La liviandad es propia de descerebrados, sobrenada en la superficie de las cosas, por lo que es aprehensible a simple vista por todos; de todo asunto, el fondo tiende a pasar inadvertido para los ojos del incauto.
La piel también cuenta -podrías decirme-, quién dijo que no -digo yo-, y agrego que, el fondo también, en fin, yo prefiero que prevalezca el holos.
Lo que pasa es que aquí muchos no están dispuestos a hacer sacrificios por alcanzar su comodidad morbosa sino recrearse en ella vilmente y la patria les importa menos que una locha de mierda porque no saben ni donde están parados, lo que es un viejo mal de chivos mansos; cuando el caracazo aquí no hubo más muertos porque al ejército y a la policía se le acabaron las balas de tanto plomo que el entonces “presidente” Ítalo del Valle Alliegro ordenó disparar contra el pueblo venezolano que en rebeldía se echó a las calles a decirle basta a la plutocracia cuartarrepublicana; hay que decir pan al pan y vino al vino, CAP tiró la toalla entonces ante el pueblo arrecho y dejó el mando de un barco al garete, a Alliegro, y éste, obedeciendo las órdenes de la embajada gringa, procedió a masacrar al pueblo, dizque para imponer “el orden”.
Pero surgió Chávez al frente de la gloriosa juventud militar y salvó al ejército del gorilato a lo chileno al que estaba siendo llevado, le devolvió su esencia bolivariana, y con ese ejército salvó la patria, y con esta patria se dispuso salvar a América Latina, pero, lo mataron.
El tema da para un desarrollo dialéctico y demostrar que Venezuela cuenta hoy en día con uno de los ejércitos más democráticos del mundo, así como Chile cuenta con otro sanguinario y carabinero, lo que menciono por obvias razones, la dialéctica; análisis pendiente, pero, vayamos al grano:
Maduro ha sabido comandar en jefe a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana -FANB-, basta hacer notar que en medio de una atípica guerra no convencional ha sabido mantener la paz no sin haber derrotado diversas manifestaciones sangrientas como la guarimba y las guayas para decapitar motorizados, asesinatos selectivos, y otras perversiones como el ataque a la moneda, el acaparamiento de alimentos, medicinas, bienes y servicios, una feroz arremetida de la prensa nacional e internacional y pare de contar agresiones y, por si poco fuere, contener y bregar por meter en cintura a la MUD.
Resumidamente y para simplificar, Maduro ha sabido comandar en jefe al ejército más democrático del mundo, nuestro ejército bolivariano, y a la vez ha tenido que lidiar con la organización más arrastrada y sanguinaria que ha conocido nuestro país, la MUD; y, por añadidura ha tenido que sortear a un pila de sinvergüenzas ex altos funcionarios de nuestro propio gobierno y quienes una vez desaparecido físicamente el Comandante Supremo, se echaron a los brazos del enemigo.
Así que los trabajadores de abajo abrigamos la certeza de que en el 2017 en cierne Maduro va darle una buena patada en el furrutaco a la apatridad contrarrevolucionaria y descerebrada.