A más de dos años de una acción criminal y continuada contra el pueblo venezolano, el gobierno luce desbordado y paralizado ante la acción de los bachaqueros, contrabandistas y especuladores. Con descaro se venden en las aceras, a diez veces su precio, los productos que el pueblo busca con desespero para satisfacer sus más apremiantes necesidades. Ante los ojos de todo el que quiera ver pasan toneladas de alimentos de contrabando por los puestos fronterizos y hasta ofertas de rebajas (a sólo cinco veces el precio regulado) hacen públicas los degenerados especuladores.
Mientras tanto, el gobierno sigue afirmando que vamos ganado la guerra económica y emitiendo amenazas que no terminan de concretarse.
El pueblo se desespera y sólo atina a decir ¨Que falta hace Chávez¨ y como siempre tiene toda la razón. El comandante sembró sueños en los humildes, en los jóvenes, en las mujeres, en los indígenas, en los ancianos y los fue haciendo realidad a punta de amor y coraje. Hoy, tal y como están las cosas, esos sueños se desvanecen y no se desvanecen porque el enemigo se haya hecho más fuerte o tenga más recursos. No, se desvanecen porque a los altos dirigentes de la revolución le falta lo que le sobraba al comandante… cojones.
¿Cómo estaríamos hoy si en EEUU gobernara Bush y en Colombia, Uribe? ¿Qué sería del pueblo si Fedecámaras, la CTV, Globovisión RCTV, Venevisión, El Nacional y El Universal tuviesen la fuerza que tenían en el pasado? ¿Cuál sería la situación si aquellos generales del 11 de abril y de Altamira estuviesen en las fuerzas armadas? ¿Qué habrían hecho los saboteadores de PDVSA?
¿Entiende usted, amigo lector, porque afirmamos que el problema es la falta de aquello?
A los enemigos internos Chávez los pulverizó políticamente y los externos los neutralizó, pero volvieron por sus fueros porque nos notan paralizados y temerosos, pero sobre todo porque se dieron cuenta que las amenazas no pasan de ser anuncios rimbombantes que jamás se concretan.
Si, hace falta el comandante. Claros estamos que su capacidad y habilidad como estratega no es común y que es mucho pedirles a quienes hoy lo reemplazan en la conducción de la Revolución Bolivariana, que estén a su altura, pero lo que si debemos pedirle, y a gritos, es que se armen de valor para defender lo que Chávez construyó a costa de su vida... La falta cojones no está permitida en quienes se definen como hijos de Chávez.
Si, el problema se resume a tener bolas o no. Hasta el gato sabe quién conspira, quien guarimbea, quien especula, quienes permiten el contrabando, quien bachaquea, quien revende, pero falta decisión y coraje para tomar acciones contundentes destinadas a acabar con los delincuentes. El terror a lo que le dirá la prensa y los gringos mantiene paralizado el gobierno… mientras tanto la revolución se pierde y el pueblo sufre las consecuencias.
El contrabando se puede minimizar, pero hacen falta testículos. Un gobierno que ha sido capaz de descubrir quién mató a Robert Serra, quiénes planificaron un golpe de Estado, quién iba a matar a leopolvo, quiénes trajeron y donde concentraron los paramilitares de la finca Daktari, no puede declararse incapaz para ir por la cabeza de los militares y civiles involucrados en el contrabando.
El bachaqueo existe porque no se instala un sistema nacional e interconectado de captahuellas que impida a esos delincuentes comprar las veces y la cantidad de lo que les da la gana para generar escasez y especulación. Es una soberana pendejada y una falta de coraje permitir que los supermercados y grandes abastos privados se nieguen a instalar captahuellas. Con anunciar que se le retirará la licencia de comercio al establecimiento que no las instale (y cumplirlo) es más que suficiente.
¿Cuantos buhoneros estarían dispuestos a arriesgar su capital revendiendo productos alimenticios si se les decomisaran tan pronto los exhibieran? Tengan por seguro que si se actúa con firmeza en una semana se resuelve ese problema.
El que tenga ojos que vea