Octubre 13 de 2012.-Durante el régimen neoconservador de George W. Bush, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en su discurso en la ONU resumió a Bush para el mundo. Estoy citando a Chávez de memoria, no palabra por palabra. “Ayer parado en este mismo podio estuvo el mismo Satanás, hablando como si fuera el dueño del mundo. Usted todavía puede oler el azufre”.
Chávez es uno de los hombres malos favoritos de la derecha estadounidense, debido a que Chávez ayuda a la gente en lugar de desangrarlos para los ricos, que es la forma de Washington. Mientras que Washington ha llevado al suelo a todos menos a los ricos, Chávez redujo la pobreza a la mitad, duplicó la matrícula universitaria, y proporcionó atención sanitaria y pensiones de vejez a millones de venezolanos por primera vez.
Pocos se extrañan que él (Chávez) fue elegido para un tercer mandato como presidente a pesar de los muchos millones de dólares que Washington despilfarró en la campaña electoral de Henrique Capriles Radonski, opositor a Chávez.
Mientras que Washington y la Unión Europea predican el neoliberalismo – la supremacía del capital sobre el trabajo – los políticos suramericanos que rechazan la forma de Washington están siendo electos y reelectos en Venezuela, Ecuador, Bolivia Brasil, Argentina y Uruguay.
Fue el gobierno de Ecuador, no Washington, que tuvo la integridad moral para conceder el asilo al fundador de Wikileaks, Julian Assange. La única vez que Washington concede asilo es cuando puede ser utilizado para avergonzar a un oponente.
En contraste al liderazgo que está surgiendo en Suramérica mientras más gobiernos rechazan la hegemonía tradicional de Washington, la elite política de EE. UU., ya sea republicana o demócrata, están alineados con los ricos en contra del pueblo estadounidense.
El candidato republicano, Mitt Romney, ha prometido reducir los impuestos a los ricos, impuestos que ya están bajos, para bloquear cualquier regulación de los gangsters en el ámbito financiero, y privatizar el Seguro Social y la Asistencia Médica.
Privatizar el Seguro Social y la Asistencia Médica significa desviar los dólares de los impuestos de las personas para el beneficio de las corporaciones privadas. En manos republicanas, la privatización significa solo una cosa: reducir los beneficios de las personas y utilizar los dólares de los impuestos del pueblo para aumentar las ganancias en el sector privado. La política de Romney es solo otra política que sacrifica el pueblo para los ricos.
Desafortunadamente, los demócratas, si son un mal menor, todavía son un mal. No hay razón para votar por la reelección de un presidente que codificó en ley la destrucción de la Constitución de los EE.UU. por parte del régimen de Bush, quien fue un paso más allá y reafirmó el poder de asesinar a ciudadanos estadounidenses sin el debido proceso legal, y quien no ha hecho nada para detener la explotación del pueblo estadounidense por parte de los ricos.
Como afirma el editor y autor Gerald Celente en la edición de Otoño del Trends Journal, cuando se enfrenta con la elección entre dos males, usted no vota por el mal menor. Usted boicotea las elecciones y no vota. “Menor o mayor, el mal es mal.”
Si los estadounidenses tuvieran algún sentido, nadie votaría en las elecciones de noviembre. Quienquiera que gane en las elecciones, será una derrota para el pueblo estadounidense.
Una victoria de Obama o Romney constituye un fuerte contraste con la victoria de Chávez. Aquí está cómo Lula Da Silva, el expresidente de Brasil lo resumió: “La victoria de Chávez es una victoria para todos los pueblos de Latinoamérica. Es otro golpe contra el Imperialismo”. Washington, haciendo pleno uso del todopoderoso dólar, no fue capaz de comprar la elección presidencial venezolana.
¿Cómo se resume una victoria de Obama o Romney? La respuesta será en los términos de cuál candidato es mejor para los intereses de Israel; lo que es mejor para los intereses de Wall Street, lo que es mejor para la agroindustria; lo que es más probable atacar a Irán; lo que es más probable someter a los que protestan contra la guerra y la economía a la detención indefinida tratados como extremistas internos.
Las únicas personas que se beneficiarán de la elección ya sea de Obama o Romney son aquellos asociados con las oligarquías privadas que gobiernan Estados Unidos.
Traducción/ Ivana Cardinale para el Correo del Orinoco
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