Abril está anclado en el imaginario popular. Nos retrotrae a terribles días, pero también al tiempo de la gloria del bravo pueblo. Siempre habrá un antes y un después.
Hace exactamente seis años, la furia disociada pretendió truncar los sueños de la mayoría, apelando al artilugio de "vale todo", desconoció el orden constitucional y se lanzó a una aventura golpista contra el presidente Chávez que les seguirá pesando en el presente y en el futuro.
Los aldabonazos de abril permiten, en cualquier formato, proyectar las imágenes de quienes fraguaron aquel ominoso hecho. En cámara lenta o rápida, los rostros de la traición cobran vida, van de muecas a gestos fosilizados. Las sonrisas se convierten en expresiones que avalan todo lo ilícito. La conspiración no diferenció para aglutinar prelados y militares de alta jerarquía, comerciantes e industriales y figuras de los viejos partidos.
Todos ellos muy "demócratas".
El asunto había que promocionarlo interna y externamente, ese abril de la injuria sumó a comediantes y titiriteros. ¡Todos a la gran pantalla! Virtualmente, se mostraba el control de la situación. Las cadenas mediáticas globalmente asumían la promoción del crimen constitucional que se había dado en el país. Los actores de tal felonía se empujaban para salir en pantalla y elogiar "el triunfo de la democracia y la libertad". Hubo una puesta en escena monitoreada por el gobierno del Norte.
Todo estuvo calculado por la reacción, se compraron tantas conciencias, estaban penetradas instituciones y organismos; en aquel festín, resaltaron muchos de los más cercanos colaboradores del Presidente. La delación y la persecución se extremaron y en pocas horas la furia de la derecha mostró sus colmillos. El guión estuvo tan ensayado que los ventrílocuos de la derecha, militantes acérrimos de la oposición, se justificaban con la misma expresión: "el Presidente renunció".
Anverso y reverso. Hoy, casi 10 años después de diciembre de 1998, nuestro pueblo sigue escribiendo su historia. Aguerrida y sin tregua. Abril es del pueblo. En el rincón más apartado del país retumban las frases: "¡No volverán! ¡Si vienen con un 11, salimos con un 13!".
La confrontación continuará, la oposición sigue empeñada en salir del Presidente. Abril siempre es el combate.
Periodista/Prof. universitaria