Pildoritas 220 (año VII)

¿Será que nos tenemos que convertir en pesimistas?

Lo que nos cuenta el Profesor Eleazar Díaz Rangel, en su artículo “Vacaciones en Margarita”, es exactamente lo que sucede aquí en el Táchira y en muchos otros estados del país, según lo que se le oye comentar a la gente que habita en otras partes y con la cual de vez en cuando se tiene contacto.

En este estado las inspecciones o se hacen de manera muy clandestina o brillan por su ausencia, aquí la especulación esta desbocada, de un día para otro los productos de la cesta básica suben de precio, pareciera que todo el comercio, que por estas fechas ofrece productos como ropa, calzado, juguetes, electrodomésticos y artículos navideños, se ha puesto de acuerdo para elevar los precios a cifras inalcanzables para la mayoría de la gente, cualquier cosa que se quiera adquirir representa un gasto desmedido para el bolsillo de los venezolanos y las supuestas acciones contra la guerra económica anunciadas por el Presidente y por el Superintendente, aquí no se ven por ninguna parte, vuelvo y repito que tanto el bachaqueo como la reventa, en lugar de disminuir ha aumentado significativamente y las denuncias para nada sirven, ni las que se hacen por los 0800, ni las que se le hacen directamente a la delegación regional de la Sundee.

Yo me he cansado de denunciar y enviarle mensajes al teléfono directo de la Directora del organismo en esta entidad, incluso la última vez, al ver que no me paraba, pues le denuncié casos puntuales de reventa de artículos de la cesta básica, sin que tomara ninguna acción, ni siquiera para verificar mi denuncia, le envié un mensaje en el que le decía que la iba a denunciar ante el superintendente por negligente, y la respuesta fue: “Ok dale”, pero resulta que como los venezolanos, no tenemos la forma de hacerle llegar las denuncias directamente al alto funcionario, yo opté por enviarle la denuncia a través del Facebook, eso hace más de quince días, no he obtenido respuesta y el bachaqueo sigue campante, los revendedores de leche, huevos y otros productos siguen burlándose de la ley, incluso exhiben sus productos en plena calle, siguen la fallas en productos como el papel higiénico, la leche en polvo, el aceite comestible, el azúcar, los repuestos, los medicamentos y en especial el necesarísimo ATAMEL, en ninguna de sus presentaciones, ni siquiera genérico para el dengue y el chikungunya.

Definitivamente como todo ello sucede en las narices de los funcionarios obligados a evitarlo, a uno no le queda de otra que pensar que hay conchupancia, entre éstos y los infractores de la ley, porque no es posible que no haya fuerza humana que logre que las denuncias prosperen y se vean resultados efectivos.

¿Qué le cuesta a la más alta autoridad de la superintendencia, en cada estado, sectorizar la ciudad y desplegar a los funcionarios bajo sus órdenes, por todos lados, sobre todo en esta época cuando la especulación hace de las suyas y quienes están al frente de la guerra económica, pareciera que en lugar de bajar sus estrategias, las incrementan?

Si actualmente existe la sensación de que de nada ha servido la Ley, de que los comisos por acaparamiento, multas incluso detenciones, todo lo anterior en un porcentaje poco significativo para la enorme cantidad de infractores, pensemos lo que viene para el próximo año en el que, por ser electoral, una de las principales estrategias de la derecha va a ser el incremento de todo lo que conlleve a afectar la economía familiar, para por esa vía lograr objetivos como el de la abstención por parte de muchos de quienes han votado alguna vez por el chavismo, o lo que sería peor que decidan utilizar el llamado voto castigo, sin medir las consecuencias terribles que de ello se desprenderían.

Es duro tener que escribir, a manera de crítica constructiva estas cosas, que no es que se las cuentan a uno, sino que la hemos vivido en carne propia, lo hemos denunciado por todos los medios, incluido este y nada ha cambiado, es más, cuando le dije a la funcionaria que aquí funge como máxima representante de la Superintendencia, que iba a echar el cuento por Aporrea, la respuesta fue: “hágalo y espere mi respuesta”, ya lo he hecho antes y no ha respondido, ni lo va a hacer, pero sigue ahí, inactiva, permitiendo que un caucho para un automóvil, ring, 13, 14 ó 15, llegue a costar 6 mil bolívares, se le denuncia y nada sucede, que un par de zapatos tenga precios de hasta 4.500 bolívares y llegue incluso a los 6 mil, que un repuesto como es una simple estopera cueste 600 bolívares, que las bodegas sigan incrementando todo lo que venden día a día, que productos que para nada son importados como la cebolla, la papa, la zanahoria etc., cada día aumenten y lleguen a precios inalcanzables.

¿Es acaso que esta señora y sus funcionarios no hacen mercado, o es que a ellos les venden a otro precio a cambio de dejar hacer, dejar pasar?

En los medios regionales, continuamente están saliendo quejas de la gente por la imposibilidad, por ejemplo, de poder comprarle los estrenos a sus hijos, es gente que se apersona para demostrar la realidad de una especulación desmedida, abusiva y casi que criminal y no sucede nada.

Es doloroso, tener que aceptar que la revolución, o está infiltrada hasta los tuétanos, o que hay funcionarios que han logrado llegar a posiciones destacadas para desde allí contribuir a derrotar la guerra económica, pero quien sabe por qué razón, es lo que luce, se han pasado, inconsciente o conscientemente al enemigo.-

Tocará colgar la toalla, apagar la luz, cerrar la Santamaría de nuestras denuncias y prácticamente sumarnos al cada vez mayor sector de pesimistas, todo por causa de traidores que en lugar de enfrentar la malignidad de la derecha, se cruzan o los cruzan de brazos, desactivándolos como pieza fundamental para evitar perder esta guerra, que nos tienen planteada, aquí y desde el exterior, a la que se suma un elemento poderosísimo como la caída de los precios del petróleo.

Al término de este artículo revisé el periódico local: Diario de la Nación y me encontré con la denuncia de consumidores que alarmados por los precios excesivamente especulativos, no encontraron otra salida a su frustración, que protestar a su manera, no por la revolución, sino por quienes actúan desde los cargos de tal forma, que obligan a los verdaderos revolucionarios a salir a decir sus verdades.

“Especulan con precios de los “estrenos” en San Cristóbal

Publicado el Martes 9 diciembre, 2014

Enrique Franco y Francisco Solares. (Foto Tulia Buriticá)

Una ola especulativa se ha desatado en el Centro de San Cristóbal con los precios de los “estrenos” de fin de año, lo que ha alarmado a los vecinos, quienes exigen a la Superintendencia de Preciso Justos hacerse presente para controlar la situación.

Enrique Franco y Francisco Solares, llegaron alarmados, sobre las 12:00 del medio día de este domingo, a la redacción del Diario La Nación, pues venían del Centro de la ciudad tratando de comprar alguna ropita para sus hijos y se consiguieron con que los precios los habían triplicado de la noche a la mañana.

Denunciaron que, una camisita la están vendiendo en dos mil y más bolívares, los pantalones están sobre tres y cuatro mil, las botas o zapatos de gomas, les piden hasta nueve mil, y si son de marca, pasan de los 26 mil bolívares.

Queremos que esos 1200 fiscales que juramentó la Superintendencia de Precios Justos salgan a trabajar y controlen esta especulación desbordada que hay en el centro de San Cristóbal, que el gobernador fiscalice a estos fiscales para que no pongan a zamuros a cuidar carne-, dijo Solares.

Destacó que esperan que ahora no los vayan a calificar de infiltrados o contrarrevolucionario, “porque yo lo que soy es la voz del pueblo, estamos muy preocupados con los altos precios que tiene la ropa para los estrenos, yo no quiero imaginarme lo que sufrirán aquellos que tengan cinco o seis hijos, si para uno solo se requieren mínimo 30 mil bolívares para medio comprarle alguna ropita”, destacó.

Los denunciantes, insistieron en que al gobernador Vielma Mora lo tienen engañado con el trabajo de la Superintendencia de Precios Justos, “esa gente no está trabajando, no están controlando nada, ya que lo que hay son precios de susto, no puede ser que no hayamos podido comprar nada porque todo está súper elevado, y esa es la realidad, por eso denunciamos para ver si alguien atiende al pueblo, sin que nos vayan a decir antirrevolucionario”, repusieron Solares y Franco. (am)”



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Saúl Molina


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