27/04/10.- El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) será imbatible en los próximos 30 años, tanto en Venezuela como en América Latina, una vez consolidada su condición de organización política revolucionaria y sus bases populares en una fuerza de cuatro o cinco millones de militantes.
El planteamiento corresponde a Fernando Soto Rojas, delegado del Congreso Extraordinario del PSUV.
Soto Rojas, luchador social incansable, investigador constante y formador nato, ha contribuido con el desarrollo de la revolución bolivariana tanto desde lo práctico como desde lo ideológico.
Destaca que un partido revolucionario es aquel que sintetiza la historia del pueblo y su propio programa “con una Dirección que coherentemente lo obedezca”, y también sintetiza sus prédicas sociales y políticas.
“Si consolidamos una fuerza de cuatro, cinco millones (de militantes). Eso es imbatible en los próximos 30 años en Venezuela y en América Latina”, recalca.
—¿Y cómo se consolida esa fuerza? ¿Es el camino que se está siguiendo ahorita el adecuado, o es perfectible?
—El camino que nosotros proponemos es el proceso de formación sistemática. Empezando por conocer los elementos centrales de la coyuntura. No es suficiente estudiar el momento político. Los momentos son variables. Ahorita hay un momento electoral y eso va a pasar después del 2 de mayo y del 26 de septiembre.
—¿Cuál es la coyuntura que se debe estudiar?
—La coyuntura que tenemos que estudiar es esta que arranca con los acontecimientos de febrero de 1989 y no se ha cerrado hoy. Cuáles son los elementos centrales que han regido esa coyuntura durante 21 años, tomando en cuenta sus antecedentes históricos que van desde, por lo menos, 1498, año en el cual nos invadió el imperio español. Además tienes que tener una idea global de lo que está pasando en el mundo. Cuáles son los elementos centrales de la crisis mundial. Cuál es la crisis del capitalismo, cuáles son las exigencias de esa importante coyuntura.Sobre esa base uno tiene que apropiarse de una metodología.
—¿Y cuál considera es la metodología más apropiada?
—Para nosotros sigue siendo el marxismo, la metodología de la investigación-opción. Porque estudias el fenómeno en sus orígenes, integralmente, en sus partes y su desarrollo. La humanidad ha conocido muchas escuelas epistemológicas, todas producen conocimiento, pero lo ven en forma estancada. El marxismo ve eso integralmente y es realmente una doctrina muy coherente y es la única que ha hecho revoluciones en el mundo. En cada coyuntura se tiene que estudiar cuál es la plataforma de lucha adecuada para avanzar. En el caso venezolano, la coyuntura es ésta de 21 años y la plataforma es la Constitución. Y en cada momento político ser tienen que tomar las medidas revolucionarias adecuadas, articuladas a las plataformas de lucha y al tema popular.
—¿Cómo se da este debate profundo en el PSUV, cómo se baja a las bases cuando tenemos
generaciones a las que nos han inculcado miedo al socialismo, además de rechazo a nuestra propia historia?
—La gente tiene que reencontrarse con su propia historia, tú vas a hacer un trabajo político en un barrio o en una urbanización y tienes que hacer un diagnóstico. En el caso de Venezuela, pues se debe tener idea de que 200 años después de la gesta emancipadora, la crisis que arranca en el año 1989 (con El Caracazo) nos conduce a una crisis revolucionaria, cuando los de abajo no quieren que los sigan gobernando y los de arriba no pueden seguir gobernando como antes. Y una segunda condición es que haya la subjetividad necesaria, la construcción popular necesaria para controlar esa situación.
—¿Entonces hacia dónde se debe avanzar?
—Creo que hoy está planteado como tarea central avanzar en una unificación programática del pueblo venezolano. No es suficiente lo que hemos logrado, que es bastante, tenemos que llegar a que el pueblo se una en torno a un programa esencial, que en lo fundamental está en la Constitución, y que tiene como finalidad construir una sociedad justa y amante de la paz: el socialismo. Pero sobre la base de un nuevo régimen socioeconómico que combina la propiedad comunal como fundamental, la estatal y la privada, bajo la circunstancia de la Venezuela moderna de hoy.
—El presidente Chávez siempre dice que estamos en una fase de transición al socialismo.
—Este Estado viene del pasado colonial, pero esta revolución ha dado aportes teóricos y políticos como para señalarle al mundo histórico la estrategia, la cual pasa por la necesidad de debatir sobre cuatro temas importantes: el Estado, la construcción del poder popular y la concepción del partido, el programa y el socialismo bolivariano del siglo XXI. Dirección (del partido) que tenga comprensión sobre esos temas teóricos, articulados al diagnóstico de la realidad, a una metodología, a una sistematización de una política y a unos planes sencillos y de fácil discusión, puede cabalgar al lado de Chávez, al lado de Fidel Castro; y podemos acumular fuerzas aquí en la región y en el mundo. Y en un tiempo histórico, prudencial, cambiar la correlación de fuerzas, a nivel global, por ejemplo.
Siempre contra el Estado burgués
Para Fernando Soto Rojas la revolución bolivariana es un sueño hecho realidad, por el cual hace muchos años tomó su fusil y se fue a la guerra.
Era 1958 y, recién derrocado Marcos Pérez Jiménez, este oriundo del estado Guárico tuvo que enfrentar la triste realidad de que seguía imperando el Estado burgués que tanto combatió junto a la Junta Patriótica.
Como parte de la directiva del Banco Obrero, recibió presión para otorgar un crédito habitacional nada menos que desde el mismo Palacio de Miraflores.
“Sotico, te damos un cargo donde tú digas, me dijeron, a lo que contesté: doctor (Luis) Lander arrégleme mi cuenta, porque este es el mismo Estado que nosotros combatimos. Y nunca más le voy a trabajar a este Estado”, contó. Por la misma razón tampoco había terminado estudios de derecho y educación.
“Me dieron 14 mil bolívares. Se los entregué a la mujer y de ahí me fui para la guerra”.
—¿Para dónde?
—Para la guerrilla urbana en la montaña El Bachiller (Guárico), y a comandar 120 hombres aquí en Caracas. Y después al frente guerrillero Ezequiel Zamora.
Y después fui a Cuba. Y después brinqué al Medio Oriente.
Regresé en el año 80 a hacer trabajo legal y así nos encontramos con Chávez.
Soto Rojas, quien lleva buena parte de su vida haciendo trabajo social y político en Caracas, tiene tres hijos, nueve nietos y tres bisnietos. Este dirigente de izquierda destaca que el amor es fundamental para construir una mejor sociedad y asegura nunca haber odiado, pese a que su hermano, Víctor Ramón, fue asesinado en la lucha armada.