“Cien esterlinas de plomo o de hierro tienen tanto valor como cien esterlinas de plata o de oro.” [1]
Esta es una hipótesis:
Cuando regía el patrón oro en materia dineraria e internacionalmente, resultaba indiferente usar uno que otro metal precioso u otro metal con elevado precio de mercado como el cobre y el níquel. Todas las transacciones internacionales se resolvían con diferentes paridades cambiarias.No existían la marramuncias que hoy sufrimos con las divisas en manos inescrupulosas y comerciales.
Todas las monedas de diferentes países, en calidad, eran desiguales entre sí, y cuantitativamente sólo se diferenciaban en razón del valor intrínseco de cada moneda hecha bien de un metal, bien de otro. Es lo que ocurre con las mercancías: todas son diferentes cualitativamente, e iguales en valor y por esto, como valores intercambiables sólo se diferencian en cantidad; por ejemplo, una camisa equivale a una fracción de un traje, pero no por eso dejan de ser intercambiables, a pesar de ser tan diferentes entre sí. Por esa razón, existieron diferentes paridades en atención al valor oro o valor plata de cada moneda nacional. Las diferencias monetarias se resolvían en términos de cantidad de monedas.
Ocurrió lo mismo con el reemplazo de la plata por níquel. Los granos de sal llegaron a usarse como moneda por lo escaso de las salinas de otrora. Lo mismo ocurrió con el ganado por causa a las grandes exigencias de tierras y pastos que dificultaban su abundancia y facilidad de producción.
Con la eliminación del patrón oro y del patrón plata, su reemplazo por papeles o monedas fiduciarias en papel o metales febles, todas las monedas de los diferentes países se igualaron en valor y hasta podrían intercambiarse en una relación de 1 a 1.
Desde luego, desde la era del patrón oro, las reservas internacionales se mantienen en dólares, pero eso no invalidad su potencial paridad intrínseca. Se trata de resabios perjudiciales para las economías atrapadas en el dólar como moneda internacional.
Que un bolívar sea = $0,20, aprox., ha sido un convenio cambiario que irrespeta el carácter fiduciario de la divisa norteamericana ya que los dólares actualmente no son convertibles en oro, ni en plata ni en ningún otro metal importante so pena de que esa Economía caiga en default.
Hoy, desde que el patrón oro fue sacado del juego, las economías del mundo no terminan por ver la indiferencia cuantitativa de sus monedas.
Por esa ignorancia, hay una suerte de alienación para dolarizar las economías del mundo, para usar el dólar como circulante regular.
Esta dolarización cortaría de cuajo el mercado ilegal y desestabilizador del dólar paralelo; se acabaría con la especulación que hacen los tenedores de dólar con quienes sólo reciben rentas en bolívares. Se acabaría con los trámites burocráticos montados por el Banco Central de los países, y más aun, con los engorrosos pasos contables que implica el Control de cambio.
[1] Nicolas Barbon, según cita de Karl Marx, El Capital, Tomo I, Cap. I. Para entonces ya regía el patrón oro y por eso 100 esterlinas = 100 esterlinas, independientemente de las mercancías intercambiadas, unas con menos valor que otras.
