Resuena. Lo repiten los medios privados, las redes informáticas. Lo escriben en los vidrios de los carros: ¡Si se puede! ¡Polar Somos Todos! ¿Todos?
Es triste ver como de nuevo se utiliza a sectores de la población para apoyar causas de las elites nacionales. Bajo el discurso de una supuesta igualdad y horizontalidad, nuevamente se utilizan artilugios que buscan desesperadamente establecer lazos afectivos, que hacen recordar claramente aquellas campañas de “RCTV Alto Pana” o la “Gran Familia Venevisión”. Es sabido que la apelación a lo afectivo es una manera de burlar los mecanismos conscientes y por tanto, una baja manera de condicionar las conductas. En 2 palabras: chantaje emocional. Táctica comparable a la propaganda y publicidad subliminal y basada en el mismo principio: el irrespeto al otro.
Resulta que ahora por arte de magia la Polar se convirtió en una empresa de todos. Parece que un hechizo dejó atrás los tiempos cuando la estrategia publicitaria de la empresa reposaba en la explotación sexual femenina, cuando jugaban con la seguridad alimentaria de todos los venezolanos al unirse a paralizaciones voluntarias y criminales –sin importar la filiación política de a quienes ponían en riesgo-, cuando justificaban las mentiras y los valores negativos como medios de alcanzar objetivos personales, cuando justifican un abierto acaparamiento como una reserva en depósito o cuando la esencia del apoyo al deporte era negado por sus acciones, al convertir los recintos de sus eventos en gigantescos bares.
El mismo hechizo hizo de pronto desaparecer las históricas demandas contra la empresa por parte de la clase trabajadora explotada para convertirlos en unos seguros empleadores; también parece justificar como tras una “parbolización” y “saborización” desaparecieron los artículos básicos de la dieta del venezolano para burlar las regulaciones y maximizar sus ganancias a expensas del hambre de muchos. Claro está, los principales magos ejecutores de tales sortilegios son… nuevamente los infaltables medios de comunicación privados y las matrices manipuladoras de la opinión pública.
Si algo no se les niega, es que Empresas Polar hace muy bien su trabajo… lástima que el fin perseguido esté de espaldas a los intereses nacionales y de frente únicamente a los propios. No hay peor ciego que el que no quiere ver que Polar nunca han sido todos, sólo ellos.
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