Una sensata discusión debe dar el tercer Congreso del partido socialista con referencia al resultado electoral interno de este domingo. Y como con amplia discreción lo plantea Ycmer Evans en su escrito “La abstención en el PSUV” publicado hace algunas horas en Aporrea, no es que no sea importante ese millón de votos que salieron por las urnas electorales del partido, sino que cuando se compara con la cuantía militante que se le da al partido, esa cifra votacional es patética. Pone esa cifra electoral al descubierto que hay un voraz descontento en el seno de las masas socialistas. Y si se piensa que hubo un sector importante que votó deliberadamente nulo o “en blanco”, el descontento se asoma con mayor acuciosidad. Mucha gente pensó que no tenía sentido asistir al acto votacional socialista cuando rasgándose las vestidura de tan elevado denominativo, ya en la resulta, la mitad de los miembros estaban ungidos por los aviesos mecanismos de escogencia que se implantaron. Eso creó desgano y levantó los sentidos de la protesta, justo con la inasistencia al acto o simplemente relegando el voto a su nulidad. Un importante número entre el liderazgo medio del PSUV, ha mantenido con persistencia que sólo con las UBCH, ni se ganan elecciones, ni se mantiene la revolución. Ese contexto hay que debatirlo. Y habrá que debatir con mucha tenacidad los métodos electorales que en futuros actos de este tipo habrán de implementarse, y en donde el carácter democrático total y sin esguinces debe darse para la plena participación. Habrá que interpretar con grandes profundidades de certeza en que regiones las autoridades del partido deben ser renovadas. El tema de las autoridades del partido debe abordarse en función de generar cambios con mecanismos que eleven la autoestima política socialista. Cuando se omite esta circunstancia el partido queda a merced del caciquismo y el nepotismo. Ya en el seno del partido y con este resultado del domingo se produjo lo que indudablemente impulsará el sacudón en los nuevos rumbos que acometerá la revolución. El ala moral del PSUV, seguro no soslayará tan importantes eventos porque serán sin duda, el hálito de la esperanza que dará continuidad a la revolución.