Berna, 4 de mayo de 2013 (Especial para Aporrea.org).- El sábado 4 de mayo en una pequeña plaza de la capital helvética, se concentró un grupo de venezolanos para propagar falsedades sobre el resultado de las elecciones que se realizaron el pasado 14 de abril de 2013.
Como el nazi Joseph Goebbels y su equipo de fanáticos, Capriles y sus seguidores piensan que la mentira es un arma efectiva. En efecto, el axioma goebbeliano dice: “No basta con mentir, se debe decir la mentira más grande para que se crea”... Siguiendo esta línea, se leía en una pancarta: “Venezuela, el único país del mundo donde se proclama un presidente sin contar los votos”. Es sorprendente que estas personas no quieran enterarse de que se realizaron elecciones democráticas, celosamente controladas por 173 acompañantes internacionales, entre ellos los representantes de la UNASUR, CELAC y de la prestigiosa Fundación Carter. La ley orgánica electoral prevé que 54 % de las máquinas electorales sean auditadas mediante verificación ciudadana con la presencia de los miembros de mesa y los respectivos testigos de los partidos políticos; hecho realizado sin que se haya detectado ninguna anomalía. Según el cronograma del Consejo Nacional Electoral (CNE), este lunes 6 de mayo comienza la auditoría del 46 % restante de las mesas de votación, solicitada por el comando caprilista que luego declinó participar en el evento...
“Justicia y democracia para Venezuela”, decía otra pancarta... Justamente, es lo que las personas de bien pedimos para la Patria Venezolana. Quienes no respetan a las instituciones del Estado y el resultado del voto popular que condujo a la presidencia del país al Sr. Nicolás Maduro, son precisamente los fanáticos seguidores de Henrique Capriles apoyados por el gobierno estadounidense. Desde la misma noche del 14 de abril, el país vive una ola de violencia contra los miembros del Poder Electoral, contra los partidarios del presidente Maduro y contra instituciones públicas y misiones sociales. 10 familias lloran a sus seres queridos, asesinados por la furia caprilista, 25 ambulatorios que prestan atención médica universal y gratuita han sido asaltados o quemados. Las intenciones son claras: atemorizar, desmovilizar y paralizar a las bases populares e instaurar en Venezuela una situación de ingobernabilidad y desorden para abrir las puertas a los golpistas de siempre, la oligarquía de la mano del matón del norte.
“Paz en Venezuela” se leía en otro cartel... La deseamos ardientemente para el pueblo venezolano. La prudencia del gobierno de Maduro en la gestión de esta crisis y la disciplina del pueblo combativo evitaron enfrentamientos generalizados que habrían provocado más derramamiento de sangre.
El grupo antichavista gritaba: “Capriles presidente”... Henrique Capriles, entonces Alcalde de Baruta, participó en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y hoy se presta -una vez más- al juego infame de Washington. Capriles no tiene la ética necesaria que se requiere para pretender dirigir los destinos de un país como Venezuela. En la actualidad, él ejerce funciones de Gobernador del Estado Miranda, después de haber sido proclamado vencedor (con el 51,83 % de votos contra el 47,82 % de su adversario chavista Elias Jaua) el 16 de diciembre pasado y por el mismo ente electoral que ahora él desconoce.
El escenario geopolítico regional se ha transformado gracias a la integración política latinoamericana impulsada por Hugo Chávez. Actualmente, es imposible aislar a un gobierno democráticamente elegido. La cumbre de UNASUR, celebrada en Lima el 18 de abril para tratar la cuestión venezolana, selló un sólido apoyo de todos los gobiernos de la región al presidente Nicolás Maduro.
Comité Bolivariano de Suiza
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