En 2 mercados nacionales paralelos, el bachaquero es su intermediario

Estos son los 2 mercados libres nacionales que desde hace unos 13 años[1] se vienen enfrentando, asentando y desarrollando en nuestra economía: 1.-El de la empresa privada formal y tradicional con todas sus características, sus equilibrios e inestabilidades propias del albur capitalista. Este mercado opera con mercancías subsidiadas[2] y no subsidiadas. 2.- El mercado oficial que opera con mercancías de preferencia propias de la cesta básica, subsidiadas con infraestructura del Estado, con costos minimizados de compra y con personal burocrático civicomilitar. Últimamente se provee también de los decomisos aplicados al contrabandista, al acaparador y al megaespeculador. El segundo mercado fue consecuencia del conocido sabotaje alimentario que emprendió el empresariado privado de cara a derrocar al gobierno que no resultó afín a sus intereses capitalistas, luego de que el pueblo le dio un para’o al llamado Carmonazo o Golpe de Estado del año 2.002[3]. Como ninguno de estos dos mercados está suficientemente abastecido en relación a la creciente demanda que desde hace varios lustros se ha alcanzado en el país, resulta lógico que cunda el pánico por escasez de las mercancías alimentarias, higiénicas, medicinales y de ferretería. Curiosamente, no se observa pánico alguno en materia de textiles ni calzado. A propósito: Es raro que los capitalistas de estos ramos no estén reorientando sus capitales hacia donde crece la demanda. La escasez, por su parte, tiene como causa principal el deficiente y tradicional aparataje industrial de la Venezuela Puntofijista que se mantiene en sus trece, que recibe dólares por toneladas y ya sabemos con qué fines y con qué grado de pendejería asumida por el propio organismo que se los otorga a precios irrisorios, según los marcadores de precios de la divisa, alimentados por la misma burguesía comercial y fabril que estamos aludiendo. Por parte del Estado, ya sabemos todas las dificultades que confronta todo gobierno que tiene como enemigo jurado a los dueños y factores del primer mercado. Ante esos 2 mercados, uno con mercancías muy baratas, relativamente, y otro con precios sólo para ricos y muy ricos, allí entra el bachaquero. El bachaquero forma parte de toda economía de libre mercado: no está robando, no está especulando, no está subvirtiendo ningún orden comercial ni político; simplemente compra donde le vendan y revende al precio que sus clientela esté dispuesta a pagarle, porque así es la economía burguesa; y lo apoya la Constitución porque en nuestro país priva la libertad de comercio (Art. 112, CRBV). Como solución, entre varias, venimos sugiriendo la eliminación del dólar barato para la importación y fabricación de los bienes que están siendo problemáticos. Que se cambie el método del subsidio a las familias de menores recursos económicos. Así, por ejemplo, las pensiones no deben seguirse pagando en bolívares, sino en cestatiques. Y para los no pensionados, el Banco Central podría abrir un mercado de estos cestatiques y así este sea medio de compra exclusivo en los centros oficiales de abastecimiento. Se trataría de un control ex ante de quienes podrían canjear bolívares por cestatiques y con qué frecuencia hacerlo. [1] Luego del Carmonazo. [2] Los subsidios mediante dólares preferenciales privan en las mercancías total o parcialmente cargadas de insumos importados. [3] Este dato es bueno recordarlo muy bien porque solemos olvidar las causas y retenernos en sus efectos; no hay gallina sin huevos, ni estos sin aquella. Desde luego, después de 13 años, es muy fácil hallar culpables donde no los hay.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 3147 veces.



Manuel C. Martínez


Visite el perfil de Manuel C. Martínez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: