Propuestas para ganar la guerra económica

En nuestra nota anterior, titulada ¨Todo, absolutamente todo, está en peligro¨, expusimos como la burguesía criolla, aliada con mafias colombianas y el Departamento de Estado gringo, habían diseñado una guerra económica contra el pueblo venezolano que tenía como objetivo último generar un descontento que les permitiera obtener una victoria electoral que, a su vez, les diera el impulso para convocar a un referendo revocatorio al presidente Maduro y más tarde a una constituyente que desmonte todo el modelo social y económico creado por la revolución Bolivariana.

Nos comprometimos en esa nota a exponer, en ésta, algunas ideas que pudieran ayudar al gobierno venezolano a salir del rincón a donde lo ha empujado la oligarquía venezolana y donde, es conveniente decirlo, luce indefenso y al borde de un terrible nocaut.

He aquí, entonces, algunas de esas ideas:

1.- No existe ningún antecedente histórico en la cual un Estado foráneo y un grupo de empresarios locales se hayan confabulado para destruir el signo monetario de un país. Venezuela es el primer ensayo y, lamentablemente, a la fecha los actores mencionados van logrando paso a paso su objetivo. .

Aunque los autores del plan nieguen esta realidad y se escondan tras el argumento de que eso ocurre en Venezuela por el mal manejo de la economía, la verdad es que eso que hacen, puede hacerse con cualquier moneda de un país pequeño como el nuestro. De hecho, el control de cambio fue montado para defender las reservas internacionales del país y al bolívar, de un ataque planeado a través de la compra masiva de dólares.

Sería entonces un error mortal eliminar el control de cambio, pues retornaríamos al punto de partida y nuestras  reservas internacionales serían ¨secadas¨ en muy corto tiempo.

No hay, entonces, desde nuestro humilde punto de vista, la menor posibilidad  de ganar la guerra económica manteniendo como moneda local un bolívar debilitado y fácilmente manipulable.

Usar como moneda nacional, una divisa imposible de manipular pudiera ser una opción valedera. El uso del yuan, por ejemplo, pudiera ser una buena oportunidad para devolverle a los gringos (y a Dólar Today)  la bofetada.

Así como Venezuela sirvió de puerta de entrada a la inversión China en América Latina puede hacerlo ahora con el yuan, apoyando así a un socio estratégico que intenta a través del  BRICS y del Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (BAII) abrirle paso a su moneda como divisa de intercambio para competir con el dólar y, al mismo tiempo, impidiendo que nuestra economía siga siendo afectada por la especulación cambiaria.

2. La implementación de lo anterior haría el negocio del contrabando de extracción mucho menos lucrativo, pues los productos serían pagados con una divisa no manipulable (como ocurre hoy con el bolívar) reduciendo drásticamente el margen de ganancia que hoy tienen las mafias creadas para atacar la economía venezolana. Sin embargo, el contrabando pudiera intentar subsistir sólo para continuar generando escasez y con ello el malestar y la rabia de la cual la oligarquía venezolana espera sacar partido político.

Para combatir este delito, insistimos en nuestra propuesta de impedir que los funcionarios de la Guardia Nacional permanezcan más de tres semanas en los puestos fronterizos. Un simple sistema de rotación que impida que dos funcionarios de la misma región y destacamento coincidan en un puesto fronterizo, impediría la práctica del soborno y la amenaza, pues para cuando comiencen a ser abordados por las mafias ya estarán de retorno a sus puestos de origen.

3. El ¨bachaqueo¨  planificado (el que realizan para las mafias personas que reciben un salario) y el espontaneo (el que realizan ciudadanos por su cuenta para especular a sus vecinos y amigos) puede ser combatido efectivamente a través de la instalación de captahuellas interconectadas de manera de impedir (mientras dure la guerra) que una persona pueda comprar más de una vez por semana y mucho menos grandes cantidades de productos. Esto devolvería al ciudadano común el acceso a los supermercados ya los productos y haría imposible el negocio del la especulación que mantienen los bachaqueros.

4. Nos queda entonces la especulación de los comerciantes formales que se justifican con el precio del dólar negro. Con una moneda de intercambio como el yuan no tendría sentido esta práctica. De hecho, si lo hicieran podría revertirse la jugada con el nacimiento de un contrabando en sentido contrario (de Colombia hacia Venezuela), pero si aún insistieran en la práctica lo más razonable es comprometer a los alcaldes y gobernadores chavistas en el combate a la especulación. Por ejemplo, si a cada alcalde se le da una meta de cerrar (y hasta expropiar) cinco negocios semanales en su ciudad, por especulación. La práctica se acaba en un santiamén.

 



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Alexis Arellano


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