Dada la situación que actualmente vivimos marcada por la caída de los ingresos petroleros, la caída en la producción, disminución de las importaciones, aumento del desabastecimiento, una inflación desbordada, una caída en los ingresos reales de los trabajadores nos encontramos en momentos en los cuales deben ser utilizados de la manera más eficiente posible los recursos disponibles (siempre ha debido ser así, no solo en momentos de crisis).
En los últimos tiempos se ha mirado a las comunas y a las pequeñas y medianas empresas como una solución para aumentar la producción aparte de cambiar las relaciones de producción en Venezuela. A continuación se presenta el siguiente gráfico:
Figura 1. Comunas registradas
Fuente: Elaboración propia a partir de Venezuela Socialista en cifras
En los últimos meses han aumentado el número de comunas registradas y con esto la cantidad de recursos asignados a las mismas para que puedan funcionar (este punto se explicará con mayores detalles más adelante). Si bien este es un intento de cambiar las relaciones de producción poniendo en manos del pueblo organizado los medios de producción, se nos presentan varias interrogantes: ¿Son las comunas la solución?, ¿Son realmente productivas?, ¿Son estas expresiones de un proceso socialista?
Antes de responder estas preguntas explicaremos a rasgos generales cual es la dinámica de acumulación de capital en Venezuela, como hemos dicho en escritos anteriores, el proceso de acumulación de capital en Venezuela es sencillo de entender, se basa en la captación internacional de renta petrolera, con lo cual toda la economía gira en torno a los métodos de apropiación de la misma por parte de los diferentes agentes, los cuales la apropian mediante subsidios, transferencias, menores impuestos, sobrevaluación del tipo de cambio, etc., con esto se compensa la escasa productividad de los capitales nacionales y extranjeros instalados en el país, escasa productividad que les impide insertarse en un mercado mundial como exportadores.
Un sector privado improductivo
Figura 2. Balanza comercial por sectores institucionales
Fuente: Elaboración propia a partir de BCV
En el gráfico anterior se puede ver como la diferencia entre las exportaciones y las importaciones de bienes del sector privado es negativa durante todo el periodo, esto quiere decir que importan más bienes de los que exportan. Un aspecto que hay que resaltar es la relación existente entre el superávit del sector público y el déficit del sector privado, esta relación presenta una relación directa, es decir, que mientras mayor es el superávit del sector público que se basa principalmente en las exportaciones petroleras, mayor es el déficit del sector privado, lo que se traduce como que cuanto más divisas ingresan al país generadas por el sector público gracias a las exportaciones petroleras, mayor es el egreso de las mismas por parte del sector privado para importar insumos, bienes de capital y bienes de consumo final, quedando así en evidencia la dependencia del sector privado de las divisas otorgadas por el Estado, para poder funcionar.
A continuación se presentará la estructura de los ingresos de divisas al país por sectores institucionales:
Figura 3. Estructura porcentual de ingreso de divisas al país por sectores institucionales
Fuente: Elaboración propia a partir de BCV
En la figura 3, puede observarse como en promedio durante el periodo, el sector privado solo ha aportado el 10% de las divisas que ingresan al país. A pesar de que como veíamos anteriormente el sector privado egresa gran cantidad de divisas, eso no se compensa con un ingreso por parte del mismo. Esto se debe a que el sector privado no puede generar sus propias divisas, por lo que el Estado tiene que venderles las mismas a precio preferencial para que puedan comprar los insumos y bienes de capital para producir, es decir, sin la cuota de renta petrolera que apropian a través de subsidios, dólar preferencial, menores impuestos y todos esos beneficios que les otorga el Estado producirían a costos muy elevados, siendo mejor opción importar los bienes antes que producirlos aquí. Pero esto no necesariamente funciona así, ya que aquí se manifiesta la lógica del capitalismo. Sabemos que la burguesía desea siempre acortar o acelerar el ciclo de la circulación de capital (para obtener las ganancias en menor tiempo y de forma más fácil) por eso el Estado al otorgarle todos estos beneficios antes mencionados para que puedan producir, y ellos en aras de acortar el ciclo de circulación no utilizan estos dólares preferenciales para producir sino para importar bienes de consumo final, es decir, pasan de un ciclo de circulación de capital D-M…P…M’-D’ (dinero-mercancía-producción- mercancía-dinero), a un ciclo más corto D-M-D’ (dinero-mercancía-dinero), o lo que es lo mismo compra barato y vende caro, con lo que se ahorra tiempo y esfuerzo, he aquí la particularidad del capitalismo en Venezuela.
Otra cosa que hay que destacar es la relación que existe entre el ingreso de divisas del sector privado con el superávit en cuenta corriente del sector público hasta el año 2008 y luego del año 2008. Hasta el año 2008, se observa como el ingreso de divisas del sector privado va en consonancia con el flujo de renta captada, alcanzando allí su tope del periodo, pero luego del año 2008 se observa como esto se quiebra, a pesar de un crecimiento en el flujo de renta durante el periodo 2009-2012, este no se traduce en un ingreso de divisas mayor por parte del sector privado, a pesar de que las importaciones de este sector si se incrementó con el flujo de renta captada, lo que nos deja dos opciones, la demanda interna aumentó tanto que el incremento en teoría “en lo producido” se quedó en consumo interno o produjeron menos a pesar de que importaron más (importaron más bienes de consumo final o fugaron más capitales, o ambas).
Volviendo al tema de las comunas y las pequeñas y medianas empresas, ¿acaso éstas no funcionan como una pequeña empresa capitalista?, el Estado les da subsidios, les otorga dólares preferenciales para importar insumos, se benefician de menores impuestos, entre otras cosas, para que produzcan para una pequeña porción del mercado nacional. ¿Qué pasaría el día que el Estado no les de estos beneficios? la respuesta es sencilla, quebrarían, si acaso solo sobrevivirían las más competitivas. Porque si por ejemplo, tenemos tres comunas produciendo zapatos, estas en su pugna por obtener mayores cuotas de mercado y mayores beneficios, necesitarían disminuir costos, por ello introducirían nuevas técnicas para aumentar la productividad y así lograr un ingreso extraordinario, mientras las otras comunas adoptan la nueva técnica, para que luego de generalizada la nueva técnica entre todas las comunas que producen zapatos repetir el proceso, pero si alguna de estas no adopta la nueva técnica quebraría, siendo tragada por las más grande. ¿Así no es que funciona el capitalismo?, ¿No se parece esto al capitalismo popular que plantea María Corina Machado? Podemos decir que en cierto sentido estimula la competencia en la cual los grandes capitales y más eficientes se tragan a los pequeños y menos eficientes quedando al final un puñado de comunas que en dado caso quedarían en manos de los privados más fuertes, una nueva burguesía nacional, dependiente de las divisas que genera el Estado.
¿Muchas empresas pequeñas o pocas empresas grandes?
A continuación presentamos el siguiente gráfico:
Figura 4. Productividad del trabajo en varios países (en $ de PPA constantes de 1990)
Fuente: Elaboración propia a partir de Banco Mundial
Cuando hablamos de productividad del trabajo, estamos hablando de cantidad de producto por persona ocupada, esto nos da una idea que tan competitivos somos en el mercado mundial. Mirando el gráfico 4, a nivel promedio somos casi igual de competitivos que Argentina y estamos por encima de México, por lo que a nivel regional aparentemente somos competitivos. Mientras por otro lado estamos muy por debajo de países industrializados como E.E.U.U y de países emergentes como Singapur, por lo que en teoría a un nivel promedio no podríamos competir con ellos en el mercado mundial pues producen más cantidad de bienes y servicios, con menor cantidad de trabajo que nosotros.
Figura 5. Estructura porcentual de la productividad del trabajo por sectores en Venezuela
Fuente: Elaboración propia a partir de Baptista (2010), BCV e INE
Aquí responderemos la pregunta del título de esta sección, en el gráfico 5 se observa como la productividad del sector petrolero venezolano representa más del 90% de la productividad del país, aunque en los últimos años pareciera que hay un aumento de la productividad relativa del resto de los sectores con respecto a la del sector petrolero esto no es así, ese resultado se debe a que la productividad del sector petrolero ha venido disminuyendo. En consecuencia en el sector petrolero es mucho mayor la productividad promedio que en el resto de los sectores de la economía, por lo que esa aparente competitividad que podemos tener por lo menos a nivel regional (como vimos en la figura 4) ya vemos que se fundamenta en el sector petrolero, es decir, que el único sector que puede en teoría insertarse en el mercado mundial, el único que puede competir por cuotas de mercado y que por lo tanto puede generar el ingreso de divisas al país es el petrolero, divisas que como se vió anteriormente son necesarias para que funcione el sector privado.
Volviendo de nuevo con al tema de las comunas, ¿Estas se traducen en desarrollo de las fuerzas productivas? Más bien es un atraso de las fuerzas productivas que en vez de producir a gran escala, producirían en pequeña escala, generando menor bienestar a la población que en el caso de producir a gran escala. En este punto hay que acotar que el sector petrolero en su mayoría está en manos de una empresa estatal, PDVSA. Una sola empresa grande y competitiva.
Sabemos que en parte se trata de una repartición más equitativa de la renta, pero no es lo mismo repartir en partes iguales un ponquesito entre 10 personas, que repartir una torta entre las mismas 10 personas, es decir, no se trata solo de repartir de manera más equitativa, también se trata de aumentar el tamaño de la torta a repartir para que cada vez sea mayor el bienestar de todos. Según Marx, es muy difícil llegar al socialismo en países donde el desarrollo de las fuerzas productivas es escaso, si bien plantea que el proletariado debe tomar los medios de producción, para lograr esto es necesario que los mismos existan. Por lo tanto el socialismo no se trata de repartir la pobreza, se trata de repartir la abundancia generada por la sociedad.
¿Está aumentando el tamaño de la torta a repartir?
Figura 5. Producto interno bruto petrolero per cápita
Fuente: Elaboración propia a partir de BCV e INE
Como se vió anteriormente el tamaño de la torta depende en gran medida de la industria petrolera, que es la que genera las divisas que apropian los demás agentes económicos, vemos como el producto interno bruto petrolero per cápita, es decir, la cantidad de bienes y servicios producidos en el país por el sector petrolero por cada habitante, presenta una tendencia descendente, lo que nos indica que el pedazo de torta que le toca a cada venezolano cada vez es más pequeño.
El bienestar de la mayoría de la población en estos últimos años mejoró, es algo innegable, pero esta mejoría ha sido producto de una manera más equitativa de repartir la torta, no porque haya aumentado el tamaño de la misma, hay que hacer que aumente el bienestar de la mayoría pero por ambas cosas, una distribución más equitativa y un pedazo de torta cada vez más grande.
Entonces la pregunta final es la siguiente: ¿son los pequeños capitales privados como las comunas y las pequeñas y medianas empresas la solución o los grandes capitales públicos como PDVSA?.
Referencias:
Baptista, A. (2010). Bases cuantitativas de la economía venezolana. Caracas: Artesanogroup.
Daniel Ramírez P.
@dan_ramirezp
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