Fracasó el Plan "Andrés Eloy"

En mayo del presente año, el Presidente Nicolás Maduro, en entrevista para Rusia Today, anunciaba a los venezolanos y venezolanas que hacia julio regularizaría el “sistema de abastecimiento por encima de todos estos grupos capitalistas que se la pasan saboteando la economía del país”; el Presidente Maduro, había comprado la idea de lo que él llamaba “equipos especiales”, con la certeza de que los resultados serían los que se le habían vendido como ciertos. El Plan, para el logro anunciado por el Presidente, lo venía describiendo públicamente el camarada Andrés Eloy Méndez, para entonces superintendente de Precios Justos, SUNDDE, quien señalaba con entera confianza, que: “estimamos que un mes y medio tengamos captahuellas en toda la red de supermercados del país, esto va a bajar considerablemente el bachaqueo y va hacer que la gente consiga el producto y al precio que es en el anaquel” […] “es fundamental que nosotros terminemos de desplegar las 20 mil captahuellas que ya estamos programando y empezamos a desplegar en este país, con esto vamos a ir regularizando este tema, y que la gente cuando llegue al supermercado no se consiga con 300 bachaqueros antes que él porque ese, sí ya compró no va poder volver a comprar porque el captahuellas no lo va a permitir” […] “es fundamental ir al centro del problema pues nosotros, atacando al vendedor, al vendedor individual, al vendedor informal al que llamamos buhonero popularmente, que es un vendedor popular, íbamos a entrar en una política de bastante desgaste, de bastante dificultad y bastante desgaste, estamos más bien atacando el problema desde el seno, de dónde viene ese alimento que llega a Petare o que llega a Catia, a los buhoneros, de dónde sale? Sale de los mismos supermercados, los bachaqueros lo sacan y lo colocan allá, entonces hay que detener es el chorro, cerrar el chorro allá y para eso la política precisamente la instalación de captahuellas” […] “con la política de instalación de captahuellas y otras políticas que por ahí va anunciar el Presidente en materia de abastecimiento ya debe ir cesando, poco a poco debemos ir ganando y derrotando esta guerra económica”. Hemos tomado palabras de una entrevista que se le hiciera meses atrás al entonces superintendente de precios justos, camarada Andrés Eloy Méndez, para que podamos entender lo que era su Plan para erradicar el bachaqueo, regularizar el sistema de abastecimiento y derrotar, en última instancia, la guerra económica.

Dicho Plan, que contó con la anuencia del Jefe de Estado, más aún, su convencimiento pleno, de que lo prometido por el entonces superintendente sería una realidad, al ser puesto en práctica su ejecución, ha resultado un verdadero fiasco, un verdadero fracaso. Tan cierta es nuestra afirmación, que el propio Vicepresidente de Soberanía Alimentaria, el camarada Carlos Osorio, acaba de anunciar este jueves 13 de agosto, vía tuiter: “Cumpliendo con el mandato del pueblo reactivamos el acceso a los productos prioritarios por terminal de cédula”. Y no podía hacer otra cosa, pues, si la venta por número de cédula había establecido cierto orden en los productos regulados, una vez se establecieron los captahuellas, lo real fue que se dispararon las colas y el desabastecimiento se agravó, hecho que desmiente –en la práctica- cuán equivocado estaba Andrés Eloy Méndez y su equipo, en su diagnóstico de la problemática que le tocó acometer al frente del SUNDDE. A tal extremo, que ahora el mismísimo Presidente Maduro, apunta sus baterías a enfrentar, uno de los puntos a los que siempre se negó atacar Andrés Eloy, los bachaqueros; bajo el argumento, que ese asunto debía atacarse aguas arriba, valga decir, en la fuente que los nutre y no al ejecutante, ese que tanto viene afectando negativamente al pueblo, pese a ser pueblo también, el buhonero bachaquero.

Esta experiencia, debe convocar al Presidente Maduro, a una profunda reflexión, ya que en una situación de guerra, de extremo ataque de la burguesía parasitaria contra el pueblo; NO se debe improvisar con “aprendices de brujos”, por muy buenos camaradas y mejor intencionados que sean. Nuestra Revolución, merece la mayor de las atenciones, y las improvisaciones deben ser desechadas, porque lo que está en juego no es poca cosa para los pueblos de este planeta, siempre atentos a lo que aquí se decida y actúe. Siempre, es pertinente tener presente a nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, quien después de las elecciones presidenciales de 2012, asumió de manera autocrítica la inconformidad del pueblo, las cuales se autoadjudicaba como producto de “fallas en nuestro gobierno”; asumiendo en consecuencia, que: “Uno de los compromisos para el próximo período hasta 2019, es mayor eficiencia en la gestión de gobierno”, indicando como justificativo para ello, que: “Nos estamos jugando la vida de la patria, el futuro de la juventud, de los niños”, no poca cosa está en juego camarada Maduro, para estar improvisando y jugando a la derrota y martirio de nuestro pueblo.

Hoy, la batalla contra la guerra económica adquiere la dimensión del combate contra el bachaqueo, valga decir, de enfrentamiento a los agentes que dentro del propio pueblo fue captando la burguesía para el logro de sus fines malévolos. Siendo la burguesía como clase, un factor minoritario dentro del contexto de la población de un país, una Nación, es obvio que debe procurarse ganar adeptos dentro del conjunto de las otras clases que integran la sociedad. Es allí, que sectores medios y de los trabajadores y trabajadoras, fueran ganadas para la práctica del bachaqueo y posterior venta de los productos y alimentos obtenidos en tan criminal actuación. El bachaqueo es al narcomula, lo que el capo al burgués. Por supuesto, el burgués utilizará al bachaquero en la medida que sus fines políticos y económicos sean factibles: propiciar derrocamiento del gobierno legítimo del Presidente Maduro y, a la vez, obtener provecho económico de tal actuación, esos son sus fines. El bachaqueo viene a ser como el soldado de Troya que, en filas del pueblo, ataca al propio pueblo; obteniendo con ello, muy buenos dividendos económicos. Vendría a ser lo que Judas fue para Jesús el de Nazareth, un traidor contrarrevolucionario en filas propias. Por ello, compartimos plenamente la comparación que hiciera recientemente el camarada Diosdado, al denominarlos como “una plaga” a la cual, hay que combatir. No por casualidad, los partidos de la burguesía salen ahora en defensa de sus bachaqueros: “Tratar el bachaqueo como la causa de los que está ocurriendo en Venezuela no solo es equivocado, sino que es irresponsable”, señala Enrique Márquez, presidente de UNT, el partido del prófugo Manuel Rosales.

El bachaquero se ha convertido en una plaga que, hasta la propia burguesía clama hoy por su eliminación, como señalara –recientemente- el presidente de la Cámara de Comercio del Estado Aragua, Juan Carlos Ruggiantoni al anunciar su apoyo a la ofensiva anunciada por el Gobierno Revolucionario contra los bachaqueros, recalcando que “toda medida que vaya en función de evitar el desabastecimiento y que impida la especulación debe ser apoyada”. En mucho, los burgueses, se parecen a sus amos del norte, quienes después de crear al Estado Islámico, ahora que éstos adquirieron su autonomía y atentan contra sus intereses, ahora claman por su eliminación, así actúa la burguesía nacional e internacional, como sus amos. Cerca de quinientos mil compatriotas, en alguna oportunidad, señaló el camarada Andrés Eloy Méndez, están dedicados al bachaqueo; todo un ejército construyó la burguesía para enfrentarla económicamente contra el pueblo. Nunca, le ha importado el pueblo a esa burguesía parasitaria y sus agentes políticos, así se demostró cuando ejercieron el gobierno desde Miraflores, a través de sus agencias de AD y Copei, trayéndole solo miseria extrema y pobreza a nuestro pueblo. Triste de aquel, que se pliega a sus dictámenes porque solo encontrará pobreza en su alma y riqueza mal habida. Con extrema razón, el Presidente Maduro nos exhorta a despreciar el bachaqueo: “¿Qué queremos una patria plagada de bachaqueros o de gente respetuosa que practique valores? Tengo fe en el pueblo de Venezuela”. Y, claro que tenemos confianza en el pueblo de Bolívar y Chávez, el imperialismo no nos someterá de nuevo en sus garras de opresión, miseria y pobreza extrema. Este despertar del Presidente Maduro sobre el tema económico, debe servirnos de oportunidad para relanzar el Plan de la Patria, sus directrices y objetivos estratégicos. Recuperar la eficiencia perdida en el funcionamiento del Estado Bolivariano, tan solo reducida al SAREN y un Dante Rivas como arando en el mar, y una que otra oficina ministerial. Dar un Golpe de Timón a la gestión gubernamental, es el reclamo popular que lo exige.

Por lo demás, esta guerra económica, nos permite desvirtuar ese discurso de la burguesía que enalteció al mercado: “En la economía de mercado, los consumidores son supremos. Sus compras y sus abstenciones de comprar determinan en definitiva lo que producen los empresarios y en qué cantidad y con qué calidad. Determinan directamente los precios de los bienes de consumo e indirectamente los precios de todos los demás bienes de producción, como mano de obra y factores materiales de producción. Determinan la aparición de beneficios y pérdidas y la formación del tipo de interés”[…] “El mercado es una democracia en la que cada penique da un derecho de voto. Es verdad que los diversos individuos no tienen el mismo poder de voto. El hombre rico tiene más votos que el pobre…” (LUDWIG VON MISES). Hemos sido testigos que el tal mercado es inexistente y que, la tan mencionada “mano invisible del mercado” no es más otra cosa que la mano visible de la burguesía la que fija los precios, para garantizarse máximas ganancias. Somos testigos de cuán acertado es el análisis desde una perspectiva marxista de la economía: “Hoy una persona puede volverse rica o pobre sin mover Un dedo, sin que medie un acontecimiento natural, sin dar nada a nadie, sin robar cosa alguna. Las fluctuaciones de los precios son movimientos secretos dirigidos por un agente invisible que se mueve a espaldas de la sociedad, provocando cambios constantes en la distribución de la riqueza social. Observamos este movimiento así como leemos la presión en un barómetro, la temperatura en un termómetro. Y sin embargo los precios de las mercancías, con sus fluctuaciones, son asuntos evidentemente humanos, acá no hay magia negra. Nadie sino el hombre, con sus propias manos, produce estas mercancías y fija los precios, salvo que surja de sus acciones algo que no pretende ni desea; una vez más la necesidad, el objeto y el resultado de la actividad económica se encuentran en flagrante contradicción…” (¿Qué es la economía?, Rosa Luxemburgo)…



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Henry Escalante


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