La Gaviota Sucre, otros Lunares de la Revolución y José Rosales

José Rosales, es un viejo militante de la izquierda de esa que se ha ganado el calificativo de izquierda  trasnochada. Tuvo sus responsabilidades en la época dura de la izquierda y de ello debe tener constancia gente de la Liga Socialista, especialmente el camarada David Nieves.

José Rosales lleva hoy y ayer también, una vida independiente económicamente. Se rebusca su arepa como vendedor. No es ni ha sido funcionario público y la opinión que tiene de la revolución y de los revolucionarios de hoy me interesas, porque no está matizada por ningún interés burocrático.

Veamos a través del pensar del camarada y amigo José Rosales su visión hoy de la revolución. Nos dice Rosales: “La gaviota tiene nueve meses sin producción. Hay que hacer colas para comprar atún y sardinas”.

En pocas palabras, José Rosales no está dando una ligera versión de la llamada guerra económica, cuyo curso, según entiendo a Rosales, tiene el apoyo irrestricto del gobierno. Una empresa en poder del gobierno o de los trabajadores parada por tanto tiempo, es sin lugar a dudas una contribución a  la guerra económica y es un sinsentido en este momento. La Gaviota de Sucre debería ser un estandarte y un modelo de cómo superar la condición de sociedad socialista con la participación de los trabajadores, pero eso no ha sido posible en una empresa como la Gaviota.  Si recordamos -dice José Rosales-, el proyecto de la Gaviota fue públicamente muy reseñado por la revolución, pero ha estado en graves problemas. Esto tiene muchas lecturas, pero una de ellas nos dice,  cómo damos los fusiles al enemigo para esta guerra y cómo tenemos la soberanía alimentaria.

Me dice José Rosales, “fíjate  que en enero de este año, Aristóbulo dijo por los medios de comunicación que los distribuidores que se construyen en Barcelona y PLC, estarían listos para el mes de Marzo de este año. Los compañeros visitantes que estuvieron en la zona para promover una jornada antiimperialista deben haberse fijado que no está listo ninguno. Siento que Chávez dejo el juego ganando, pero los lanzadores que tenemos en los niveles de gobierno, no encuentra el jon, y cuando lo encuentran, la defensiva falla en la jugada.

José Rosales lo conocemos popularmente como la Conga,  vuelve hablarme para decirme: Compartí contigo lo del mercado de Tronconal. Todo lo que dices es cierto. Ahí me atracan  semanalmente, pero bueno no me quitan la vida, no son brutos esos comerciantes. Quisiera que por ese medio -Aporrea- expusieras una idea que se pueda concretar, es que hay muchos puestos cerrados y desocupados en ese mercado. Se me ocurre que muchos de los verduleros que ocupan calles y avenidas de Boyacá y Barrio Sucre pueden obligarlos a instalarse allí, digo OBLIGARLOS, porque basta de un poder popular que busaca satisfacer sus intereses y no tiene una vocación de servicio. Hay excepciones, pero es eso: excepciones.”

Continúa Rosales: “Ese ejercito de hombres y mujeres que al más puro estilo adeco barren día y noche las calles de Boyacá pueden instruirlos en talleres de corte y costura, luego otorgarles un crédito para sus equipos y ponerlos a trabajar dignamente en esos locales. Los que desean tener el frente y los alrededores de su casa limpio que no ensucie o que barra el dueño de la casa. El alquiler sería mucho más barato que el que les cobra los dueños de locales privados.   Creo que hay que insistir en que la gente conquiste con su trabajo la arepa. El trabajo, según Mark, es el único factor que genera riqueza. Vivir de la renta no es ningún cambio”

Hoy- continúa José Rosales-, todo esto me recuerda la época de la cuarta. Se estaba cayendo pero sus dirigentes como si nada, seguían picando de la gorda.

 



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Claudio Dominguez


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