No solamente presidente, es la penosa situación que genera una carestía, cualquiera sea su desgraciado origen. Ni sólo es presidente, que entre los productos regulados ya en insolente indiscreción, el pecado especulativo ronde por los mercados populares. Y comprenderá presidente, que no sólo será porque los productos no regulados cogieron el demonio de las alturas para cuadrar unos precios donde solo podrán llegar el capitalismo fino o la burocracia más acomodada. Y usted presidente obrero de todos, seguro eso lo comprendería. Pero presidente hay otras cosas. Todos recordamos cuando Chávez, públicamente desenganchó a Tareck de la candidatura de Anzoátegui. El horror de las calles de Puerto La Cruz y Barcelona fue suficiente para tal decisión. Y nació entonces presidente, la Fiesta del asfalto. Casi seguro, si esa medida no sale de la memorable envergadura de aquel hombre, la derecha estuviera apoltronada en el palacio gubernamental de Barcelona. Y ahora presidente parece agravarse el problema. Cual epidemia maldita, las calles que reptan por barrios y urbanizaciones pobres y clase media del país ruegan por un cariño que las dignifique. Allí, ya el hueco o el barranco exageró su geometría, presidente. Mire presidente, el ministro de estas cosas declaró que el 80% de esas vías dependían de gobernaciones y alcaldías. Casi 80.000 Km, presidente. ¿Tiene real esa gente para eso presidente? El ministro acucioso, salió de ese rollo rapidito, presidente. Y se sabe entonces presidente, que ni con la ayuda de los poderes divinos se acometerán tales empresas. Y ese problemón eléctrico, presidente… Cuenta un gerente medio de la petrolera, que los saboteadores de 2002 en Pdvsa, entraron en cambote a Corpoelec.
Quien sabe qué mano tendenciosa pudo acometer tan desgraciado acto? Y quién sabe si allí está el meollo de esa bestialidad que intenta electrocutar a la revolución, presidente. Porque seguro si es que los saboteadores de Pdvsa tienen padrinitos que los protegen por todos lados, presidente.
Si presidente, la luz, el abastecimiento y el asfalto. He allí presidente nuestras mayores tribulaciones. ¿Será, presidente que podremos contra esas acechanzas antes de ese 8-D, que esa gente de derecha con obstinación, quiere exponer en plebiscito? Disculpe el duro planteamiento de esa duda presidente. El pueblo trabajador y socialista de este país, no quiere la vuelta cuarto republicana, presidente. Pero hay que volver eso sí a Chávez, presidente. Sólo en su inspiración revolucionaria concreta, no surrealista, podremos encontrar el camino cierto que nos lleve a mantener esta revolución, por lo demás justa a los menesteres de éste, su pueblo, presidente.