Los productos mencionados en el titular del presente artículo, obedecen a productos altamente perecederos, y por esta razón no se pueden acaparar, ni almacenar por mucho tiempo, aunque algunos de ellos, como los casos de carnes y pescado, que se pueden almacenar en cavas de frigo conservación, pero que también corren el riesgo de dañarse si el tiempo de almacenamiento es demasiado exagerado. Lamentablemente la comercialización de los productos antes mencionados, está bajo el control de grupos económicos fuertes, poseedores de grandes capitales, que son los que monopolizan la comercialización agrícola del País. Muchos de ellos no son productores, sino financiadores de la producción que controlan la misma y al momento de la cosecha establecen el precio de compra al agricultor y con su dominio en el mercado mayorista establecen el precio que finalmente debe pagar el consumidor.
Al respecto de esto son muchos los estudios que se han hecho, con los cuales se ha demostrado el gran diferencial de precios entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor. Esos mismos estudios han permitido conocer los casos de tierras arrendadas o alquiladas a dueños de grandes capitales, que se encargan de contratar a verdaderos agricultores, que no son dueños de ningún medio de producción, sino sólo de su fuerza de trabajo y son precisamente quienes se encargan de la preparación de suelos, siembra, labores culturales y agronómicas, y finalmente la cosecha, cuyo dueño es el que ha puesto el capital. La mayoría de esos capitales, son los que definen el volumen de producción, la cosecha y su comercialización, son los dueños del transporte, con el control implícito delos mercados, llámense mercados mayorista o minoristas. Algunos son conocidos como Don Tomate, Don Cebolla, Don Papa en los mercados mayoristas de: Coche, MERCABAR (Mercado mayorista de Barquisimeto), Maracaibo, etc., nada de esto es nada nuevo, ya en la década de los 70 y 80 esto era del conocimiento del Estado y de las instituciones relacionadas con el agro, la propia Fundación FUDECO (Fundación para el Desarrollo dela Región Centro Occidental) hizo numerosos estudios que demuestran tales aseveraciones. Muchos de esos estudios no se pudieron aplicar, porque era enfrentarse a esos grandes capitales.
La Intermediación en esas cadenas de comercialización ha sido el gran problema, comenzando por quienes son dueños del transporte, en su mayoría no son productores, que como lo señale arriba, son los que establecen el precio que finalmente debe pagar el consumidor. De la carne ni se diga, comenzando por la compra de reses a puerta de finca, que son llevadas al matadero por los dueños del transporte y en el propio matadero son otros los encargados del control de la carne para su distribución con las cavas a las carnicerías, diferentes comercializadoras y grandes súper mercados. Ese precio de la carne, alrededor de un promedio de 450 bs/Kg, que hoy se quiere establecer a nivel del consumidor es una grosería. Peor aún el caso del pescado, que también se está vendiendo, perdón, que también está siendo utilizado para asaltar al pueblo, porque quienes ponen el precio al mismo no son los pescadores, sino los dueños del capital, que son los que controlan la pesca sin ser pescadores, pero que con su capital financian y/o prestan dinero a los que conviven en la ranchería de pescadores, y cuando estos llegan a la orilla del mar, después de su faena, unas cavas y unos señores capitalistas los esperan con sus romanas, donde pesan el pescado que ya es suyo, mucho antes de ser pescado.
Sobre todo el pescado bueno que va a los grandes centros de comercialización y mercados, incluyendo los restaurantes. Lo más paradójico y contradictorio es que el propio pueblo de esas comunidades es víctima del precio establecido por esos dueños del capital. También hemos vistos en los últimos días, como por ejemplo el precio del pescado ha alcanzado precios exorbitantes que no tienen ninguna justificación, ni razón de ser, por ejemplo como se explica que en el mercado de la Guaira que está al lado del SENIAT, se esté vendiendo el kg de Corvina, carite, filet de merlusa a un precio promedio de 450 Bs. En este caso específico, al lado del mismo hay unas ventas de comida de pescado, cuyos precios son un reflejo del mismo fenómeno, pero esto mismo también ocurre en Porlamar y Cumaná. Esto por supuesto debe llamar la atención por varias razones: a) Es que acaso el pescado es criado y engordado con alimento que se le echa al mar y es comprado con dólares preferenciales o del mercado negro?, b) Es que acaso el gobierno nacional, no ha venido apoyando a los pescadores, dándoles infraestructuras de centro de acopio y financiamiento con motores y lanchas a grupos de pescadores?.
Entonces, que es lo que pasa?, sencillamente que los mismos dueños de grandes capitales que controlan la pesca y su precio, sin ser pescadores, siguen siendo explotadores de pescadores y en estos momentos también se confabulan para acentuar la guerra económica, siempre han sido unos especuladores, pero que ahora han llegado al colmo de ponerle precios al pescado de la forma grosera y antihumana que se tenga conocimiento. Estas cadenas de comercialización de los productos agrícolas y pecuarios debe ser revisada, porque el caso más grotesco en esta guerra económica, donde el acaparamiento y la especulación está en el orden del día, es el caso del pescado, porque el que vende algún bien de consumo, línea blanca o marrón, trata de justificar el alto precio del mismo, diciendo, ese es el precio porque compré con dólares del mercado negro, aunque la mayoría de los comerciantes han sido beneficiados con dólares preferenciales, dice ese es el precio y uno hasta se lo cree, pero en el caso del pescado, volviendo al punto, mucho menos argumento válido tienen para justificar el alto precio del mismo.
No cabe duda de la guerra económica instrumentada por grandes capitales externos e internos, cuyos dueños son marionetas y títeres de grandes consorcios internacionales y a su vez súbditos y apátridas, al servicio de los grandes intereses norteamericacnos.