Cuando se señala a supuestos marcadores del llamado dólar paralelo, se está presentando una falsa causa de inflación porque mientras el marcador de las paridades cambiarias monetarias no lo sea el Banco Central de Venezuela, cualquiera podría asumir un marcaje ficticio que no tiene porqué ser acatado por ninguna empresa, con lo cual los empresarios que se acojan a tal marcaje corren el riesgo de incurrir en adulteración de los costos o sencillamente en el delito de sobrefacturación.
El valor de las mercancías pareciera ser un asunto de fábrica, y los precios, del mercado, así mismo y sin interconexión alguna, como si los precios no pudieran condicionar la fabricación de aquellas ni el valor determinar los montos de los precios.
Mientras no haya una intelección dialéctica en la relación producción y circulación de valores propios de las mercancías no habrá forma de entender este vital asunto alrededor del cual gira toda la teoría Económica, ya que el valor sigue siendo una de las categorías de más alto nivel de exigencia científica, como bien lo reconoció el propio Albert Einstein cuando cayó en la cuenta de que resultaba más fácil romper un núcleo atómico que convencer a los capitalistas de que su riqueza es mal habida, y ella sea la causa de las hambrunas y guerras contemporáneas.
Ocurre que el prejuicio del empresario burgués le impide admitir que su ganancia procede de la explotación del trabajo ajeno operado en los centros fabriles, ni siquiera cuando esa verdad proceda de uno de los científicos más brillantes y completos que haya conocido la humanidad[1], por encima de Aristóteles el Insepulto de Estagirita, de Sir Newton, del connotado Descartes, del sabio Galileo, padre de la Física moderna, y por encima de hasta del propio mencionado Einstein, habida cuenta de que este estuvo y dio lo mejor de sí al Capitalismo[2] y a la burguesía que lo practica, mientras Marx lo ha estado al servicio de toda la humanidad sin distingos de clase.
Digamos que hasta ahora Marx ha sido el investigador con mayor alcance universal aunque sus incapaces enemigos no logren actualizarse con sus hallazgos científicos.
Es que Marx en su obra cumbre, El Capital, no abogó directamente por los asalariados ni atacó de frente a ningún capitalista; se limitó a descubrir la ruta del desarrollo de la formación económica de la sociedad, al punto de dejar en claro que capitalistas y asalariados son las criaturas de las relaciones sociales de producción y no los creadores de estas[3].
Hecho ese preámbulo, la actualidad venezolana, con sus especuladores desenfrenados movidos por intereses económicos rayanos en intereses políticos, nos está dejando en claro que, efectivamente, los precios pueden apartarse hasta 100% y más de los valores de las mercancías, pero eso no significa que estas no tengan un valor alrededor del cual están girando todos esos precios meramente especulativos.
Una persona puede asignarle precio a una mercancía que a él no le haya costado nada, pero eso ni impide ni niega que tal mercancía posea determinado costo o valor de fabricación.
Cuando un especualdor afirma comprar mercancías importadas en dólares con paridad ilegal, por ejemplo, no hace otra cosa que fijar arbitrariamente un costo de la mercancía en venta, pero eso tampoco niega que ella carezca de determinando costo que el Estado perfectamente podría inferir y hasta fijarlo de oficio.
Cuando se señala a supuestos marcadores del llamado dólar paralelo, se está señalando una falsa causa de inflación porque mientras el marcador de las paridades cambiarias monetarias no lo sea el Banco Central de Venezuela, cualquiera podría asumir un marcaje ficticio que no tiene porqué ser acatado por ninguna empresa, con lo cual los empresarios que se acojan a tal marcaje corren el riesgo de adulteración de los costos o sencillamente del delito de sobrefacturación.
14/06/2015 02:40:13 p.m.
[1] Karl Marx se desenvolvió con marcado e indiscutible éxito como Filósofo, disciplina que le permitió poner en su lugar al admirado Hegel. Superó los conocimientos alcanzados por los Clásicos Adam Smith y David Ricardo, en materia económica, y es el creador de la Sociología que manejamos todavía, principalmente porque llegó al fondo de las causas de los conflictos sociales confrontados por los pueblos y países, dentro de sí y entre varios de ellos. Descubrió y reescribió la Historia Universal cuando señaló que todos los modos de vida conocidos hasta ahora son históricos y que giran y han girado sobre la lucha de clases.
[2] Dirigió y coordinó sabiamente la creación de las bombas atómicas lanzadas por EE UU sobre las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki, de una crueldad humana no conocida hasta entonces.
[3] Esa aclaratoria sigue sin ser despejada por los apologistas del capitalismo quienes siguen manejando la lucha social como enfrentamientos entre empresarios y trabajadores, razón por la cual es frecuente afirmar que sólo hay empresarios maulas y c. honestos, que haya capitalismo bueno y c. malo, estupideces de ese tamañote.