados militares encabezados por los títeres Héctor Ramírez Pérez, Rafael Damiani Bustillos, Luis Camacho Kairuz, Efraín Vásquez Velazco, Néstor González González, Daniel Comisso Urdaneta, los sotaneros conspiradores bajo el mando del Zamuro Negro Ignacio Velasco, sus asistentes Baltasar Porras y José Luis Azuaje, junto a los mediáticos Alberto Federico Ravell, Guillermo Zuluaga, Gustavo, Ricardo y Guillermo Cisneros, Omar Gamero, Miguel Henrique Otero, Marcel Granier, Andrés de Armas, Orlando Urdaneta, Patricia Poleo, asesorados por los asesinos del norte acabaron con todo a su paso en la búsqueda de volver a poder, a través de la violencia generalizada, como en efecto se desarrolló para consumar el golpe de estado, secuestrar al Presidente Chávez y brevemente colocar al frente del gobierno a la marioneta de Pedro Carmona Estanga hoy en franca huída junto al paranoico “el paro continúa” Carlos Ortega.
Luego de consumado el golpe, vino el decreto de los funestos abogados Allan Brever Carías, José Gregorio Vásquez y Daniel Romero quien se encargó de la lectura de la disolución de los poderes públicos y de la Asamblea Nacional. Trío de pillos, pero bien resaltó Guillermo García Ponce, cuando llamó a no repetir la historia de la Primera República y enfatizó “después de cada conspiración vino un perdón y después de cada perdón una nueva conspiración”. Perdonó Chávez el 31 de diciembre de 2007, con el decreto-ley de amnistía, a todos los golpistas. Hoy, los mismos quienes asaltaron embajadas, léase a Henrique Capriles Radonski, a quien sometió a coscorrón al Ministro Chacín, es decir, Leopoldo López, a la corredora firmante nos referimos a la desaforada Machado junto a muchos otros siguen con su manía de los atajos. La historia da la razón a García Ponce, nunca se les debió perdonar, a estos sanguinarios, quienes no descansan en sus pretensiones iniciales, volver a poder y someter al pueblo a sus fauces y convertirse nuevamente en los opresores de quienes se levantan con la canción de Ali Primera.
Tantos nombres de violentos, Antonio Ledezma, Borges, quienes insisten en que nada hicieron o nada hacen en contra de Venezuela. Se resisten y avanzan sin miramiento alguno, acabando con vidas y destruyendo bienes públicos y privados, con el respaldo de medios de comunicación y la furia imperial del gobierno, presidido por el oscuro de Obama. Ellos, son ángeles que protestan pacíficamente, colocando guayas en medios de los tramos viales para que se degollé cualquiera, como ocurrió, de los que por allí pasen. Pobres muchachos, que lo que hacen es quemar autobuses, ambulancias, patrullas y cuando alguien les quita una barricada guarimbera le dan un tiro de gracia, no obstante, el gobierno los quiere satanizar.
Nadie puede ni debe olvidar la relación del golpe de estado 2002, mucho menos el sabotaje petrolero y por si fuera poco los 63 días de paro económico, que nos llevaron a la peor de las pérdidas, invitando a los jóvenes, a todos sin excepción, a revisar toda la literatura referida a las adversidades de esta oposición apátrida, impertinente, colmada de odio contra el pueblo; cuyo único interés se centra en el retorno para la humillación, la persecución, la desaparición forzosa y el regresar para apabullar a la ciudadanía, sin importarle otra cosa que acumular grandes fortunas.
Ahora, en esta hora luego del perdón del 2007, nos asedian, nos someten a la guerra económica (escondiendo, limitando o impidiendo producción), guerra mediática, guerra sicológica, guerra de cuarta generación; pero ante tanta calamidad opositora, el pueblo continúa y continuará resistiendo las embestidas de quienes están empeñados de arrebatarnos todos y cada uno de los logros alcanzados en este proceso de cambio.
No cabe una tercera oportunidad, solo la mano dura para quienes no han entendido el mensaje de la Paz, que bien se les ha sabido dar desde lo más profundo del corazón de Chávez, de Maduro y del Pueblo. Revisemos quien o quienes tienen la razón, la violencia o el amor profundo que nos envuelve a favor de nuestra patria querida. NO VOLVERÁN.