Hijo de pueblo.
El Banco Central de Venezuela anunció, en Gaceta Oficial (N° 40.617), que la tasa de interés activa máxima anual que cobraran los bancos por las operaciones con tarjetas de crédito, a partir del mes de marzo del presente año, será de 29% la máxima y 17% la mínima, lo que representa un aumento de 5%.
En momentos de crisis económica, como la que está viviendo (sufriendo) el pueblo venezolano que honestamente vive de su trabajo, la medida tomada por el Banco Central de Venezuela (BCV), es decir por el Gobierno Nacional, representa un zarpazo más al bolsillo del pueblo trabajador y un premio a las mafias que más se han enriquecido (favorecido) por la crisis económica, política, social y moral que ese mismo sector ha venido promoviendo.
La medida que Nelson Merentes, Presidente del BCV, ha tomado en nombre del gobierno que preside Nicolás Maduro, no es más que lo expresado por Noam Chomsky en su más reciente conferencia: “una reingeniería burocrática organizada para proteger a los grandes bancos y corporaciones de las recurrentes crisis del capitalismo cuyos costos se transfieren al conjunto de la sociedad”.
Al pueblo que vive (sobrevive) honestamente de su trabajo no le alcanza el salario que hoy devenga para medio cubrir sus diarias necesidades básicas y estar en condiciones, al siguiente día, de continuar vendiendo su fuerza de trabajo para generarle más plusvalía (capital) a sus explotadores. Para costear los gastos de alimentación, salud, vivienda y transporte, entre los más básicos para mantener a su grupo familiar, debe hacer milagros, debe echar mano a todos los recursos habidos y por haber, entre ellos el endeudamiento.
Sí, el arruinado pueblo venezolano vive de préstamo en préstamo: a la caja de ahorros (si es que la tiene), al crédito nómina que a altas tasas de interés le ofrece la banca (si acaso califica para ello), al prestamista que vive de la usura pero le visita en su puesto de trabajo y no exige muchos trámites, a los pocos amigos solidarios que aún le quedan para oír sus cuentos y promesas de pago, al bodeguero que aún sobrevive en el barrio, al “susu” que organizan sus comadres y por último, tratando de no empobrecerse más, había apelado al uso diario de “su tarjeta” de crédito, no le queda más.
Para terminar de cagarla, nuestro gobierno, su gobierno (al que le dio su voto esperanzado de mejorar sus condiciones de vida), la administración que le solicita ayuda para derrotar a los que mantienen la guerra económica, “su aliado patrio” le sube la tasa de interés que debe cancelar a los bancos por el uso de la bendita tarjeta de crédito. El gobierno socialista con tan injusta medida beneficia nada más y nada menos que a las corporaciones que han desfalcado a la nación, a las que impunemente han incurrido en apropiación indebida de nuestra renta petrolera, a las que descarada y cotidianamente practican la usura, el tráfico de influencias, la estafa, el crimen organizado, el blanqueo de dinero proveniente del narcotráfico, la legitimación de capitales producto de la corrupción de “nuestros servidores públicos”, a las corporaciones que han protagonizado la fuga de capitales y la evasión fiscal entre otros crímenes en contra de la sociedad. A esas mafias nacionales y transnacionales imperiales las favorece el Gobierno Nacional con sus medidas económicas en detrimento del corroído salario del pueblo bolivariano.
El gobierno que diariamente pregona que vivimos en socialismo que hoy nos convoca a enfrentar al capitalismo, a repudiar la agresión imperial, ha decidido que los principales beneficiarios de la riqueza de nuestro país deben ser las grandes corporaciones transnacionales que dominan las finanzas y no los ciudadanos que aparentemente somos los dueños del país. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cuáles son las razones para saquear los bolsillos del pueblo que vive honestamente de su trabajo? ¿Por qué favorecer a las transnacionales que detentan el poder político y económico del imperio que nos agrede?
¿Quién nos explica esta cagada? ¿Ayuda tan deplorable, inconcebible y antipopular medida a la convocatoria que hace hoy el gobierno nacional en defensa de nuestra soberanía? ¿Castiga esta medida al imperio? La medida que urge tomar es la auditoría e investigación de las transacciones bancarias realizadas con nuestras divisas para proceder a la nacionalización de la banca sin indemnización y demandarlas por el desfalco cometido contra la nación. ¡No más renta petrolera para los saqueadores de nuestra riqueza!
Para remate aparece, en Gaceta Oficial N° 40.617 del 10 de marzo de 2015, que las tasas activas aplicables a las obligaciones de la relación de trabajo, con que se calculan los intereses sobre las prestaciones sociales que se refieren al Tercer Aparte del artículo 143 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica del Trabajo, fueron fijadas en 18,70% y 16,76% la promedio. ¿Por qué no fijarlas o igualarlas a la tasa de inflación que nos acogota? Eso sí sería defender el patrimonio del pueblo trabajador.
¡ESCALA MÓVIL DE SALARIOS YA!
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