Un total de 2 millones 539 mil 852 militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) asistieron este domingo a los 3 mil 820 centros de votación de 87 circunscripciones del país para decidir los candidatos que participarán el próximo 26 de septiembre en las elecciones parlamentarias. Un hecho histórico político que marca la diferencia de las primarias de los primates de la oposición. Una demostración de organización, fuerza y disciplina. Se estima gran cantidad de caras nuevas y jóvenes que van ahora a pelear electoralmente los curules de la Asamblea Nacional.
Un evento único en América Latina, un ensayo que hay que analizar a fondo, reflexionar de lo positivo y lo negativo. Lo positivo de que un partido rompe con el paradigma del Dedismo al lograrse la auto postulación de los precandidatos, la confianza en sus bases del reconocimiento público del servicio social y el liderazgo. Lo negativo; los mismos vicios de la cultura política burguesa donde el ventajismo económico y de promesas electoreras a base de posibles contratos en puerta en los ministerios que apoyaron a ciertos candidatos y candidatas. Ventajismo que se denuncia en la conformación de maquinarias políticas a la usanza de la IV República.
En el circuito donde me tocó trabajar se auto postularon un cierta cantidad de militantes, la mayoría de base, surgida de la lucha comunal, mientras otros no. De esta cantidad de precandidatos se llego a conocer solo a pocos porque como sea pudieron sacar unos volanticos y a través del contacto personal sin contar con una maquinaria para la campaña no tuvieron la transcendencia que esperaban, mientras otras candidaturas contaron con salas de Batalla social. Comunas, alcaldías, juntas parroquiales y hasta Ministerios.
A mi modo de ver esto debe de regularse y normalizarse más a fondo por los delegados del PSUV, aunque sé que muchos de ellos también cayeron en eso. Medidas que deben ser estudiadas y sancionadas sin temor alguno para que exista la equidad entre todos los que se postulan ya que es un arma de doble filo que puedan desestimular el voto que realmente se necesita para avanzar en la conquista de los espacios públicos por el poder popular.
Los dos candidatos que yo pensaba podrían ganar el circuito, ninguno quedo, ni para suplente, pero si quedo ciertas personas cuestionadas, no en lo moral, sino en el ventajismo y la falta de gerencia en la practica. Sé que quedaron muchos resquemeros, divisiones que puedan restar votos en el circuito a los candidatos salidos ganador, por mi parte es mi deber apoyarlos en la campaña porque al fin al cabo vamos hacia la profundización de una asamblea socialista que impulse leyes y reformas constitucionales para el estado Socialista.
Pero qué de aquellos que son más sentimentales o emocionales en el hecho electoral. Es importante que el PSUV en cada uno de los circuitos dedique un mes para el debate interno de este proceso, recoger los logros y analizar los errores cometidos para que en los próximos procesos internos se llegue a sumar y no en restar.
Ahora todos juntos, ganadores y perdedores, deben unirse, dejar de un lado las diferencias y sumar esfuerzo para que cada uno de los candidatos lleguen a nuestra asamblea, igualmente estos candidatos deben sentarse y reunirse con las bases, no solo para diseñar estrategias de campaña electoral, sino de debatir a fondo la asamblea que tenemos, la asamblea que se requiere y el compromiso de participación popular y comunal en la elaboración de las leyes necesarias para impulsar el estado socialista.
El triunfo aún no ha llegado, nos quedan 4 meses de fuerte campaña, de debate interno y de una revisión a fondo de la verdadera militancia del PSUV.
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