Durante el año 2011, la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional presidida en ese entonces por el diputado Héctor Navarro, desplegó por todo el territorio nacional jornadas de discusión del Ante Proyecto de Reforma de la Ley Contra la Corrupción. En esas jornadas se produjeron grandes debates que dieron como resultado la incorporaron importantísimas propuestas a esa reforma, y creó grandes expectativas en la sociedad venezolana y principalmente en los sectores políticos y sociales comprometidos con la idea de sanear la administración pública, por otro lado, la movilización y la logística generó un gasto considerable de recursos para la realización de las jornadas.
La sociedad venezolana no supo más del destino de la Reforma de la Ley contra la Corrupción. No se le dio información al país de que la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad el 23 de Noviembre del 2.011 el Proyecto de Reforma a la Ley contra la Corrupción y presentada a la presidencia de la Asamblea Nacional para que se iniciara el debate, pero la fracción parlamentaria del PSUV, presuntamente por acuerdos secretos con los jefes de la fracción de la oposición, se decidió no darle discusión al citado proyecto y diferirlo, es decir, engavetarlo, o tal vez el espíritu de la indiferencia y falta de compromiso y voluntad política contra la corrupción, provocaron un tácito acuerdo parlamentario, abandonándose así el mandato del pueblo que exije la lucha frontal contra la corrupción.
¿Por qué razones se engavetó el proyecto? A ningún partido representado en la Asamblea Nacional le conviene que se reforme la Ley contra la Corrupción, porque tanto a unos como a otros, una nueva Ley contra la Corrupción sería como aprobar una guillotina para las cabezas de funcionarios corruptos de distinto rango, tanto de gobernantes de AD, COPEI, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, defensores de la vieja oligarquía fascista, así como de los infiltrados derechistas y opositores infiltrados en la administración pública vestidos de “rojo rojito”. En algo tenían que ponerse de acuerdo ambas derechas.
La Reforma a la Ley contra la Corrupción, vendría a representar un instrumento legal para ser aplicado por el Poder Ciudadano o Moral, a través del Consejo Moral Republicano, donde están representados la Fiscalía General de la República, La Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República, quienes además de aplicar sanciones públicas, amonestaciones y suspensiones de funcionarios de los cargos públicos, también velaría por el cumplimiento de la Ley contra la Corrupción.
¿A quien beneficia políticamente el engavetamiento del Proyecto de la Ley contra la Corrupción? Indudablemente que moral, ética, social, política y económicamente la República y el proceso bolivariano son perjudicados. ¿Pero, políticamente quien sale beneficiado de esta mordaza inconstitucional contra la moral, la ética, la sociedad y contra la nación? Sencillamente la oposición fascista y la burguesía son los únicos beneficiados en lo político, pues aprovechan un flanco débil del proceso bolivariano, ya que facturan como culpables a los partidos del proceso el no haberse aprobado la Reforma a la Ley contra la Corrupción, aunque, en el fondo a la burguesía y a los partidos de la oposición que la representan, tampoco les conviene una Ley contra la Corrupción fuerte y contundente, porque de la corrupción de las instituciones de cualquier Estado en cualquier parte del mundo, se nutre y se fortalece parasitariamente las clases dominantes burguesas y opresoras que pujan siempre por el descalabro y quiebra de las instituciones y empresas públicas para imponer el modelo del liberalismo y el neoliberalismo salvaje, es decir, la privatización, lo que significaría el fracaso del modelo socialista bolivariano en nuestro país. A la vieja oligarquía y a los nuevos pichones oligarcas opositores, vestidos de rojo, surgidos de la corrupción, jamás les interesará una Ley novedosa contra la corrupción, y esa es una de las causas por las cuales 603 mil compatriotas desconcertados y confundidos dejaron de votar por el proceso bolivariano el 14 de Abril.
La Historia se repite. Simón Bolívar decretó la pena de muerte a los corruptos y no lo cumplieron, Mao Tse-tung, en la China socialista fustigo la ineficiencia, el despilfarro, el burocratismo, el nepotismo, y sobre la corrupción dijo en 1.951: “Es preciso criticar y educar a los convictos de culpas menores, destituir, aplicar sanciones punitivas o condenar a prisión (corrección por medio del trabajo físico) a los convictos de culpas graves, e incluso fusilar a los que hayan incurrido en los peores casos de corrupción administrativa. Esta es la única manera de resolver el problema”, y añadió. Solo de esa manera podremos poner fin al peligrosísimo fenómeno de la corrosión por la burguesía, de gran número de militantes..”
El pueblo no pide tan acertadas medidas maoístas, pero si exige una nueva ley contra la corrupción que definitivamente corrija este mal heredado de la cuarta República. De esa forma, aprobando la Reforma a la Ley contra la Corrupción, y aplicándola sin exclusión ni preferencia, se acabará con el burocratismo, la ineficacia, la ineficiencia, el nepotismo y se neutralizará la corrupción. Presidente Nicolás Maduro, exija a los diputados bolivarianos la aprobación de esta reforma a la Ley contra la Corrupción, y al Consejo Moral Republicano a que sea severo en su cumplimiento, y verá como esos 603 mil compatriotas desconcertados y confundidos regresan al proyecto bolivariano y socialista; 400 mil que votaron por el fascista y burgués y 203 mil que se abstuvieron de votar.