1.Oí por casualidad a aquel psicólogo de apellido González quien un día por la hojilla se dio a conocer cuando confesó sin ambages que a raíz de su profesión y conociendo buena cantidad de sus pacientes con disociación psicótica, cayó en cuenta que estaba equivocado en su posición política, lo cual le llevó a reflexionar hasta el punto de indagar más sobre el fenómeno y llegar a la conclusión de que todo era efecto de la acción mediática que había logrado llevar al pueblo prácticamente a una guerra civil,
En esta oportunidad el Dr. González, reconociendo que nuevamente en la guerra económica que se está enfrentando tienen mucho que ver los medios, la estrategia del gobierno debería ser atacar esa estrategia con personas que megáfono en mano orienten a la personas en las colas que se están formando frente a los establecimientos intervenidos, pero también en el metro, en metrobus, en las paradas de autobuses, a la salida de los cines, de las iglesias etc., y además preparar un volante en el que se haga lo mismo enumerando algunas normas de comportamiento ante las positivas medidas del gobierno y así evitar trifulcas innecesarias, que las aéreas en donde se hagan las colas no sean embosuradas, que es innecesario hacer colas puesto que estas medidas han llegado para quedarse.
Muy buenas las recomendaciones de este profesional que no me explico por qué no se han puesto en práctica y que de hacerlo ayudarían en mucho a evitar algunas irregularidades que estamos viendo a raíz de las medidas efectivas del gobierno revolucionario
2.-Acudí este jueves como todos los días al restaurant donde acostumbro almorzar y su dueño que sabe que escribo por aporrea, se sentó a mi lado para decirme algo que le había sido dicho por el carnicero que le provee los productos que expende en su negocio, porque le pidió explicarle de la razón para el aumento paulatino en los precios hasta el punto de que el kilogramo de pollo está a 50 bolívares y la pechuga a 75, la respuesta fue que a él le facturaban a precio regulado pero para no sacarlo de la lista de clientes de los productores y prácticamente condenarlo a la quiebra, le obligaban a cancelar un sobreprecio tal que si no vendía a esos precios estaría perdiendo; de ello por supuesto no hay prueba pero este carnicero le manifestó a quien me lo contó que estaba dispuesto a declarar ante la autoridad como seguramente estaban muchos de sus colegas esta irregularidad que se inscribe como delito.
Se supone, así lo dijo el carnicero, que la autoridad como parte de las medidas que está tomando el gobierno contra la guerra económica va a visitar los expendios de carne y esa sería la oportunidad para con testimonios como este, se proceda a poner orden en la cadena de comercialización de este rubro indispensable el mayoría de los hogares venezolanos para su sustento.-.
Saliendo del Restaurante a pocas cuadras en un local cuya dirección tengo para la denuncia, un anuncio a las afueras del negocio, bien elaborado y visible que ofrecía el cartón de huevos a 120 bolívares en un flagrante abuso que uno no se explica por qué las autoridades no proceden también a llamar al orden a estas personas a quienes no les importan la leyes y con el mayor descaro hacen gala de su delito con publicidad como ésta, y es algo que no es sólo en ese lugar, en toda la ciudad se pueden encontrar casos similares ante la indiferencia de los organismos obligados a defender los derechos del pueblo, incluso sin esperar la denuncia sino constatándolo en un simple recorrido por las calles de la ciudad y no apoltronados en su oficina con aire acondicionado, esperando que la gente llegue a denunciar. A veces o mejor muchas veces suceden cosas como estas porque no hay iniciativa de las autoridades responsables y más a sabiendas de que aquí no existe cultura de la denuncia, para unos por falta de tiempo, para otros por miedo y los más porque siguen incrédulos sobre la respuesta a su decisión de denunciar.-