Quizás, en toda nuestra historia, padecimos de tanta compradera y consumo como estas navidades y fin de año de 2013. Es fin de año y, las calles del centro de nuestra capital están abarrotadas de compradores: tiendas de ropas, electrodomésticos, cajeros de bancos, panaderías, tascas y demás negocios están full de compatriotas, en una demostración de cuán desacertada fue aquella estrategia de la oposición de tratar de inducir un “sacudón” al estilo del ocurrido en febrero de 1989 y, con ello, provocar la caída del Presidente Nicolás Maduro, vía intervención de los organismos internacionales al servicio del imperio de los EEUU. La guerra económica que iniciara, tímidamente, hacia noviembre de 2012, arreció una vez que, Capriles Radonski anunciara al país que, los comicios del pasado 8D se convertirían en un referendo contra el “ilegítimo” de Miraflores. La punta de lanza, de dicha política, la encabezaría Fedecámaras y la burguesía comercial; con suficiente apoyo de los medios impresos (El Nacional, El Universal, Últimas Noticias, El Nuevo País, El Carabobeño, entre otros), televisivos y radiales (CNN, Globovisión, Televen y Venevisión), quienes producían el suficiente volumen a lo que, comerciantes parasitarios, llevaban a cabo contra sus potenciales compradores: el pueblo venezolano. Fue una política planificada, sin duda, en los laboratorios de inteligencia del imperio de EEUU y, ejecutada cabalmente por sus empleados y empleadas, sus agentes en tierra Patria: la MUD.
Fue una política bicéfala que buscó dos objetivos: uno, derrocar al Presidente Maduro por la vía violenta de ocurrir el esperado “sacudón” y, dos, de llegarse al 8D, obtener un resultado electoral desfavorable a las fuerzas de la Patria y, a partir de allí, propiciar un escenario de guerra civil proclive al derrocamiento del Presidente Maduro, propiciando la violencia generalizada tipo post 14A. En ninguna de las hipótesis, decidida por el imperio de EEUU y desarrollada por sus agentes de la MUD, contaba la vía Democrática. Por fortuna, los resultados electorales favorables ampliamente a las fuerzas patrióticas, desmontaron las hipótesis políticas en que se habían embarcado las y los dirigentes oposicionistas. Desestimaron, la conciencia alcanzada por nuestro pueblo y, más aún, la política de “ofensiva económica” desplegada a partir del mes de octubre por el Presidente Maduro.
El sentido común nos señala que, una vez pasado el proceso electoral del 8D bajarían las presiones oposicionistas sobre nuestro aparato económico; no obstante, pasado el mismo, esa oposición derrotada electoralmente insiste en su ofensiva contra el bienestar del pueblo venezolano. En la reunión de Miraflores, los gobernantes municipales recién electos manifestaron todo un conjunto de opiniones que dejaron un grato sabor en nuestra población. Opiniones que, apenas pasados unos pocos días, la paz alcanzada en Miraflores se revertiría a favor de la guerra mediante declaraciones violentas de quien se ha alzado con la vocería de la oposición: el Alcalde Antonio Ledezma, cediendo su postura inicial en procura del diálogo y el entendimiento entre gobernantes, a favor de las posiciones de la ultraderecha fascista hegemónica aún, en la MUD.
Si quedaban dudas de la postura arrogante y poco dada a corregir errores en beneficio de la Patria, finalizando el año la MUD se embarcó en una campaña mediática en procura de hacer recaer en el Gobierno del Presidente Maduro las responsabilidades por los efectos negativos del resultado económico obtenido en este 2013, en particular en materia inflacionaria. Obvia esa oposición que, pese a su saboteo, nuestra economía creció cerca del 1,6%, no así en materia inflacionaria, donde los resultados no pueden ser tan devastadores sobre el poder adquisitivo de venezolanos y venezolanas, cerrando en un 56,2%; nivel inflacionario calificado por el Presidente Maduro como “inusual”, definiéndola acertadamente como “inflación inducida” por quienes acusan a su Gobierno como responsable de dicho resultado económico.
Fue esa oposición, encabezada por el gobierno de Obama, secundada por sus agentes en territorio patrio: Fedecámaras, los medios de comunicación de la burguesía, Capriles Radonski, María Corina Machado, Leopoldo López y la MUD, en quienes debemos mirar y fijar las responsabilidades de tan nefasto resultado económico en materia inflacionaria. Es el resultado de su guerra económica, 56,2% de inflación anual, véase allí reflejado en cifras. Mientras, el resultado de la política a favor del pueblo venezolano, definida como de “ofensiva económica” por el Presidente Maduro, apenas pudo hacerse sentir en los resultados económicos en los últimos meses del año: 4,8% en Noviembre y 2,2 en Diciembre. Como bien lo expresa el propio Presidente Maduro: “Hemos encontrado una inflación especulativa, inducida, fuera de las reglas económicas naturales de la economía real del país, una burbuja especulativa que toca todos los sectores económicos del país, con la inspección de noviembre y diciembre tocamos algunos que fueron muy significativos.” (…) “Tenemos una burbuja inflacionaria en el sector alimentos por encima del 3.000 por ciento (…) En el 2014 vamos, con La Ley Habilitante, a regularizar todos los sectores de la economía venezolana” (Rueda de Prensa con corresponsales extranjeros, Palacio de Miraflores, 30-12-2013).
Las respuestas de la MUD a las declaraciones ofrecidas por el Presidente Maduro no pudieron ser más brutales: “La Mesa de la Unidad considera que el año 2014 será difícil en el área económica del país, debido a que "el modelo económico está haciendo aguas". "No es posible seguir financiando una gestión fiscal crónicamente deficitaria sin que ello acabe liquidando la estabilidad monetaria del país, tal como ha venido sucediendo con especial fuerza en 2012 y 2013. Un país sin estabilidad de su moneda está propenso a sufrir altas tasas de inflación", señaló la organización opositora en una nota de prensa. Estiman además que se va a producir "una significativa devaluación del bolívar. Pero, con las capacidades del sector exportador no petrolero destruidas, el evento más probable es que tal devaluación contribuya a exacerbar la inflación y a contraer la economía debido a la pérdida del poder de compra de los salarios que la misma acarreará". (Últimas Noticias, 30-12-2013). Tal pronóstico, nos indica que, en 2014, la guerra económica continuará; razón más que suficiente, para que el Presidente Maduro evalúe acentuar la “ofensiva económica” a partir de los primeros días de 2014.
Como bien definiera a esa oposición que nos toca sufrir el Alcalde Jorge Rodríguez, ya no en funciones de gobernante sino como psiquiatra: “En los libros de psiquiatría describen a la imitación de una enfermedad con un nombre, también de la literatura extraído: síndrome de Münchausen, en homenaje al Barón aquel, fabulador irreductible. Queda para el futuro el estudio de este fenómeno, que pone a personas, organizaciones, imperios y millones de dólares a construir situaciones, ataques, simpatías, fervores donde sólo hay bostezo, desierto, hastío. Es risible, también encierra un sino trágico: la desesperación de quien se creyó su propia mentira. Todo cabe, todo vale: veremos a Pablo Pérez tocando el furruco frente a millones de personas en la Gran Sabana y, aunque más difícil, no imposible, a Henrique Capriles sonriéndole a un médico cubano. No es para burlarse, aunque sea ridículo: ellos montaron la parada de que éramos la democracia más sólida del continente, mientras le ganaban una a Hitler inventando la figura del desaparecido”. (Münchausen, Ciudad CCs, 27-11-2011). Así es, una oposición que sufre del Complejo de Münchausen, quien como personaje literario, es el prototipo del mentiroso.
El Barón de Münchausen, protagoniza tres novelas del siglo XVIII, en las que relata aventuras extraordinarias e inverosímiles que lindan en el absurdo. Esa es la oposición organizada alrededor de la MUD, financiada, apoyada y liderada por el imperio de los EEUU. Creadora de historias inverosímiles que tratará, por todos los medios y con sus medios de comunicación, hacer realidad el venidero 2014. Ese es, y seguirá siendo, su mecanismo de compensación ante su situación de inferioridad en los afectos del pueblo venezolano, quien desde la llegada de Hugo Chávez en 1999 se enamoró de su propuesta de Revolución Bolivariana y, tiempos más tarde, su idea de construir en la Patria de Simón Bolívar, la utopía Socialista.
Caracas, 31-12-2013