Sí, quiero ser ministro. Mi deseo no obedece a la aspiración del cargo por las prebendas materiales y burocráticas que ello implica sino para producir los alimentos de la dieta básica que mi pueblo necesita; ello por nuestra convicción de resolver en el corto plazo (dos años) el problema de la cacareada “seguridad” y “soberanía” alimentaria; para, en base al protagonismo y la participación del pueblo en los asuntos Estado, derechos consagrados en la Constitución Nacional, contribuir con el tránsito del Estado Burgués al Estado Socialista y, porque analizando muchas de las acciones de gobierno llegamos a la conclusión de que no nos conducirán al deseado Estado de justicia y paz que tod@s anhelamos. Por eso queremos ser parte del gobierno en este proceso político que actualmente vivimos l@s venezolan@s.
Aspiramos ocupar el Ministerio de Agricultura y Tierras porque la producción de alimentos es fundamental para cualquier Estado soberano, sumado a los derechos fundamentales de salud, vivienda, educación, trabajo y disfrute de la vida en comunidad y porque “amor con hambre no dura”.
Como Ministro de Agricultura y Tierras solicitaríamos de inmediato, al ciudadano Presidente de la República, la declaratoria del Estado de Emergencia Económica y a la Asamblea Nacional la aprobación de Ley Habilitante para acelerar los cambios legislativos a que haya lugar. Logrado ese estatus (Estado de Emergencia Económica), ordenaríamos a todos los entes públicos y privados coordinar, apoyar y acatar las directrices del ministerio en cuestión.
Mediante Ley Habilitante decretaríamos protección a todos los suelos A1 que estén en manos privadas o pertenezcan al Estado, de manera de declararlos de utilidad pública para ser única y exclusivamente utilizados para la producción de alimentos, excluida la ceba de ganados. Estudiaríamos la posibilidad de organizar la inmediata producción de alimentos en esos predios. Movilizando para tal fin a toda la población campesina y productora agropecuaria que asuma el reto.
Invitaríamos a l@s camaradas de Vía Campesina a acompañarnos en esta cruzada. Crearíamos asentamientos campesinos utilizando la tierra como elemento fundamental en la construcción para desarrollar la infraestructura básica necesaria: viviendas, centros de salud, escuelas técnicas agropecuarias, centros de acopio y distribución de alimentos entre otras obras con carácter de urgencia. Ello bajo la directriz del equipo de trabajo del camarada Fruto Vivas y la participación directa de los centros de estudios universitarios que han desarrollado técnicas del uso de “la tierra como elemento fundamental de la construcción” (antiguos IUT´s y hoy Universidades Politécnicas Territoriales: Alonzo Gamero y Caripito entre otras instituciones docentes).
Nuestro equipo de trabajo (y no de familiares y amig@s) se abocaría en lo inmediato a realizar un inventario de tierras (públicas o privadas) localizadas a orillas de carreteras asfaltadas o engranzonadas; determinar cuáles de esos lotes de terreno son aptos para el desarrollo agrícola y proceder a sembrarlos de los cereales, leguminosas y oleaginosas básicos para la alimentación humana y de animales de ceba (maíz, sorgo, caraotas y otros granos; maní, girasol y ajonjolí para la obtención de aceites comestibles de primera calidad).
Invitaríamos a ocupantes y dueñ@s de dichos lotes a incorporarse al programa de producción agrícola, caso contrario ocuparlos temporalmente con compatriotas que deseen sumarse al proyecto; invitaríamos a las Fuerzas Armadas Bolivarianas a instalar y administrar campamentos de productor@s para garantizar la mano de obra necesaria y, por qué no, incorporar personal militar al proceso productivo.
Apoyaríamos con créditos, asistencia mecánica y técnica al campesinado [productor(a)] que no pueda o quiera movilizarse a los propuestos asentamientos campesinos. Asistiríamos a l@s productores(as) cuya actividad se desarrolle en el conuco.
Requisaríamos todos los vehículos de carga recién detenidos con artículos de contrabando más los recuperables del gran parque automotor que se achatarra en estacionamientos de los entes públicos para crear una gran flota de transporte de productos agrícolas.
Requisaríamos toda la maquinaria agrícola pública, dada en créditos y/o la adeudada a los entes crediticios del Estado. Habilitaríamos la maquinaria privada ociosa en virtud de la emergencia. Entregaríamos toda esa maquinaria a empresas de servicio agrícola, conformadas por técnicos medios y universitarios en agricultura, ciencias veterinarias, mantenimiento de equipos eléctricos y mantenimiento de equipos mecánicos. Estas empresas, preferiblemente cooperativas, determinarían con este ministerio, y de manera inmediata, la preparación de tierras para la siembra de este ciclo de invierno en todos los terrenos ya inventariados (públicos o privados) que se encuentren a orilla de carreteras asfaltadas o engranzonadas y sean actas para el cultivo. Estas empresas prepararan los predios de siembra, brindaran asesoramiento técnico y realizaran las labores necesarias para garantizar la producción y cosecha, aparte de las labores a realizar por l@s productores del campo sumados al programa.
Movilizaríamos al cuerpo de investigadore@s y tecnic@s, ligados a universidades y otros entes dedicados a la investigación agrícola y pecuaria para asumir el reto de tecnificar y desarrollar la producción agropecuaria, especialmente la agroecológica. Aceleraríamos la producción de semillas de diferentes rubros y bioquímicos para contar con suficientes insumos: de calidad, climatizados y no transgénicos.
Solicitaríamos y canalizaríamos el apoyo técnico y crediticio de parte del Estado a los productores de carne (bovina, porcina, de aves, pescados y de otros orígenes) para incrementar de inmediato la producción.
Fiscalizaríamos y obligaríamos a la banca privada a incrementar el monto y bajar las tasas de interés de la cartera crediticia para el sector agropecuario; ordenando acreditar de inmediato a los fundos, haciendas, fincas y demás predios agrícolas consolidados y dedicados a la producción agropecuaria.
Aceleraríamos de inmediato la producción y distribución de cal agrícola y fertilizantes, además de semillas y otros insumos.
Activaríamos todos los taladros que podamos para garantizar, a corto plazo, el suministro de agua a los predios en desarrollo, garantizando agua para el riego de cultivos de verano en próximo año.
Oye! Con estas y otras acciones que no procede detallar en esta propuesta garantizaríamos que en un plazo no mayor de dos años hayamos alcanzado la seguridad y soberanía alimentaria, además de prepararnos para la exportación de productos agrícolas y pecuarios para el tercer año.
Aja! Pero para poder poner en marcha este programa necesitaríamos que el Presidente Nicolás Maduro Moros despida de la administración pública y obligue a presentar informes de gestión a tod@s los responsables del fracaso de la Misión Agro Venezuela y promotores de la política de importación de alimentos tradicionalmente producidos en el país (agricultura de puertos) a cambio de suministrar permisos de importación que dejen una buena “tajada en dólares”. Necesitamos deshabilitar a tanto técnico corrupto que han tomado al ministerio y entes crediticios del Estado como base de operaciones para vivir de los programas agropecuarios.
Y eso es ya! Porque Venezuela debe superar esta condición de importadora de alimentos para convertirse en exportadora de los mismos; asegurada la alimentación de nuestro pueblo proceder, de manera solidaria, a proporcionar alimentos a pueblos hermanos que en el mundo están atravesando por hambrunas producto del atroz desarrollo del capitalismo global y de los cambios climáticos que como seres humanos hemos inducido.
Queremos ese Ministerio para garantizar “la papa” en la mesa de l@s venezolan@s porque “amor con hambre no dura” y nuestro pueblo, el que vive de su trabajo, el que votó una y otra vez por el presidente Chávez y hoy lo hizo por Nicolás Maduro quiere seguir en revolución y no dejarse vencer por las fuerzas apátridas que nos asedian.
