Hablemos del modo marxista de producción en lugar del modo comunista. Parte I[1].
Tanto los costos de fabricación como sus correspondientes valores son sólo una referencia estadística para el cálculo y formación de los precios concretados en el mercado. Trato este tema por este mismo medio y en mi obra Praxis de El CAPITAL[2].
Sorpresivamente, ¡cuánta verdad han sostenido los practicantes de la Economía vulgar cuando niegan el traslado del valor al mercado, cuando niegan que las mercancías se vendan al valor; cuando niegan que la ganancia deriva de ese valor, y cuánta verdad cuando afirman que ella depende de los precios, o sea, ¡cuánta! verdad nos ofrecen cuando ligan sus ganancias a los precios de compraventa en el mercado, y desechan frontalmente la plusvalía media[3] como fuente de dichas ganancias!
Su verdadera mentira, valga el oxímoron, descansa en el hecho de que los precios no los impone ni los forma el mercado, sino los propios fabricantes, o sea, los propios comerciantes antes de venderlos, o sea, antes del mercadeo, porque, ciertamente, este involucra fabricantes, intermediarios y clientes, pero ningún precio deriva de la puja entre vendedor y comprador, al margen del costo de fabricación, del costo de compra para el intermediario, o al margen del valor, sino que los fabricantes e intermediarios tienen a ese costo o a ese valor como mínimo precio de venta inclusivo de una ganancia mínima, de tal manera que aun vendiendo al valor, o al “precios de producción”, en el precio final va la ganancia mínima o ganancia media derivada del valor, porque sencillamente las mercancía vendidas hubo que crearlas, que llenar las materias primas con el trabajo del asalariado, y ese trabajo se concreta en valor. No se crean precios en el mercado ya que ellos se refieren a unas mercancías creadas fuera del mercado.
Su gran mentira, pues, es afirmar que el canje de M por M’, presente en la ecuación: D-M…P…M’-D’,
no suponga, además de mercancías diferentes como valores de uso, una M’ de mayor valor de cambio que el de M. Esta aclaratoria la señala Marx cuando introduce la creación de trabajo excedente o plusvalor de cambio[4].
Seguiremos más adelante.
19/05/2015 02:51:34 p.m.
[1] Agregado para mi Primer Suplemento de mi trabajo PRAXIS de El CAPITAL.
[2] Este fenómeno económico lo trató Karl Marx en el Libro Tercero de su obra El Capital. Por este medio, hemos presentado una descripción novísima a fin de resolver el supuesto “Problema de la Transformación de los Valores en Precios de Producción”, problema hasta entonces irresoluto por quienes me precedieron en tan importante tema. Efectivamente, Marx conoció perfectamente las discrepancias cualitativas y cuantitativas entre los costes aparentes de producción (costes que no recogen la plusvalía) y los que sí la recogen, o sea, el valor de la producción antes de llegar al mercado, lo que supone costes capitalistas más plusvalía.
[3] Véase las notas 1 y 2 de esta misma entrega, Parte II.
[4] Karl Marx, en su magnum opus, El Capital, passim.