Los socialistas mediocres y los apologistas burgueses han vendido la clase media como un tránsito entre la pobreza y la riqueza, como el paso del 1 al 3, pero, bien miradas las cosas, el cuadro entre ricos holgazanes y obreros pobres representa en sí mismo la división radical entre explotadores y explotados, entre las dos tradicionales clases sociales, una cargada de privilegios económicos y políticos, y otra, de pobreza con variopinto rango de miserabilidad; hay pobres de pobres entre el proletariado tal como hay ricos de ricos entre la burguesía.
La clase media, efectivamente, nos luce como una posición media entre la pobreza y la riqueza, pero, es que se trata de proletarios quienes mientras mejor pagados sean más estarían sirviendo como semilleros de potenciales nuevos explotadores. Cuando un proletario se hace de un capital y lo usa con criterio burgués, ¿qué otra cosa hace que no sea reforzar y alimentar la coexistencia de explotados y explotadores?
Entonces, debemos por empezar por reconocer que ser de la clase media es una de las posiciones sociales más antisocialistas por cuanto se trata de trabajadores que reniegan de su pobreza, se trata de quienes luchan por salir de ella, y, como tales, pasan a convertirse en furibundos admiradores del rico burgués y del próspero empresario explotador, y al mismo tiempo se convierten en un no menos furibundos despreciadores de cuanto trabajador pobre se les atraviese en su camino.
Debemos reconocer que salir de la pobreza como clase media y mediante el recurso burgués sólo afianza el poder alienante de la burguesía sobre el proletariado
Observemos la posible evolución de un rico burgués y la de un pobre proletario: En el primer caso y teóricamente, los apetitos burgueses y la acumulación del capital no cesan ni cesarán hasta que no se extinga el modo capitalista, digamos que fabricado un rico capitalista, rico se queda, salvo eventuales infortunios, pero, en cambio, la pobreza del proletario puede permanecer y agudizarse y deja como como alternativa azarosa el enriquecimiento proletario a punta de ahorros, de trampas y muy posiblemente de complicidades ilícitas de todos conocidos. Es un hecho que no puede prosperar ningún proletario que no se cuadre incondicionalmente con uno que otro acaudalado explotador de aquel mismo o de terceros.
La clase media ha venido jugando el triste servicio burgués de negar la existencia de clases por cuanto todo lo ve reducido a salir de la pobreza mediante alguna estrategia para saltar a la riqueza respetando la misma relación social entre explotados explotadores. Por eso, es obvio que la solución para los pobres proletarios no puede reducirse a su conversión en practicantes del burguesismo. Cuando un proletario se vea beneficiado por un Estado y logre dedicarse a la producción de algún bien debe realizarla mediante criterios antiburguesaes, o sea, no puede tener en mientes apetito de enriquecimiento alguno, debe concebir la prosperidad de su empresa como prosperidad para la comunidad a la cual sirva.
Tal es el secreto del comunismo y la más elevada fuerza contra el espejismo burgués que pinta la clase media como fórmula antisocialista contra la pobreza. Cuando el sistema capitalismo hace crisis- y estas son periódicas y hasta frecuentes-los miembros de la clase media no serán salvados por el capitalismo, pero, cuando el proletariado se socialice, todos los trabajadores con inclusión de los miembros de la clase media se habrán salvado.
15/10/2013 05:33 p.m.