Los consumidores ven con impotencia que mientras más centros de acaparamiento cierra la Superintendencia, más cierra negocios violadores del Precio justo, entonces, en venganza y compensación comercial, más siguen subiendo los precios de los comercios que todavía no han sido tocados por dicha Superintendencia.
Creemos que será muy cuesta arriba visitarlos y sancionarlos a todos al mismo tiempo.
La salida que estos enemigos del pueblo y del consumidor están provocando sería la CONGELACIÓN GENERAL DE PRECIOS, hasta que todos los comercios terminen de ser totalmente abastecidos y se agote el acaparamiento.
Por supuesto, los violadores del precio congelado deberían ser castigados severamente con suspensión automática de sus patentes de comercio y sin mayores fórmulas de juicio
Esa congelación de precios sería transitoria durante un tiempo que le permita a la Superintendencia hacer todas las inspecciones regulatorias de todos los expendios a nivel nacional.
Durante esas inspecciones, se les harían todas las recomendaciones que la presente coyuntura exige. Por ejemplo, el número mínimo de cajeros en cada establecimiento, ampliación de los locales actuales con depósitos internos capaces de albergar suficientes inventarios que impidan que siga privando el “NO HAY”.
Los locales comerciales deben dar alojo interior a todos los clientes para acabar con las colas externas, y los locales deben tener pasillos de tránsito despejados de inventarios e igual pare los mostradores de panaderías, pastelerías y afines.
Los informales deben estar debidamente autorizados para ejercer como revendedores. Los expendedores de comida ligera deben tener permisos sanitarios libres de matracas.
