No hay, no puede haber buenas finanzas, donde no hay buena política. Buena política quiere decir, respeto a los derechos; buena política quiere decir, aplicación recta y correcta de las rentas públicas; buena política quiere decir, protección a las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen los parásitos del poder; buena política quiere decir, exclusión de favoritos y de emisiones clandestinas… Leandro Alem.
Empezando este año 2015 el costo de vida ha aumentado como el 500%, pero la escasez y las colas para adquirir los alimentos de consumo popular también es muy superior. Esto quiere decir que el salario mínimo perdió más de su capacidad de compra. Otra vez les toca a la clase trabajadora apretarse el cinturón.
¿Y qué dice el gobierno del presidente Nicolás Maduro? Insulta a los especuladores, contrabandistas, y a los sectores de derecha por el alza de precios, y la escasez de productos, para causar malestar en la población. Las medidas tomadas para evitar esto son raquíticas, que no impiden el aumento de precios, y tampoco evitan la especulación y la corrupción.
Las medidas hasta ahora tomadas no atacan las razones de fondo, como el desinterés por estimular al sector productivo nacional para producir más para el mercado interno, y desarrollar la producción local de bienes de primera necesidad, y el excedente sacarlo para la exportación. Hay que señalar que los actores principales de la escasez, fueron el acoso y las expropiaciones a las grandes empresas que ocupaban posiciones decisivas en la producción, comercialización y distribución de alimentos y producto industriales. Dándole nacimiento a los bachaqueros, quienes son los principales responsables que especulan con el hambre del pueblo.
Es muy conocido que con la inflación, pierden los trabajadores y el pueblo pobre, y otros ganan, como son los especuladores cambiarios, y los grandes comerciantes importadores.
Nadie del alto gobierno se queja de la inflación, y muchos aduladores hacen demagogia por intereses particulares hablando de ideologías trasnochadas, mientras los que controlan el sistema cambiario no dejan de aprovechar la oportunidad para aumentar sus ganancias.
Los buhoneros remarcan sus precios por encima de la inflación, protegiendo de antemano sus dividendos a costa del bolsillo popular. Así operan las grandes mafias que están arruinando la patria.
El gobierno bolivariano habla demagógicamente de "control social y apoyo popular". Pero ante la carestía de la vida quieren que el pueblo se quede tranquilo en sus casas, y no salgan a hacer esas aberrantes colas que paralizan al país, y sus instituciones: así como a los gobiernos municipales, Guardia Nacional, policías municipales quienes se limitan a poner orden en las filas, como si los causantes de la escasez y la inflación fueran los auto mercados, abastos y farmacias etc. Y se le dice al pueblo que "sepan comprar". Ahora es cuando hace falta un verdadero impulso productivo nacional. Y que vuelvan a operar con eficacia toda la cadena de intermediación, y las empresas industriales y comerciales.
El gobierno nacional tiene que ejercer un verdadero control sin represión en este sector productivo, implementando un aumento salarial de emergencia, junto a una escala móvil de salarios, estas si serian unas medidas necesarias para proteger la economía familiar de los trabajadores y el pueblo venezolano, en el camino de imponer un verdadero plan económico del desarrollo industrial productivo.